Museos valencianos a medio gas

Todo cambia. Todo evoluciona. Y todo se estropea. En la cultura, siempre hay que adaptarse a los nuevos tiempos. También se debe ser consciente del paso del tiempo. Lo que valía hace treinta años, parece que ahora no tiene sentido. Bien lo saben los museos valencianos. Varios de ellos han decidido hacer cambios en sus colecciones, reformas en sus edificios o modificaciones en sus salas. Nada se salva al refrán «renovarse o morir». Por ello, espacios como el Museo Nacional de Cerámica González Martí o los centros de Prehistoria y Etnografía, que comparten espacio en el centro cultural La Beneficencia, están en proceso de transformación.

El museo ubicado en el Palacio del Marqués de Dos Aguas clausuró hace unos días cinco salas para restaurar el fresco que pende del techo y que, por el paso del tiempo, requiere de unas manos expertas que le devuelvan el esplendor perdido. Los otros dos, por su parte, van a cambiar el discurso expositivo de sus muestras permanentes, lo que también les ha obligado a echar el cierre de varias de sus estancias hasta 2019.

La coincidencia de todas estas iniciativas ha hecho que, inevitablemente, merme la oferta expositiva de la ciudad y se quede a medio gas. Cerca de una docena de salas cuelgan ya, o lo harán próximamente, el cartel de 'No pasar'. Los visitantes se quedarán con la miel en los labios a la hora de descubrir desde la evolución del paleolítico a la vida de los agricultores de la región o las mejores lozas cerámicas de la historia.

El primero de los centros expositivos en prohibir el paso a sus instalaciones ha sido el Museo de Etnología. Desde el pasado junio, las tres estancias que conforman su muestra permanente están cerradas. Dos de ellas, 'Horta i marjal' y 'Secà i muntanya' han sufrido un lavado de cara que ya está finalizado y que ha tenido un coste de 70.000 euros. Se ha tratado de una actualización de sus contenidos y una mejora de su discurso. A ellas dos hay que sumar la renovación de 'La ciutat viscuda'. El espacio dependiente de la Diputación de Valencia llevaba años sin actualizarse, por lo que la corporación provincial ha reservado unos 200.000 euros para su modernización. El pasado 10 de septiembre, los técnicos comenzaron el desmontaje de la estancia. Después, llegará la nueva ubicación de las piezas, el cambio de cartelas y la reforma de los contenidos. Un proceso que no estará finalizado hasta el próximo febrero, tal y como adelantó LAS PROVINCIAS. Pese a que el resto de la exhibición permanente ya está modificada, el centro prevé reabrir todo el espacio de manera conjunta.

El caso de los museos pertenecientes a La Beneficencia es paradigmático. La otra pinacoteca situada en este enclave, el Museo de Prehistoria, también va a clausurar salas para actualizarlas. El centro de la Diputación, que está sin directora desde el pasado agosto -la que era su titular, Helena Bonet, se ha jubilado-, clausurará toda la primera planta del edificio, aquella que está dedicada al paleolítico. Lo hará a final de este año y las obras se irán acometiendo a lo largo de 2019. No será el único espacio de la muestra permanente al que se le ponga el candado. Los responsables del museo pretenden ir reformulando toda la exposición durante el año próximo. No tienen fecha concreta, pero Prehistoria irá cambiando con el paso de los meses.

Hasta principios de 2019 tampoco se va a poder acceder a cinco salas del González Martí. La pinacoteca perteneciente al Ministerio de Cultura anunció hace escasos días la clausura de la antecámara, el dormitorio, el tocador de diario, el tocador de lujo y la sala de porcelana. La restauración del fresco del artista José Brel, que decora el techo de varios de estos espacios, ha obligado a que dejen de ser accesibles «de dos a tres meses», según el departamento que dirige José Guirao. Con un coste de 17.000 euros, la rehabilitación de este fresco a manos del Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE) no impide que el resto del museo se siga pudiendo visitar. No obstante, tanto el tocador de lujo como la sala de porcelana podrán verse desde el salón rojo.

Al que no le han hecho falta obras ni remodelaciones para tener todo un espacio cerrado es al Museo de Bellas Artes. En enero de 2017, la pinacoteca inauguró la quinta y última fase de ampliación, lo que supuso más salas de exposiciones en las galerías del edificio claustral, en la parte superior de la cúpula y en la primera planta del Patio Vich. Un espacio vacío desde entonces. La previsión es que, al menos hasta el año que viene -no hay fecha concreta- todo este espacio se llené de cuadros y piezas de la extensa colección del museo. Sin embargo, todo está sujeto al plan museológico, que aún debe licitarse.

En el IVAM también saben lo que es estar de obras. Los trabajos para convertir el patio trasero en un jardín de esculturas comenzaron hace unos días. Ya hay excavadoras interviniendo en el enclave. El centro de arte moderno quiere que todo esté a punto para celebrar su 30 aniversario y, para ello, ha acelerado las tareas de adecuación de este espacio para que coincidan con tan significativa fecha en el mes de febrero.

Pero además, dentro del museo también se realizarán tareas de mejora. Se llevarán a cabo en las galerías 4 y 5 del IVAM, un espacio que, en la actualidad, ocupa la muestra 'La eclosión de la abstracción', que cerrará sus puertas justo el 21 de octubre para dar paso a la reforma.

Allí entrarán los operarios para realizar obras en una superficie de 1.500 metros que todavía no ha sido rehabilitada desde que el museo abrió sus puertas hace tres décadas. Esta actuación dejará al museo sin espacio para sus exposiciones hasta enero del próximo año, por lo que las salas estarán cerradas al menos cuatro meses.

También está en la agenda de la pinacoteca la reparación del suelo de la explanada, ya que está roto y los escalones tienen pérdida de pavimento.

A final de año, el museo clausurará la planta dedicada al paleolítico. Varias serán las estancias que no se podrán visitar. El centro, además, prevé ir clausurando el resto de salas que presentan la colección permanente del museo para ir actualizando sus contenidos. A lo largo de 2019, el espacio sufrirá una gran transformación. No hay fecha para la conclusión del proyecto.

Hasta cinco salas estarán cerradas hasta principios del año que viene por el proceso de restauración del fresco de José Brel 'La noche'. L apieza se ubica en el techo y sufre importantes daños. El coste de la obra es de 17.000 euros.

Las tres salas que conforman la muestra permanente están cerradas para actualizar sus contenidos. El enclave no se abrirá hasta febrero del año que viene.

En enero de 2017 se presentó en sociedad la quinta fase de ampliación de la pinacoteca. Nuevas salas que, desde entonces, están vacías. El Ministerio no ha licitado aún el plan museológico ideado por el centro, por lo que estancia sigue sin uso desde entonces.