![El concierto de Andrés Suárez, anoche, en el auditorio Marina Sur de Valencia.](https://s1.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/202007/18/media/cortadas/1426184507-k3vB-R8bFQ1x3xw1le7uPSpr7qRL-1248x770@Las%20Provincias.jpg)
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c. velasco
Sábado, 18 de julio 2020, 00:02
Este fin de semana era el FIB. Todo estaba previsto para que los 'fibers' volvieran a tomar las playas de Benicàssim. El coronavirus trastocó la normalidad. Adiós a la edición de 2020. En el estado de alarma, se encadenó la suspensión de conciertos en la Comunitat: ni actuaciones de la Feria de Julio, ni la despedida de José Luis Perales en la plaza de toros de Valencia, ni el Festival de Jazz del Palau, ni el Arenal Sound de Burriana, etcétera.
No todos los promotores han dado por perdido el verano y han aprovechado el margen de maniobra de la nueva normalidad para sacar adelante conciertos al aire libre. Contra pronóstico la música en vivo se abre paso en este verano atípico. La empresa Music Republic, que gestiona el FIB, el Festival de les Arts y Arenal Sound, ha alquilado el auditorio de la Marina Sur para el ciclo de conciertos Republic Alive. Esta iniciativa empezó ayer con el concierto de Andrés Suárez, un montaje que, al cierre de esta edición, no había terminado. Le seguirán las actuaciones de Miss Caffeina (viernes 24), Iseo (viernes 31) y David Rees (sábado 1 de agosto), Viva Viva Suecia (13 de agosto), El Cigala (14 de agosto), M Clan (16 de agosto), Cepeda (19 de agosto), Ismael Serrano (21 de agosto), Hombres G (19 de septiembre) y El Kanka (25 de septiembre). El aforo se reduce a 800 personas.
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Tampoco los promotores del Big Sound Festival, cuya primera edición estaba prevista para el pasado 10 y 11 de julio con C. Tangana y Bad Gyal en el cartel, se han quedado de brazos cruzados tras la parálisis. BS Entertainment promueve 'Nits al Carme' del 10 al 14 de agosto. Se trata de recitales en formato íntimo con Izal, Ara Malikian, Miguel Poveda, Dorian, Sofía Ellar, David Bisbal, Pablo López y Los Secretos.
A estas citas musicales cabe sumar las veteranas, como el Festival de Jazz Panorama. La próxima edición, que se celebrará del 22 al 24 de julio en l'Hort de Trenor de Torrent, resiste.
Aún así la música en directo llega a cuenta gotas y después de cancelaciones abruptas, como la del pasado jueves. Apenas una hora antes de la apertura de puertas se suspendieron los conciertos previstos en La Pérgola del puerto de Valencia. El Ayuntamiento ha dado hoy luz verde al ciclo que programará a El último vecino, Tesa, Tórtel, Hijas de la Cumbia y Pantocrator, entre otros. Los conciertos se celebrarán los jueves hasta mediados de septiembre. «Se buscará nueva fecha para el concierto anulado de Is.las y Mausoleo», explicó ayer Quique Medina, responsable de los conciertos de La Pérgola.
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La junta del gobierno del Ayuntamiento aprobó ayer la autorización para los conciertos impulsados por Consorico 2007. La falta de permisos municipales a los que aludió la Marina de Valencia y que obligó a suspender las actuaciones ya ha sido subsanada (se ha implantado una mayor señalítica en el escenario y se han reubicado algunas butacas en el recinto) y también revisada por el Ayuntamiento.
No es un verano fácil para el negocio musical. «La industria se ha de adaptar tanto el modelo de negocio como las medidas para garantizar la seguridad al público», explica Medina. El también responsable del Deleste Festival se muestra partidario de lanzar nuevas propuestas musicales o adaptar las existentes porque la sociedad ha empezado a «adoptar una vida bastante normalizada». El gestor cultural, que avanza su intención de mantener para noviembre la celebración del Deleste, detecta que los promotores están revisando su modo de trabajar para ajustarse a la nueva realidad y que los artistas «están bajando su caché».
El coronavirus ha cambiado las reglas de la industria musical. Ahora, apunta Medina, no vale dejarse llevar por los parámetros (de volumen de negocio, de ingresos, etcétera) anteriores a la crisis de la pandemia. «Si había cierta burbuja en la industria musical, el Covid nos exigirá una adaptación porque ha sido una especie de bofetada de realidad», explica.
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