Paseo por la leyenda rock con Ariel Rot

Los seguidores del exTequila llevaban prácticamente un año esperando que Ariel Rot volviera a Valencia tras su última cancelación. Gran parte de aquellos que le acompañaron en un pequeño showcase en la Fnac de Valencia repetían entre los presentes al concierto que el bonaerense tenía preparado para la sala Wah Wah. Ahora sí era su turno, el suyo y el de La Huesuda, pero también el de un Ariel Rot íntimo y más cercano. Solo sobre el escenario y desenvolviendo su setlist entre guitarras y teclado, Rot tejía algunos cuadros más del edredón de rock patrio del que siempre ha sido partícipe. La noche se mantenía calma y los ánimos de los presentes, partícipes del sold out, irían dejando poso en un concierto perfecto para engancharse en cada uno de los versos.

Poco espacio para La Huesuda en su setlist, más complaciente con clásicos del argentino. Únicamente Debajo del puente (tema con el que se abre trabajo y concierto), La Huesuda, Para escribir otro final y Emociones escondidas. El resto llegaría desde Tequila, desde Los Rodríguez y desde el extenso repertorio en solitario que tiene a sus espaldas. Y quizás era lo que el público más esperaba: los viejos éxitos, como ese Quiero besarte que desde el fondo de la sala le pidieron pero que, quizás, dejó para otra ocasión.

Rock, blues, tango... 3 sets en los que dividió un setlist de 20 temas y en los que vimos a Ariel Rot en la faceta que mejor se desenvuelve, a la guitarra, y al teclado. Y es que siempre es un lujo ver cómo el argentino pasa de las escalas pentatónicas a los pasajes más libres por todo el mástil de su(s) guitarra(s). Y si aún podríamos pensar que llegaba en solitario, todo lo contrario: la sala al completo cantaría todas y cada una de las canciones que desempolvaba Rot.

Recuerdo a un Joaquín Sabina que le encargó ese Viridiana (Roth, toca un Rock, bromeaba el argentino), guiño a Burning y a los Rolling Stones en Los tipos duros no bailan o consiguiendo tejer un mash-up entre el I will survive, Salta y Una casa con tres balcones. Sin olvidar esa reverencia a Tata Cedrón con Eche 20 centavos en la ranura, tema que Ariel Rot incorporó en su trabajo Lo siento, Frank y que esta noche también rezumaba tango.

La imperfección del rock salpicada por las historias que, a modo trovador, el bonaerense iba desgranando a lo largo de las 2 horas de show y que coronaría con la Milonga del Marinero y el Capitán. Un final que se remontaba 20 años atrás, cuando muchos de los presentes llegaban a la mayoría de edad, pero que seguía sonando con el mismo descaro que en el '93. Echamos en falta ese tema que podría explicar la noche: Nunca es tarde para el rock and roll; ni para él ni para nosotros

Próximos conciertos Ariel Rot: 

29 Noviembre La Laguna, Tenerife (Plaza de la Concepción)

11 Diciembre Valladolid (Teatro Zorrilla)

12 Diciembre Ávila