El gen musical de la familia Cantó

El hogar de los Cantó es un universo dominado por la música, las melodías y los instrumentos. La banda sonora de la familia ha sido, desde hace tres generaciones, los más ilustres compositores. Santiago Cantó es el abuelo de las niñas que estudian en la prestigiosa Yehudi Menuhin School de Londres. En él comienza la larga carrera musical que alcanza a toda su familia: "Mis hijos viven de la música y mis nietos, la estudian", afirma.

Santiago recuerda la afición que sus padres sentían por el teatro y la ópera de Alcoi. La carrera del violonchelista comenzó con 14 años en la banda municipal. En 1963 fue seleccionado para formar parte de la Orquesta de El Cairo. "Fue una oportunidad porque allí la profesión estaba muy bien vista, mientras que en España, decir que vivías de la música, sonaba un poco quijotesco". A los tres años volvió a España e ingresó en la Orquesta de Valencia, donde trabajó 26 años. Poco antes de jubilarse, comenzó a dar clases en el Conservatorio José Iturbi.

A sus tres hijos les inculcó la pasión por la música. Así lo recuerda Santiago, progenitor de Lorena y Margarita Cantó. "Mi padre trajo una viola y pensó que estaría bien que la tocara para que pudiéramos hacer un cuarteto", cuenta. Tras formarse y trabajar en varios países, Santiago es viola solista de la Orquesta de Valencia, en la que ingresó hace 21 años. Su mujer Elisabeth Woltèche es profesora en el Conservatorio José Iturbi y toca la viola y la flauta barroca. "Mis hijas siempre han estado rodeadas de músicos", admite Santiago. "Que estudien en Londres es un lujo".

Margarita Cantó ingresó el pasado septiembre en Menuhin con 14 años. Llegó a la escuela gracias su hermana. "Lorena nos dijo que se quedaban sin violonchelistas". En un principio, los padres se mostraron reacios, pero "al final, fue la escuela quien nos llamó y accedimos a que hiciera las pruebas".

"Desde que se fue mi hermana quise venir porque cada vez que hablaba con ella veía que estaba contenta", afirma Margarita, la hija pequeña de los Cantó-Woltèche. Las niñas consideran que su futuro no está en España. Margarita sólo piensa en seguir en la escuela y Lorena se plantea ir a Alemania "por la tradición musical que tienen".