El director de orquesta José Sanchis, antes de participar como jurado en el Ciclo de Música de Cámara de LAS PROVINCIAS.

José Sanchis, director de orquesta: «Coger una batuta es un acto de responsabilidad y disfrute a la vez»

El valenciano, al frente de la Sinfónica de la Complutense de Madrid, reivindica una profesión «sacrificada» en la que no se para de aprender

Noelia Camacho

Lunes, 15 de junio 2015, 21:42

El director de orquesta valenciano José Sanchis es un entusiasta de su profesión. En la actualidad, ejerce de director titular de la Orquesta Sinfónica de la Universidad Complutense de Madrid y de la recientemente creada Orquesta Sinfónica de Bankia. Pese a que desarrolla su trabajo en la capital de España, el músico ha estado recientemente en Valencia para participar como jurado en el Ciclo de Música de Cámara que organiza LAS PROVINCIAS. «Amo esta profesión aunque es muy sacrificada», asegura después de reivindicar la necesidad de que el mecenazgo y la financiación privada apuesten por colaborar con la música.

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-¿Qué es lo mejor de tomar la batuta y dirigir una orquesta?

-Entenderse a la perfección con un músico al que no conoces de nada. Y hacerlo casi sin la necesidad de hablar. Lo mágico de esta profesión es que el director de orquesta consigue engranar una maquinaria que crea música y genera felicidad. Y lo hace sin una comunicación verbal.

-Enumere los requisitos que ha de tener el encargado de hacer funcionar esa maquinaria musical.

-El amor por esta profesión y la pasión por la música. El director de orquesta es la persona que guía e intenta aportar su conocimiento para enriquecer a los músicos, pero también sucede a la inversa.

-¿Es una profesión reconocida?

- Sí. Está reconocida pero como deben estarlo todas las disciplinas musicales. Esto es un oficio. Sin embargo, muchas veces parece que estemos separados de la gente, hay muchos estereotipos a su alrededor. Se piensa que un director de orquesta vive rodeado de glamour, de grandes hoteles, champán y limusinas. Pero no es así. Esto es un oficio.

-También es el titular de la Orquesta Sinfónica de Bankia. ¿Cómo casa la música con el dinero y los bancos?

-En este caso, muy bien (ríe). Esta idea es una fórmula pionera en este país. La orquesta está enfocada, sobre todo, a los músicos jóvenes. España importa muchos músicos porque los que están empezando no tienen plataformas para trabajar. La gente no tiene plataformas. No deja de ser un proyecto en el que cobra una gran importancia el mecenazgo y el patrocinio privado, en este caso de una entidad bancaria.

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-En tiempos donde la cultura no tiene presupuesto y los auditorios públicos apenas programan, ¿es la iniciativa privada el único camino?

-Yo entiendo que sí. Una orquesta profesional necesita financiación para formar parte de la élite. Gente joven con música de excelencia. Y en momentos tan complicados, parece que el futuro está abocado a que las entidades apoyen a la música de forma potente. La red pública está atravesando una situación complicada. Algunas orquestas se han tambaleado porque no han llegado las subvenciones.

-Valencia tiene el Palau de les Arts y el Palau de la Música, esta es una tierra de músicos donde hay más de 500 sociedades musicales... Sin embargo, ¿cree que falta apoyo a la música?

-Lo cierto es que en Valencia me muevo poco. Pero esta región tiene un potencial espectacular que está plasmado en diferentes orquestas de Europa. En las mejores formaciones se habla valenciano. Sin embargo, hay que apostar por la promoción de sus músicos y por nuevas plataformas y nuevos proyectos que inyecten actividad musical. Hay que cuidarlos, que no se queden a medio camino.

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-¿Tiene entre sus proyectos regresar a Valencia?

-Realizaré una gira con la Orquesta Sinfónica de Bankia en el mes de julio en la Comunitat. Pero, lo cierto es que fuera de aquí es donde he desarrollado una actividad mayor. Los músicos siempre estamos buscándonos la vida. Es una profesión que, generalmente, no tiene nada fijo. Y, además, en la que siempre tienes que estar invirtiendo porque nosotros nunca, nunca, paramos de formarnos.

-¿Ha pensado alguna vez abandonar y marcharse con la música a otra parte?

-No, pero ha sido un camino muy difícil. Yo decidí, en un momento muy complicado como fue el inicio de la crisis, coger la maleta y marcharme a Madrid a trabajar. Muy poco a poco fui entrando en el circuito profesional, pero fue con mucho esfuerzo y sacrificio. Los resultados van saliendo, estoy en un momento emergente, recogiendo los frutos profesionales. Y lo hago porque coger la batuta de una orquesta es un acto de responsabilidad y disfrute a la vez. Yo amo esta profesión.

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