Ainhoa Arteta: «A un terrorista suicida le pondría a Beethoven»

Ni una vida intensa ni su deslumbrante carrera como soprano han restado espontaneidad a esta tolosarra. Ainhoa Arteta opina que a sus 51 ya tiene edad como para decir lo que piensa. Es lo que hace en esta entrevista, tras cocinarle unos macarrones a su hijo Iker, de seis años. Mañana cantará en el Teatro Real de Madrid la Novena de Beethoven en el concierto benéfico A Kiss for all the World.

- ¿Se canta mejor cuando es por una buena causa?

- Siempre intento cantar bien y pienso que si lo consigo ayudo a esa causa, que aquí es acercar la música a los más desfavorecidos. La iniciativa partió del director de orquesta Íñigo Pirfano. Pero a mí y al tenor Aquiles Machado nos lió Emiliano Suárez, que es colaborador del proyecto y gran amante de la ópera.

- Antes el Teatro Real se le resistía.

- El mundo de la ópera está lleno de filias y fobias. Pero al final aquello se desatascó y ahora hay una relación fluida.

- ¿Usted concita más filias o fobias?

- Ni idea, no hago caso a las fobias. Yo en cuanto a mi profesión no tengo ninguna. Y vivo feliz, aunque esta es una carrera muy costosa a nivel emocional.

- Lo sé. La he visto morir en Manon Lescaut.

- Sí, je, je... Me he especializado en todo tipo de muertes y a veces temo que el día que me llegue la mía no sepa si estoy en una ópera o es la de verdad. Cuando me meto en esos papeles me quedo hecha polvo. Después lo que más me suele apetecer es tomarme una cerveza. Una grandísima profesora me enseñó que el alcohol es compatible con el canto. En su justa medida, claro. Yo antes no lo probaba. No he sabido lo que es entonarse con una copita hasta pasados los cuarenta. Ahora, después de una actuación, me pido lo que yo llamo una wagneriana. Con ese copón de cerveza me relajo, digo cuatro tonterías y me voy a dormir a gusto.

- Creo que la Novena de Beethoven le trae recuerdos.

- Me tocó prepararla cuando mi madre estaba intentando recuperarse de un cáncer que era irrecuperable. Estudiar la Novena fue una forma de sublimar el dolor.

- La Oda a la Alegría además es el himno de esta Europa tan vapuleada.

- Yo se lo pondría a uno de estos que llevan las bombas adheridas a su cuerpo antes de que intentara volar por los aires. La música te transforma. Por eso soy una gran defensora de la cultura. Es la mayor arma de libertad y de comprensión hacia los demás que tenemos.

- Y pide que se equipare el IVA cultural al del porno.

- Lo que dije es que me parece descabellado que la pornografía esté pagando un 4% de IVA y la cultura un 21%. El IVA de la cultura deberían bajarlo a un 3% como mucho y si me apuran diría que la cultura no debería tener IVA.

- ¿Por qué lloró al cantarle a la Macarena?

- Llevaba años con ganas de ir a la Semana Santa de Sevilla y soy un ser bastante emotivo, me dejo llevar.

- ¿Cuál de sus 32 apellidos vascos se ha enamorado del sur?

- Yo creo que todos. Si pudiera me compraría una casa en Sevilla.

- Mire que van a decir que le va la españolada...

- Me da igual. Yo soy muy euskalduna, muy vasca. Pero he viajado desde los 18 años y me siento también ciudadana del mundo y, cómo no, española. Todas estas historias me cansan.