Un palacete del siglo XVIII luce deshabitado y en silencio desde hace 15 años, pero alberga ritmo. Allí el cantante Miguel Ángel Escrivà compuso y grabó 'Rioflorido', el último disco de Santero y los Muchachos. La banda valenciana, que saltó a los escenarios hace ahora dos años con su primer álbum, 'Ventura', camina ya con cierta seguridad. Lo hacen de la mano de este segundo disco que lleva como título el nombre del primer Marqués que habitó el palacio. 'Rioflorido' es además pura energía, «un impulso cargado de carácter» que se desplaza, libremente, entre el pop y el rock. El grupo, que presentó recientemente su último disco en la sala Moon, actuará en Casa Corona el 13 de junio.
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-¿Cómo fue la experiencia de grabar el álbum en un lugar tan alejado de un estudio común?
-Llegamos allí con la idea de crear solo las maquetas, pero luego también decidimos grabarlo, sobrecogidos con la oscuridad del palacio, el ambiente y los sonidos que nos parecía escuchar. Hemos trabajado muy agusto. No es tanto que el lugar sea especial, que también, sino que te encuentres bien sin que nadie te moleste.
-Esa calma y pausa en el trabajo, ¿se refleja en la música que compone 'Rioflorido'?
-Sí, de hecho este es un álbum del aquí y el ahora. 'Ventura' tenía canciones hechas con anterioridad, pero este disco es mucho más presente.
-¿Qué novedades trae consigo este proyecto?
-Todas las letras, al ser yo el que las compone, guardan una cierta coherencia. Musicalmente sí que vamos cambiando y este álbum tiene mucho más impacto. Un disco cargado de carácter, más poderoso en cuánto al sonido y con bastante presencia de guitarras acústicas. También hemos pensado más en el directo para que no se viniera tan abajo. Además, el lugar ofrecía unos ecos peculiares que se reflejan en las canciones.
-El disco camina entre el rock y el pop, sin encasillamientos. No aferrarse a un único estilo, ¿se convierte en una ventaja ante un mundo tan competitivo?
-Nosotros no queremos satisfacer a según quienes. Componemos sin ningún límite y al final debe quedar una canción que te llene y que a mí me haga disfrutar al cantarla. No buscamos encajar en un patrón. Por encima del estilo están las canciones que cuentan algo. Lo importante es el carácter y que las vivencias estén reflejadas en la música con una cierta potencia.
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-Hablamos de la competitividad en la música, más aún con el auge de las grandes plataformas de reproducción. ¿Qué cambios están generando en la industria?
-En estos momentos, la ventaja es colar tu canción por una rendija en alguna plataforma. La desventaja es la de no conseguir tanta fidelidad. Antes la gente escuchaba y compraba tu disco. Ahora, el acceso gratuito a una infinidad de músicos hace que sea más complicado llenar una sala y, en esas estamos todos, tratando de conseguir fidelidad.
-¿Cómo están acogiendo este nuevo álbum los seguidores de Santero y los Muchachos?
-Teníamos miedo porque el público decía que 'Ventura' estaba a cierto nivel y que lo tomáramos con calma para que saliese algo a la altura. Pero nos sorprende cómo la gente ha acogido el disco. Lo importante es que no hay una favorita, cada canción tiene algo diferente que gusta.
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-El 'artwork' del disco corre a cargo de la ilustradora Carla Fuentes, ¿la música también pasa por acoger nuevos formatos?
-Sí, yo creo que todo el mundo intenta añadir valor a su producto musical. En nuestro caso ha funcionado. El público lo aprecia, algo que se estaba perdiendo. Parece que ahora se vuelven a comprar vinilos porque aún atrapa el poder palpar con tus manos las ilustraciones, las letras. Nosotros somos de la vieja escuela, de cuidar solo lo musical, pero ahora nos ha tocado encargarnos de cuestiones a las que antes no dedicábamos tiempo. Te das cuenta de que la música es mucho trabajo.
-De ese mundo inestable habla 'El perdedor', ¿no?
-Sí, la canción refleja muy bien ese estado del músico. Los principios son así, tienes que ir de arriba abajo. Te encuentras con dificultades en la industria. A nosotros nos pasó. Santero no entra en los patrones de lo común y nos dieron la espalda al principio, no sabían cómo trabajarlo. Afortunadamente el tiempo está ahí para todos y nos ayuda a aprender.
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-Así canta Santero y Los Muchachos que «perder enseñó siempre más que ganar»
-Sí. Ese es el mejor filtro para saber con qué o con quiénes cuentas. Es una de las cosas buenas de no tener. Ese vacío en ocasiones puede llegar a ser un lujo, te ayuda a conocerte. Nosotros al principio nos encontramos con el rechazo, pero esto nos hizo saltar y salir. El negocio nos ha enseñado que no hay éxito sin trabajo.
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