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La bailarina y coreógrafa Rosángeles Valls. J. J. MONZÓ
«Todas las artes escénicas exigen sacrificios. Hay que arriesgarse»

«Todas las artes escénicas exigen sacrificios. Hay que arriesgarse»

Rosángeles Valls. Bailarina y coreógrafa ·

La directora de Ananda Dansa, que anuncia el cierre de la compañía tras 37 años en los escenarios, asegura que la actividad artística «tiene mucho de compromiso social»

Laura Garcés

Valencia

Lunes, 6 de enero 2020, 00:06

Rosángeles Valls creó, junto a su hermano Édison, la compañía Ananda Dansa en 1982. Fue pionera, una artista que puso en circulación la danza contemporánea en España y creó público para el arte de bailar. Su hacer en los escenarios se ha traducido en muchos reconocimientos, como el Premio Nacional de Danza de 2006. Y el año pasado Rosángeles fue distinguida con la Medalla de Oro de las Bellas Artes . Ahora ha llegado el momento de bajar la persiana del proyecto empresarial. Lo hará con el espectáculo 'Âtman, el comiat' en el Palau de les Arts. De cómo abrieron caminos para los interesados en bailar y del futuro que espera a quienes deseen seguir haciéndolo habla con LAS PROVINCIAS esta mujer que confiesa que ama «la danza por encima de todas las cosas» y asegura que a partir de ahora «si me interesa algún espectáculo lo haré, pero sin estar pendiente de la estructura empresarial».

–Casi cuarenta años con el proyecto Ananda Dansa sobre los escenarios y llega el momento de echar el cierre.

–Somos una compañía que trajo la danza contemporánea a España. Ahora se despide la estructura empresarial de Ananda Dansa: no más contratos, no más solicitudes de subvenciones. Ni adelantar el IVA, pagar hoteles. Demasiado papeleo.

–¿Y ahora qué?

–Pues Rosángeles y su hermano se dedicarán cada uno a lo que más nos gusta. Si me interesa algún espectáculo lo haré, pero sin tener que estar pendiente de la estructura empresarial.

–¿Con una trayectoria como la suya, cómo se define Rosángeles Valls: bailarina, coreógrafa, trabajadora de los escenarios, artista?

–Soy una persona de la cultura que empecé siendo bailarina, coreógrafa y gestora. Amo la danza por encima de todo. Esta manera de comunicarme con el cuerpo me vuelve loca. Creo que siempre me dedicaré a la danza.

–¿Desde que comenzó Ananda cuánto ha cambiado la danza?

–Más que cambiar ha evolucionado. Tenemos grandes bailarines y coreógrafos. Cuando empezamos nos vinimos del extranjero donde estábamos trabajando. Aquí sólo se hacía teatro y baile flamenco, pero no danza contemporánea. La introdujimos entonces.

–¿Hay futuro para quienes quieran dedicarse a bailar?

–Lo tienen en su mano. Para subirse a un escenario ahora hay muchas posibilidades, pero tienen que ser sinceros con su técnica. En estos tiempos ya hay un público. Nosotros tuvimos que explicar qué era la danza contemporánea y crear el público. Todas las artes escénicas exigen sacrificios, pero también dan muchas satisfacciones. Hay que arriesgarse. Si te empeñas en algo, lo puedes conseguir y si no, al menos te has divertido y entonces, que te quiten lo 'bailao'.

–¿Si volviera a empezar, volvería a inventar su compañía?

–Sí, la volvería inventar. Soy muy cabezota.

–¿El triunfo de los medios audiovisuales en la creación artística puede afectar a la danza?

–No tiene nada que ver. La 'vídeodanza' ayuda mucho. Está bien unir una cosa con la otra. No creo que afecte.

–Ahora trabaja en un proyecto que presentará en Les Arts y que será la despedida de la compañía que usted creó junto a su hermano.

–Estamos preparando 'Âtman, el comiat' , el último trabajo de Ananda Dansa. Es un espectáculo sobre la violencia de género para el que hemos invitado a 17 bailarines de entre 25 y 60 años. Será una fiesta de despedida, pero también de reencuentro.

–Trata una cuestión de gran relevancia para la sociedad, ¿la actividad artística es compromiso social?

–Tiene mucho de ello. La vida te enseña mucho y si tienes una plataforma desde la que puedes hablar de esas cuestiones, y eres valiente y progresista, está bien que lo intentes. Si Dios o el cosmos nos dan una oportunidad, debemos aprovecharla.

–¿Y alguna iniciativa más?

–Me apetece un poco de tranquilidad. Cerrar me va a costar mucho.

-¿Además de una clausura de la estructura empresarial, habrá un cierre emocional?

-Creo que lo habrá. Debe haberlo. Ya veremos qué es de mi vida.

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