De un bar de Valencia a protagonizar el último videoclip de Mónica Naranjo y Nebulossa

Ha dejado de poner azucarillos en una hilera de platitos del café sobre la barra del bar para hablar con LAS PROVINCIAS. Este lunes Rafa no servirá el menú en el restaurante que sus padres abrieron hace 30 años en Valencia. «Esta tarde tengo que ir a Mélies», matiza. «No he faltado a ninguna clase», afirma el joven de Torrent. Fue una excompañera de la escuela la que facilitó el currículum de Rafa a la productora del vídeoclip, que iba buscando un joven de su edad con apariencia masculina. «Me llamaron en noviembre y me comunicaron que el rodaje con Nebulossa sería el 12 de diciembre en Dénia. El día anterior a la grabación, estaba leyendo el plan de rodaje y vi que en las escenas participaba una tal Mónica. Pregunté por esa actriz y para mi sorpresa me informaron que era Mónica Naranjo. Me quedé muy sorprendido. Me hizo mucha ilusión trabajar con Mery y Mónica«, explica con una sonrisa en la boca.

En el vídeoclip 'Venenosa', Rafa aparenta más edad de la que marca el DNI y de cerca parece tener menos de 26 años. «Lo más importante que he hecho como actor es el videoclip 'Venenosa», sostiene. «Ha sido muy gratificante. Me sentí muy a gusto porque el equipo fue muy profesional y me dio confianza», explica Rafa, quien ha ejercido de figurante en la primera temporada de la serie 'Respira', ha participado en varios spots publicitarios y ha colaborado en cortometrajes, como 'Bon profit', inspirado en Berlanga y ganador del certamen de cortos de LAS PROVINCIAS.

En el videoclip Rafa interpreta a un hombre dominante, violento. «No me costó meterme en el papel. Me resultó fácil porque son perfiles de personajes que se mueven por la rabia. Todo se grabó en un día», recuerda el joven, quien admira a Mario Casas o Christian Bale.

De pequeño hacía teatro, va mucho al cine («el domingo vi 'Amenaza en el aire' por distraerme», detalla), está rodando la película 'Catarsis', dirigida por Noé Aguilera, y tiene en mente ir con los miembros de la escuela a la próxima edición del Festival de Málaga. No descarta mudarse a Madrid para probar suerte. Verbaliza su sueño no si confesar antes que hubo un momento en que pensó que su futuro estaba en unas oposiciones. «Me apunté a una academia para ser Guardia Civil, pero me lo dejé. El cine es volátil, lo sé, y lo otro es un trabajo seguro pero lo mío es la interpretación», recalca. Tanto para una profesión como para la otra, Rafa se cuida. Acude al gimnasio, asiste un curso de autodefensa y entrena al aire libre porque, argumenta, le puede venir bien en caso de escenas de riesgo.

Rafa sirve cafés, almuerzos y lo que se tercie pero su menú vital está compuesto de cámaras, guiones y set de rodajes. Sólo el tiempo confirmará si el destino del joven está iluminado de focos.