La historia de Benidorm quedará para siempre ligada a las tetas. Y no sólo por la escultura que la favorita para ganar el Benidorm Fest, Rigoberta Bandini, sacó la noche del jueves en el escenario para reivindicar los cuerpos de las mujeres. Es que la capital del turismo patrio por antonomasia siempre ha estado culturalmente ligada a la figura de los pechos femeninos. Así que la teta mundi (una combinación de seno y bola del mundo) de 'Ay mamá', el himno de Bandini, se unirá a la iconografía de la ciudad alicantina, donde ya tienen un puesto destacado dos elementos ligados a los pechos: el bikini y el top less.
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Y es que Benidorm ha sido tradicionalmente la capital del turismo moderno de sol y playa. Sus kilómetros de costa fueron los primeros en autorizar el uso del bikini, hace la friolera de 69 años, para poder lucir el dos piezas en la arena. Las turistas europeas ya lo utilizaban en los 50. De hecho, la prenda era un habitual en las maletas vacacionales de las más modernas. Pero, en España su uso estaba penalizado para evitar escándalos públicos en plena dictadura. Hasta que el entonces alcalde de Benidorm, Pedro Zaragoza Orts, decidió cursar la petición para poder usar la prenda de baño al mismísimo Franco. Y frente a todo pronóstico, desde el año 53 se utilizó ininterrumpidamente en las playas de Levante y Poniente, como símbolo de la libertad y modernidad de la capital alicantina. También el top less, que siempre ha estado ligado a la liberación de la mujer. Una de las presentadoras del Benidorm Fest, Inés Hernand, ya destacó la elección de la ciudad de la Costa Blanca por su historia en la lucha por las libertades. Una ciudad «disruptiva», dijo, «la primera de España en acoger el topless.
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Y ahí es donde ha jugado la cantante Rigoberta Bandini, que parte como favorita para ganar el festival en todas las quinielas. Rigoberta Bandini sacó en la semifinal del jueves una teta gigante al escenario, durante la parte final de su canción. Un top less en sentido figurado que ha revolucionado las redes sociales. Un controvertido elemento en pleno siglo XXI, donde hasta la más famosa de las redes sociales, Instagram, aún censura la figura del pecho femenino. «Para mí esa simbología era importante», reconocía la cantante después de ganar la segunda semifinal. «Como no se pueden enseñar los pechos en ningún lugar, como esto es una escultura, no te pueden decir nada», explicó. «Es un elemento más para emocionar». Y esa escultura, similar a un monumento fallero, ha salido de las manos de Marina Salazar (@noquedatinte) una diseñadora catalana amiga de la cantante, según ha explicado ella misma esta mañana. Una diseñadora que colabora con artistas falleros, aunque la ejecución del proyecto no ha salido de ningún taller valenciano, sino que ha corrido a cargo del equipo de atrezzo de la radiotelevisión pública, como han confirmado en TVE, a raíz de unos bocetos de la diseñadora.
La actuación de Bandini no sólo estaba cargada de simbolismo en lo que a la teta se refiere. La artista, que durante una estrofa de la canción se cuestiona «por qué dan tanto miedo nuestras tetas, sin ellas no habría humanidad ni habría belleza», ha utilizado también otros fraseos del tema que ya parte como favorito para incluir en su vestuario. En el vestido blanco que utiliza para el número se puede ver la hechicera del tarot que utiliza como imagen de la carátula de 'Ay Mamá', el nombre de su hijo, que aparece en una manga, y el nombre de una conocida marca de caldos, porque las madres «siempre tienen caldo en la nevera», como dice la letra de su tema.
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