Momentos de eternidad

Schuen es, junto Lise Davidsen, uno de los fenómenos vocales más extraordinarios surgidos en tiempos recientes. Lo tiene todo: voz, técnica y sensibilidad. Su emisión posee la claridad latina combinada con la capacidad para el matiz propia de los mejores liederistas germanos. Destaca su técnica para la respiración que le permite ofrecer amplias y matizadas filaturas. También impresiona la flexibilidad de la voz y la comodidad tanto en el grave como en la zona de paso. La directora Anna Sulkowska-Migon se encargó de dirigir al reducido grupo de músicos de la Orquesta de la Comunitat que demostraron toda su extraordinaria categoría como solistas. Por cierto, el programa tuvo como preludio el «Idilio de Sigfrido» en su versión original. La única nota negativa fue el público o, más bien, su ausencia, pues hubo bastantes huecos en el patio de butacas. Son Fallas, mala fecha. Pero también puede ser que el público valenciano todavía no se haya familiarizado con el nombre de Schuen. Les Arts siempre se ha caracterizado por anticiparse a la hora traer grandes voces y así debe ser, pero eso tiene sus riesgos.