Un momento del concierto. LP

Oportunidad medio perdida

Crítica ·

Ese músico puro, sincero y honesto que es Apellániz supo entender su función en cada momento y ponerse al servicio de la música

Viernes, 31 de marzo 2023, 13:40

Este concierto debería haber sido un acontecimiento. En condiciones normales, con un Palau de la Música abierto (y no cerrado pese a lo que sigue manteniendo su absurdo lema), se podría haber hecho rueda de prensa, promoción… en fin, todo lo que un acontecimiento así ... merece: un gran director como Sylvain Cambreling interpretando la sinfonía 'Turangalila' una de las grandes obras sinfónicas del siglo XX. Es una obra compleja, difícil, que necesita muchos medios y que, por ello, rara vez se interpreta. En dichas condiciones, seguramente la sala se hubiese llenado, no como el jueves cuando solo se ocuparon la mitad de las butacas. Una pena, pues, a la salida del concierto, muchos espectadores comentaban lo gratamente sorprendidos que estaban por la obra.

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CONCIERTO

  • MÚSICA Messiaen, 'Turangalila'. C. Apellániz, piano. N. Forget, ondas Martenot. Orquesta de Valencia, S. Cambreling. Palau de les Arts, 30 de marzo

Cambreling es uno de los grandes intérpretes de esta sinfonía, de hecho tiene una excelente grabación discográfica. Conoce a la perfección la arquitectura de la obra y sabe tanto mantener la continuidad del discurso formal, como crear las atmósferas precisas en cada parte, en ese sentido, la interpretación 'Jardin du sommeil d'amour' resultó especialmente reveladora. El segundo protagonista fue Carlos Apellániz. El pianista estuvo inmenso interpretando esta compleja obra. En ella, el papel del piano es muy peculiar, pues ni es un concierto para piano ni una sinfonía con piano, sino que en ella el instrumento se mueve en el doble papel de piano de orquesta con incursiones solistas y ese músico puro, sincero y honesto que es Apellániz supo entender su función en cada momento y ponerse al servicio de la música. Magníficas el resto de intervenciones solistas, así como Nathalie Forget en la ondas Martenot. También muy bueno fue rendimiento de la orquesta, pese a que una obra así les llevó al límite de sus fuerzas y que a la cuerda le faltó algo de esmalte pese a que ofrecieron el máximo de su potencial.

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