Dos compositores austríacos de momentos muy distintos protagonizaron el concierto de anoche con el que la Orquesta de Valencia inaugura este 2025. Del clasicismo de ... Mozart al romanticismo tardío de Zemlinsky.
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El violinista Noah Bendix-Balgey, concertino de la Filarmónica de Berlín, interpretó, en la primera parte, el cuarto de los conciertos que para el instrumento escribió Mozart. Fue la suya una interpretación ortodoxa, clara y precisa demostrando su enorme calidad.
MÚSICA. Obras de Mozart y Zemlinsky. N. Bendix-Balgey, violín. Orquesta de Valencia, A. Leibreich. Palau de la Música, 10 de enero de 2025
La segunda parte la ocupó la 'Sinfonía Lírica' de Zemlinsky. Esta obra es, en cierto sentido, el epílogo de la larga tradición sinfónica que comenzó en Viena de manos de Haydn y el propio Mozart, y que se desarrolló hasta llegar a Mahler. Zemlinsky no duda en tomar a éste último como referente, tal y como acertadamente señala Joaquín Guzmán en sus magníficas notas al programa. Tanto la Orquesta de Valencia como Alexander Liebreich conocen bien la música de este periodo (Mahler o Strauss), por ello, cabría haber esperado mayores sutilezas de las que se lograron. Además, hubo un importante problema con las voces. A esta sinfonía le pasa con el barítono lo mismo que a 'La canción de la tierra' con el tenor, y es que es fácil que la voz se pierda en la orquesta y eso ocurrió con Christian Immler cuyo instrumento no estuvo a la altura; tampoco contó con la alianza de Liebreich. Por su parte, Sarah Wegener ofreció una versión exquisita y delicada.
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