La energía de Maná sacude Valencia

La Marina de Valencia se llenó de fieles, de seguidores, de amantes de un grupo que, para muchos, forma parte de su memoria sentimental. No en vano, llevan muchos años sobre los escenarios, con una sólida carrera que en la noche de este jueves, en forma de cariño, recibió su recompensa en la capital del Turia. No tengan dudas, existen los fans de Maná, los que corean casi a voz en grito sus canciones. Y de varias generaciones, porque el público que quiere acompañar a la banda de Fher, Álex, Sergio y Juan es muy variado.

La cita era a las 21.30 horas en una Marina casi a rebosar. Cuando comenzaron a sonar las primeras notas, las más de 15.000 personas que llenaron el recinto empezaron a sentir la energía del grupo. Mucha camiseta con el nombre de la banda y alguna que otra bandera de México formaban parte del uniforme oficial de los fans.

Pasadas las diez menos cuarto, Maná hacía su aparición sobre el escenario. 'Manda una señal' y 'De pies a cabeza' fueron los primeros temas que enloquecieron al público, sobre todo por el cambio en la letra de esta última, donde el cantante de Maná introdujo la palabra 'Valencia'.

«Muy buenas noches, Valencia. No saben las ganas que teníamos de estar aquí y ahora en esta hermosa ciudad. Esta noche vamos con toda la carne en el asador. Les pedimos disculpas por haber tardado tanto», dijo el líder de la banda, Fher, antes de que sonaran los primero acordes de ese éxito que hicieron con Carlos Santana, 'Corazón espinado'.

El propio Fher confesó ante los asistentes que antes del concierto le dolía un poco la garganta. Pero, por consejo del médico que el grupo se ha traído desde Guadalajara (México), respiró y se relajó para poder salir a cantar. Por ello, agradeció que el público le ayudara a corear las letras. Después, los primeros acordes de 'Labios compartidos' dieron rienda suelta todas las pasiones.

Llegó el alegato ecologista en favor de la «madre tierra» -con un elefante en el escenario incluido e imágenes de la sabana- gracias a 'Dónde jugarán los niños'. Las proyecciones llegaron a mostrar un incendio, que el propio Fher, en una especie de performance, apagó con un extintor. En pleno apogeo, tocaba que sonara 'Vivir sin aire', que los fans no dejaron de cantar.

Muy activo estuvo el cantante, que brindó con el público y dedicó el concierto también a todos los asistentes de otros países que llegaron a Valencia para disfrutar de esta parada de la gira que les está llevando por media España. De repente, la locura llegó con 'Mariposa traicionera'. 'Se me olvidó otra vez' y 'Oye mi amor', que incluso sonó a ritmo de reggae dieron paso al momento que Álex, el batería, interpretó eso de 'Me vale'. Después, desplegó su talento a la batería de una forma que hizo que el público se arrancara en aplausos (el solo se hizo algo largo, pero permitió que el resto del grupo descansara un poco y se desplazaran a una plataforma en mitad del público).

De México, como no podía ser de otra manera, trajeron la ranchera por excelencia, 'Y sigo siendo el rey', que el público agradeció a voz en grito. 'Te lloré un río', 'El reloj cucú' y 'No ha parado de llover' reunieron a la banda para ponerse muy emotivos. Luego fue el instante de subir a una fan a cantar con ellos. La elegida fue Marta, que llegó desde Tenerife, para corear 'Eres mi religión'. Seguían en esa plataforma en la que interpretaron algunos de esos temas conocidos. Así, muchos de los asistentes los sintieron más de cerca. Y, de nuevo, de regreso ya al escenario, tocaba comenzar a despedirse. Llevaban cerca de dos horas tocando y el concierto llegaba a su fin. Era el turno de 'En el muelle de San Blas', 'Clavado en un bar' -donde Fher lo dio todo con una Senyera en las manos y hasta con un sujetador que le lanzaron- anticiparon un cierre que no fue tal. Porque pese a esa supuesta despedida, había energía para una más: 'Rayando el sol'. Al son de la armónica, fue el broche perfecto a una noche con tintes muy nostálgicos y muy buen sonido.

Puede a que muchos les sorprenda que se diga que Maná está en plena forma. Pero así es. Cumplieron la promesa que hicieron al inicio de la actuación, eso de poner toda la carne en el asador. Así fue. Lo dieron todo y los fans supieron verlo.

Otra noche más, Valencia vibró con la música. La ciudad se ha convertido en el epicentro de los grandes conciertos. Este mes de junio, la ebullición es total. Desde el Festival de Les Arts a las citas con Marc Anthony el pasado martes, los propios Maná este jueves, Estopa y Hombres G el sábado (los primeros en la Ciudad de las Artes y las Ciencias y, los segundos, en la Plaza de Toros. Pero todavía quedan las actuaciones de Vetusta Morla, Tom Jones y la celebración de otro macrofestival, el BigSound, el último fin de semana de este mes. Los grandes conciertos copan la capital.