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El director de orquesta valenciano Gustavo Gimeno se encuentra en su tierra para dirigir a la Orquesta de la Comunitat Valenciana en el concierto que ofrece hoy en el Palau de les Arts con la novena sinfonía de Mahler. El maestro, que en la actualidad es director de la Filarmónica de Luxemburgo, será titular de la Sinfónica de Toronto el año próximo. Mientras tanto, tiene tiempo para recalar en Les Arts, para el que pide «el respaldo adecuado» por parte de los políticos tras unos meses de cambios y dimisiones en el auditorio operístico.
–Actúa hoy en Valencia, su tierra, en Les Arts, interpretando la novena de Mahler y con las entradas agotadas. ¿Cómo se siente?
–Eso me preguntaba mi madre esta mañana (ríe). Hay una parte de mí de satisfacción porque cuando haces un trabajo muy en serio, lo que quieres es tener público. Pero lo cierto es que yo estoy pensando en el trabajo que hay que hacer en el ensayo, en alcanzar los objetivos musicales que tengo.
–¿Cómo ha encontrado a la Orquesta de la Comunitat? ¿Le ha tomado ya el pulso?
–Les conozco desde hace muchos años y sé que hay muy buenos músicos en el escenario. Aunque también sé que es evidente que no han tocado esta sinfonía desde hace mucho.
–¿Ha notado si han acusado los últimos cambios en el coliseo?
-No. Eso no. Obviamente sé que la Orquesta tiene un número de plazas que no es el que debería tener. Una formación sinfónica, de quien esperas buenas cosas, debe tener una estabilidad, de la cual no gozan actualmente. Hay un número de miembros fijos excesivamente reducido para lo que debería ser.
–Imagino que es consciente que su nombre aparecía entre las preferencias de la formación para ocupar la dirección musical del auditorio. ¿Cómo lo valora?
–En el momento de abrir la partitura y empezar a trabajar, no piensas en nada. Pienso en escuchar lo que los músicos me proponen y cuál es la mejor forma de conseguir un buen resultado para el concierto.
–Acaban de nombrarle director de la Sinfónica de Toronto y es director de la Filarmónica de Luxemburgo. ¿Cómo saca tiempo para actuar en Valencia? ¿Esta ciudad será prioridad en sus planes?
–Como todas las orquestas que me contactan, son planes que se hacen con mucho tiempo de antelación. Si hay un gran interés por ambas partes, por una u otra razón, se materializa. En mi caso hay muchas razones para estar aquí. Les Arts. Es una institución con la que tuve una muy buena relación en el pasado, esta obra de Mahler es fantástica, es mi ciudad, de paso veo a mi familia... Y también el nuevo director artístico, Jesús Iglesias, al que conozco desde Amsterdam.
–Le iba a preguntar por su relación con Iglesias, que accedió al cargo en enero... ¿Cómo ve su proyecto para Les Arts?
–No ha tenido mucho tiempo. Es obvio que es una persona de gran experiencia en teatros tan importantes como el de la Ópera de Amsterdam y el Real. Yo le deseo lo mejor y le veo con confianza. Espero que obtenga el marco que necesita para desarrollar su proyecto de la mejor manera posible.
–Les Arts aún no ha anunciado su oferta para la próxima temporada como sí han hecho otros auditorios...
–Imagino que será cuestión de semanas o días. En España se anuncia más tarde, en EE UU, se hace con más antelación. En Les Arts ha habido cambios institucionales, es una entidad que depende de la clase política.
–¿Esa incertidumbre juega en contra del coliseo?
–Totalmente. Les Arts es una institución pública y depende de la administración. En ese sentido, Jesús Iglesias depende de un contexto que, esperemos, sea lo más adecuado posible. Habrá que ver si juega a su favor y le facilita las cosas.
–Siempre ha sonado el maestro Gimeno cuando han sucedido los distintos cambios (la dimisión de Livermore, la no renovación del contrato del maestro Roberto Abbado). ¿Siente que los gestores públicos han utilizado su nombre por prestigio internacional y el hecho, además, de ser valenciano?
–No le presto atención. No me dice mucho. El lunes viajo a Amsterdam, el martes a Luxemburgo, donde el miércoles tengo ensayo... No tengo tiempo para pensar.
–¿Se ve como director musical del Palau de les Arts?
–Me veo como director de la Filarmónica de Luxemburgo y como director de la Sinfónica de Toronto a partir de septiembre de 2020. No me puedo ver de otra cosa.
–Jesús Iglesias ha asegurado que, tras la marcha de Abbado, el coliseo estará al menos un año sin titular musical. ¿Qué le parece esta afirmación?
–Es lógico. Él es honesto. Sería un gran irresponsable si dijera lo contrario.
–¿Y la orquesta no se resiente?
–Pero es que el director artístico viene con algo heredado. Pongo un ejemplo. En septiembre de 2018 anunciaron que yo sería el director titular de la Sinfónica de Toronto en 2020. Si Jesús Iglesias llega en enero lo que no puede hacer es magia. Si él dijera que en un año traerá un director musical, sería de sospechar. Porque se podría pensar que no es muy bueno porque habría que preguntarse quién está disponible con tan poco tiempo. Claro que no es ideal para una orquesta, pero él es responsable ahora de intentar encauzar la situación.
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