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La violinista de orquesta Anna Sanchis interpreta una pieza en la zona de estudio de su casa de Valencia. Jesús Signes
DÍA DE LA MÚSICA

Jóvenes valencianos con alma sonora

Sara compone obras para cine. Sandra sigue su estela tras Eurovisión Junior. Ausiàs encandila con la guitarra española. Anna crece entre orquestas y Nacho pone ritmo al pop-rock valenciano. En el Día de la Música revelan cómo les cautivó el arte. Hablan de críticas, gustos, preocupaciones... Y describen el disco de sus vidas

Viernes, 21 de junio 2024, 01:11

Vive junto a su mesa de mezclas y los cascos ya son casi una extensión de su cuerpo. Se llama Sara Galiana y es compositora. ... Los días de Nacho se mueven a golpe de baqueta, entre la sala de ensayos, los directos y los primeros llenazos en salas. Ausiàs prepara un nuevo viaje para encandilar al mundo con su guitarra española. Y sólo tiene 18 años. Son valencianos, jóvenes y hoy es su día. El Día de la Música.

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La pasión por este arte en la Comunitat se evidencia con 547 sociedades musicales. Además, los conservatorios forman a unos 15.000 alumnos. Pero hay más: los autodidactas, los que forman su grupo juvenil, los que crean con programas digitales...

Como todos no caben en esta partitura, ponemos el foco en cinco de los que despuntan en su área o buscan el camino del éxito entre ritmos y acordes. Estas son sus historias y sus reflexiones en clave de juventud. Sara, Nacho, Anna, Sandra y Ausiàs. Diferentes universos musicales y un punto en común: un alma sonora.

La compositora Sara Galiana, junto a su equipo de trabajo, en Valencia. Jesús Signes
  1. COMPOSICIÓN Sara Galiana

    «La música juvenil se 'basuriza'. Con 'autotune' afina hasta mi perro'»

De la nada a al todo. La composición es el primer paso. Y los arreglos pueden marcar la diferencia. Que todo suene bien, que transmita y que nos toque la fibra. En este empeño trabaja Sara Galiana, joven compositora valenciana cuya labor y talento se ha plasmado ya en proyectos internacionales.

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«Con 4 años tocaba el piano de oído. Y con la música de Harry Potter (John Williams) decidí que esto era mi vida», recuerda. Se tituló en el Conservatorio Superior de Valencia y es polifacética. Incansable. Ha firmado partituras de películas y videojuegos. Ha colaborado en producciones tan conocidas como Star Wars, The Mandalorian o Los Simpson.

La guarida creativa de Sara está en su hogar de Valencia. «Mi único sueño, realmente, es que la gente valore la cultura que tenemos. Valencia está llena de artistas», ensalza. Pero vivir de componer no es sencillo. En España, «falta conocimiento del valor de la música, por desconocimiento de la población en general y por los mandatarios políticos», describe.

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El álbum de su vida

«Tiene un carácter heroico y se trabaja la fusión entre innovación, nuevos sonidos y recursos clásicos muy interesantes. Imprescindible»

Ludwig Göransson

BSO 'The Mandalorian' (2022)

El de compositora es un trabajo «incierto». Requiere muchas horas y «se hace complicada la conciliación familiar». No basta con componer bien. «Tienes que saber marketing, networking, redes sociales, informática...«.

El oído de Sara se ha pulido con los más grandes: Williams, John Powell, Zimmer. Y también con las más grandes, como Pinar Toprak o Sarah Schachner. A su entender, hay música actual de consumo juvenil masivo con «letras repetitivas, temas poco profundos o soeces, estructuras facilonas, plagios... Con el 'autotune' hasta mi perro puede afinar». La compositora valenciana es crítica con el reggeaton, «si se puede llamar música. Denigra a la mujer, es simplón y aburrido. ¡Si sólo tiene una variedad rítmica de base!».

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Nacho Martínez, batería de la joven banda valenciana Samantha Palos, en un ensayo. Damián Torres
  1. POP-ROCK Nacho Martínez, batería de Samatntha Palos

    «Los discos no dan dinero, hay que tocar en directo»

The Beatles, U2, Coldplay, La Habitación Roja, Seguridad Social, Arde Bogotá... Las bandas de pop-rock gestadas entre colegas nunca paran. Son un tsunami de juventud y ganas de cambiar el mundo y en esa tesitura encontramos a Nacho Martínez, batería de un grupo valenciano en plena efervescencia. Son Samantha Palos.

Nacieron en pandemia y se curten en Valencia y fuera de la región. Con llenazo en el Loco Club y actuaciones en el Razzmatazz de Barcelona o salas de Madrid. Son dos guitarras, bajo, voz y la percusión de Nacho. Y ya rozan los 15.000 oyentes mensuales en Spotify, con éxitos como 'Nos volvemos a ver' o 'Contradirección'.

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Nacho se confiesa marcado por temas como Iris, de Goo Goo Dolls. El batería de 23 años ha completado Comunicación Audiovisual en la UV. Cursó solfeo y piano de niño. Tocó la guitarra, el ukelele… «Pero yo me hice batería con la pandemia. Me encanta la energía y pasión de este instrumento y encaja con mi carácter», proclama.

El álbum de su vida

«Es una obra de arte. Como una canción de 46 minutos separada por movimientos. Contiene tantas emociones que no se puede explicar»

Robe

Mayéutica (2021)

Cuando el coronavirus vació salas y teatros «yo me refugié en la música». Nacho, aburrido, retomó la guitarra, la percusión y hasta empezó a componer. «Entre los amigos nos mostrábamos creaciones por videollamada. Dijimos: 'esto hay que transformarlo en algo'».

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¿Y lo de vivir de la música? «Eso queda aún muy lejos. Ójala. Es muy difícil, al menos de momento. Hoy los discos no se venden. Hay que tocar mucho en directo para tener ingresos». Pero se considera «muy afortunado«. Sus padres apoyan »a muerte« su entusiasmo. »Si algo es la pasión de tu hijo, debes confiar en él», zanja. En el futuro «me veo en este mundo, o como batería o en la industria. Lo que siento con la música es demasiado grande como para abandonarlo».

La violinista Anna Sanchis, junto a una partitura, en su casa de Valencia. Jesús Signes
  1. ORQUESTA Anna Sanchis, violinista

    «Cuando sientes lo que tocas, el error no importa»

Integrar una orquesta ya son tonos mayores. Y con sólo 24 años la violinista valenciana Anna Sanchis Llorens ha pasado por muchas: European Union Youth Orchestra, la Academia de la Chamber Orchestra of Europe, la Joven Orquesta de la Generalitat o su logro más actual, tener un contrato como refuerzo en la Orquesta de la Comunitat, la oficial de Les Arts.

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Su talento creció en el Conservatorio Profesional de Valencia y su currículum rebosa de premios, aprendizajes con destacados maestros europeos y becas. Y sigue 'in crescendo'. Hija de una profesora de canto y un administrativo apasionado de la música, su madre le animó con 8 años al violín: «Era una manera de hacer música en grupo y decía que de pequeña lloraba muy agudo», recuerda entre risas.

Tocar en orquesta es «sentirte parte de algo mayor que yo». Y con emociones tan fuertes que en una ocasión acabó entre lágrimas durante el Adagietto de la 5º de Mahler. «¡Es que me sentía la persona más afortunada del mundo!». Atrás quedaban horas de sacrificio, de ensayo, repetición y perseverancia... «La perfección no existe. Sí el ahora. Mientras sientes lo que tocas, el error no importa».

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El álbum de su vida

«No hay ocasión en que escuche el final de esta obra de Mahler y no se me ponga la piel de gallina. El cuarto movimiento es algo superior»

Gustav Mahler

Sinfonía nº 2 (1894)

La economía de los jóvenes intérpretes suele ser lánguida, incluso cuando han alcanzado cierto nivel. «Yo tengo la suerte de haber logrado un contrato de temporada en una orquesta, pero esto no es lo común. Muchos compañeros recurren a los bolos en bodas o eventos para tener ingresos y no está bien pagado para todo el trabajo que hay detrás», razona la intérprete. «También hay dificultad para acceder a instrumentos de calidad profesional». Son muy caros. Urge Anna una ley de mecenazgo «como existe en Europa» y ensalza la formación y experiencia que brinda la Joven Orquesta de la Comunitat.

¿Cómo lograr que la Clásica llegue más a los jóvenes? «Hay un prejuicio. Y es de todo menos aburrida. Que quiten las clases de música en colegios e institutos tampoco ayuda a completar la parte humana y artística de las nuevas generaciones», razona Anna. Por contra, «la iniciativa de Les Arts de hacer preestrenos de óperas asequibles a los jóvenes es maravillosa. Esas funciones tienen una energía especial».

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Vivir envuelta por la música más culta no le impide apreciar a Pérez Cruz, el Kanka o Izal. «Hay momentos para todo y hasta acepto el reggaeton siempre que la letra no sea irrespetuosa». La violinista lo tiene claro: «La música mueve algo en el alma. En todas las culturas. Tanto cuando es conmovedora como extremadamente enérgica».

Sandra Valero, con el micro, en un estudio de Valencia. José Luis Bort
  1. VOZ Sandra Valero

    De Eurovisión al primer disco entre «tambor, flauta y batería»

Cantar. Desde niños. Es otra fuerza imparable de la música, un talento que brilla en Sandra Valero. Tiene sólo 12 años y su segundo puesto en la última edición Eurovisión Junior, con 'Loviu', supo a triunfo. Su carrera avanza con un álbum a la vuelta de la esquina: 'Como Maléfica'. Y prepara su gira estival y un musical.

«Lo combino todo con mis estudios. Estoy en 1º de ESO y sigo ensayando en casa y aprendiendo arte dramático», cuenta la niña de Benetússer. Comenzó canturreando la nana 'Duerme Negrito' que le cantaba su abuela paterna. La pasión por la música «me viene de familia», apunta. El arte estaba presente en su bisabuelo y su abuela. Su tío y su padre son músicos y compositores.

La infancia de Sandra transcurrió entre las voces de Queen, Mariah Carey o Cristina Aguilera. Pero su mayor referente hoy es Aitana. «La música», define, «es un momento de dejar lo que estás pensando y decir: 'Voy a descansar de todo'». Una desconexión. «Te la pones y puedes saltar y bailar. Es un momento de relax», anota. Ella llora con temas como 'Vas a quedarte' de Aitana. Y para esos días de bajón nos aconseja una medicina musical, 'Tu fan', de Mafalda Cardenal.

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El álbum de su vida

«Es como volver a los tiempos del rock, pero combinado con un rollo moderno que suma otros estilos como reggaeton o pop»

Aitana

11 Razones (2020)

La subcampeona de Eurovisión Junior no para. «Hago muchas más cosas. Fotos, grabaciones, publicidad, vídeos...» Y en ese nuevo camino personal «estoy conociendo a gente maravillosa». Pero Sandra no pierde el norte. Lo de estudiar y crecer musicalmente no se le atasca. «Es complicado porque estás con muchas cosas, pero si te programas bien se puede hacer». Secundaria «va adelante», tranquiliza. Además de trabajar su voz, ama «la guitarra y el piano». Y suma instrumentos: «Estoy empezando a tocar el tambor, la flauta y batería».

En cuanto a los géneros, le gustan todos salvo «flamenco y sevillanas. Por lo que sea, no me acaba». La joven voz valenciana intenta ahora adivinar su futuro. Cierra los ojos y se ve... «cantante», en primer lugar, «y, si no, actriz, diseñadora o modelo».

El joven talento de la guitarra Ausiàs Parejo interpreta una pieza en un aula del Conservatorio Superior de Música de Valencia. Rosa García
  1. SOLISTA INSTRUMENTAL Ausiàs Parejo, talento de la guitarra española

    «Nuestra sociedad tiende demasiado a la mercantilización del arte«

Cuando un intérprete consigue hablar a través de su instrumento surge la magia. Y esa grandeza ya la ha alcanzado el valenciano Ausiàs Parejo con la guitarra española. Tiene 18 años y ha obtenido 37 primeros premios en concursos nacionales e internacionales. Pasea su arte por escenarios de medio mundo y ha grabado un álbum con figuras del jazz como Ximo Tébar.

Su amor por las seis cuerdas está en los genes. «Crecí en una familia de músicos», describe, «y me inicié con mi padre», el guitarrista Rubén Parejo. Hoy cursa estudios de grado en el Conservatorio Superior Joaquín Rodrigo mientras colabora con orquestas en conciertos para guitarra. «Intento ser un músico lo más completo posible y conocer música nueva», se define Ausiàs.

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A pesar del éxito, el joven guitarrista es consciente de que vivir exclusivamente de los conciertos «es muy difícil y muy pocos pueden hacerlo». Por eso, como tantos otros intérpretes, maneja la docencia como «principal alternativa», pues es también «un camino precioso para el progreso de la música».

El álbum de su vida

«Fue un regalo de mi tío y cambió mi manera de ver las cosas. Abrió mi mente y me hizo conocer a un compositor muy peculiar y polémico«

Anton Bruckner

Sinfonía nº8 (1892), bajo dirección de Celebidache (1998)

¿Por qué la guitarra logra ese sentimiento tan especial? «Es una orquesta en su dimensión tímbrica», apunta el intérprete, «con una enorme riqueza» de sonidos y expresiones. Ausiàs saca lo mejor de ella desde niño y asegura no haber conocido el miedo escénico: «Intento transmitir lo que disfruto al tocar y así me olvido de la presión del público».

Desde una formación clásica y profunda ve con preocupación cómo «se ha acentuado la música 'kitsch', producto de una sociedad que tiende demasiado a la mercantilización del arte». Su industrialización «degrada indudablemente la música, en especial en lo estético. Digamos que el objetivo no es tanto la belleza, sino lo comercial», lamenta.

Y le proponemos un reto: convencer a un joven acostumbrado a los 'hits' más comerciales de que puede disfrutar con el Concierto de Aranjuez. «Creo que el inexperto es igualmente capaz de sentir, vivir y escuchar» una obra como esta. Le propondría que no se limitara a su estética, que escuchara con atención«.

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