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Ana Romero
Valencia
Viernes, 12 de julio 2024, 00:35
Sobre las ocho y media de la tarde de este jueves llegaba la gente al Ciutat de València para ver en concierto a Juan Luis Guerra. Había personas de diferente edad, lo que comportaba un ambiente variopinto y ligeramente familiar. Mientras se hacía larga toda espera en la cola, se oían voces cantando algunas de las canciones que deseaban escuchar durante el concierto.
Salsa, bachata y merengue han ido de la mano del habitual y singular atuendo del dominicano: gorra, pañuelo y chaqueta. Un concierto de verano que empezaba a las 21:47, un poco más tarde de lo esperado, pero que no dejaría indiferente a nadie, en especial a los protagonistas de las dos pedidas de mano que se han dado durante el espectáculo (la segunda acompañada de 'A pedir su mano', del álbum 'Bachata Rosa' a las 23:22).
Durante una carrera de más de 40 años, Juan Luis Guerra ha vendido más de 30 millones de discos y ha recibido numerosos premios, incluidos 27 Grammy Latinos. En 1984 arrancaba su carrera comercial lanzando los álbumes 'Soplando', para seguir un año más tarde con 'Mudanza y acarreo' y 'Mientras más lo pienso... tú', que llegaría en 1987. La fusión perfecta entre música latina y caribeña con un sonido único y fresco daría comienzo hoy con 'Ay, Rosalía' al concierto más esperado para puertorriqueños, cubanos, panameños, colombianos, peruanos y demás personas de origen próximo al cantautor.
A las 22:13 empezaba la salsa, cuando hasta entonces se había bailado bachata, y a las 22:50 se ha producido otro cambio de escenario: se ha quitado la chaqueta y ha reaparecido en mangas de camisa para dar todo de él en esa poco más de media hora que quedaba.
Un total de trece músicos y dos coristas han tejido un decorado que ha variado a medida que ha avanzado el espectáculo, que ha durado casi dos horas, en las que Guerra ha hecho caminar 'La Travesía' que ha traído, entre otras, 'Ojalá que llueva café en el campo', canción que le concedió el reconocimiento internacional, y que ha sido una de las más esperadas y celebradas por el público, más ávido que nunca de una subida de bilirrubina inmediata que no ha llegado hasta las 23:26, y que se ha usado como broche final.
'Burbujas de amor' se han creado entre los asistentes, que, enmarcados en un ambiente de 'Bachata rosa' (1990), han disfrutado de uno de los hits de este arreglista, músico, productor musical y empresario dominicano. La 'Bachata en Fukuoka' tampoco ha quedado fuera del vitoreo de la audiencia, que, a modo de casi total homogeneidad ciudadana, se han transportado a Japón efímeramente, pero «llegó la hora de partir y decir 'sayōnara'».
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