Donde nadie había llegado

Pocas veces en la vida de un melómano se asiste a un evento tan extraordinario como esta 'Alcina' a cargo de Mark Minkowski y Les musiciens du Louvre. El director logró reunir un reparto, especialmente en su parte femenina, difícilmente superable. Encabezaba el elenco Magdalena ... Kozená. La cantante solo había actuado una vez en Valencia, en el Palau de la Música en 2001. Ahora llega en una espléndida madurez y logró llevar el papel de Alcina a un nuevo e histórico grado en lo que se refiere a expresividad e intensidad, siempre dentro de un canto depurado y exquisito. Especialmente su interpretación de 'Ah, mio cor' (corazón musical y emotivo de la ópera) se puede considerar ya una referencia absoluta, nadie, o casi nadie, había llegado tan lejos a la hora de desgranar cada uno de los sentimientos que contiene cada nota y palabra. De leyenda. A su lado sorprendió la maestría de Anna Bonitatibus como Ruggiero en una lección de buen hacer, al igual que Elizabeth DeShong quien impresionó con su voz de contralto como Bradamente. Coronó el reparto una espléndida Erin Morley como Morgana demostrando por qué es una de las más brillantes sopranos lírico-ligeras de la actualidad.