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El pianista James Rhodes en Valencia. Txema Rodríguez

James Rhodes: «La música clásica es un producto de lujo cuando debería ser un derecho humano»

El pianista vuelve a Valencia para dar un concierto en el Palau de les Arts el próximo 15 de noviembre

MARTA BALLESTER

VALENCIA.

Sábado, 3 de noviembre 2018, 01:02

La música salvó la vida a James Rhodes. Las piezas de Bach, Chopin o Rachmaninov que representará el próximo 15 de noviembre en el Palau de les Arts de Valencia fueron el aliento que necesitaba para superar las difíciles etapas personales que relata en su libro 'Instrumental'. Defensor de la «creatividad» y de una «vida sin constantes correos, twits o fotos», el pianista aboga por declarar la música como «derecho fundamental».

-Vuelve a la capital del Turia. Tras todas sus vivencias y su larga trayectoria, ¿a quién verán los valencianos este año en escena?

-Antes que nada tengo que decir que estoy muy emocionado de volver a Valencia. Veréis al auténtico James Rhodes. Cambiamos a lo largo de los años, pero lo único que he querido siempre es compartir música. Y eso es lo que haré una vez más aquí. Tocaré piezas de Bach, Chopin o Rachmaninov. Los mejores conciertos no son los que se me escucha a mí sino a lo que estos artistas quisieron trasmitir con sus composiciones cuando tenían el corazón roto. Eso es lo importante para mí, que la gente venga a disfrutar y a escucharlos. Yo soy un mero transmisor.

-¿Hoy más que nunca un tour como el de 'Fire on all sides' es necesario para reivindicar la música clásica?

-Totalmente. La música clásica tiene muchos problemas en la actualidad. No por sus obras, porque son perfectas, sino por las personas. No creo que sea intencionado pero es horrible que quieran guardar este género sólo para pijos, gente con corbata y traje. Eso a mí me vuelve loco porque no tiene nada que ver con la realidad. Es todo lo contrario. Por eso me gusta hablarle a la audiencia en mis conciertos -cosa que nadie hace- y explicarles un poco las piezas que toco. Luego apago las luces y dejo que la gente vuele sin ver a celebridades sobre el escenario. Busco que dejen el Twitter, Facebook, Tinder y escapen a través de la música clásica.

-Entonces, ¿la música clásica esta restringida a unas élites?

-No es una cuestión de precios altos, porque una entrada de un partido de fútbol vale mucho más. El problema es que este género está marcado por demasiadas reglas. Y eso es culpa de algunas personas que quieren que esto sea un coto cerrado para cierta clase de personas y no un simple concierto. Lo más triste es la educación musical. ¿Quién quiere aprender a tocar un instrumento? Es gente con dinero. Y cualquier niño, de cualquier colegio y cualquier ciudad, debería salir sabiendo leer música. Y eso no pasa ni en Alemania donde nacieron muchos de los grandes. La música clásica es un producto de lujo cuando debería ser un derecho humano.

-En España la asignatura de Música ya no es obligatoria...

-Me rompe el corazón, porque a mí la música me salvó la vida. Es una cosa universal con la que todos deberíamos disfrutar.

-¿Se necesitan más músicos?

-La verdad es que la sociedad necesita más músicos y menos políticos porque son unos hipócritas yendo a la ópera y luego no dando dinero a las escuelas para los niños. No pueden pretender ser cultos y luego no compartir esa cultura con generaciones futuras.

-¿Esas jóvenes generaciones valoran la música que ha perdurado a lo largo de siglos?

-Los jóvenes de ahora tienen una mente mucho más abierta que mi generación. He tocado en festivales donde la audiencia ha estado completamente concentrada y en silencio. Mientras que por ejemplo en un Palau de la Música hay mucho ruido. El problema es que las nuevas generaciones tienen poco acceso a este tipo de música, que no tiene visibilidad. El 'reggaeton' o el 'despacito' no lo pueden ser todo en esta sociedad. Si te gusta, genial. Nunca aseguraré que Mozart es mejor que Luis Fonsi pero que no digan que la música clásica no te hace disfrutar si no la han escuchado. Hay que darle una oportunidad.

-¿Qué ha aprendido gracias a la música?

-Todo, porque siempre está a mi lado y nunca me decepciona. La música es libre, es como una droga que no tiene efectos nocivos. Pero sobre todo, me ha hecho ver que el mundo no es un lugar malvado si existe la música.

-Se considera extremadamente tímido. ¿Dónde esconde la vergüenza cuando actúa ante cientos de personas?

-Es gracioso ¿verdad? Es curioso el trabajo que he escogido siendo como soy. Este año me he dado cuanta de la cantidad de veces que he estado sobre el escenario y no quería que la gente me viera. Me hacía pequeño y quería que las luces se apagasen. Para mí la timidez es una de las cosas más tóxicas y difíciles de superar tras una violación como la que yo sufrí.

-¿El libro 'Instrumental' fue una necesidad personal o social?

-Fue una obra para abrir los ojos a la sociedad. Primero quería hablar de música clásica porque la tienen olvidada, pero luego quería hablar de ser padre, que ha sido lo más grande de mi vida. Pero ante todo, quería plasmar las cosas difíciles a las que muchos nos enfrentamos, como puede ser una violación, las autolesiones, los suicidios... Estas cosas tienen muchos estigmas y en realidad son una epidemia en Europa. Gente de todas las edades pasa por esto. ¿Por qué no hablamos de ello? ¿Por qué sentimos vergüenza? No sé si fue estúpido compartir todas estas experiencias que yo he vivido en mi persona, pero lo hice porque creí que era importante para todos. Y lo cierto es que recibí cientos de mensajes dándome las gracias.

-¿Es cierto que el tiempo lo cura todo?

-Eso es una gran mentira. Cura todas las heridas porque a veces te mata. Esa es la única manera. Mis heridas no están curadas y tampoco lo espero. Hay momentos en los que estoy feliz y otros en los que me levanto a las 4 de la madrugada con mi corazón acelerado y queriéndome morir.

-¿Y el humor, que tan presente está en su último libro?

-Eso ayuda muchísimo. Por eso es tan preocupante que pasen cosas como la de la condena de Willy Toledo. España pone más artistas en prisión que China y eso asusta. Yo amo este país pero tiene que aprender a reírse de todo.

-¿Ha encontrado la felicidad aquí en España?

-Aquí es donde más feliz he sido en mi vida. Es la primera vez que siento que tengo un hogar.

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