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El peor año para la música  en directo

El peor año para la música en directo

El verano más aciago Las promotoras valencianas se enfrentan a la cancelación de festivales, giras internacionales y grandes conciertos. «Muchas empresas van a cerrar», alertan

NOELIA CAMACHO

Jueves, 28 de mayo 2020, 00:54

Giras internacionales canceladas; grandes y pequeñas actuaciones suspendidas; supresión de citas veteranas, como Conciertos de Viveros; y aplazamiento para 2021 de los festivales (el FIB de Benicàssim,el Low de Benidorm, el 4ever de Valencia y el Music Port de Sagunt) marcan el peor verano para la música en directo en la Comunitat. La incertidumbre se cierne sobre la temporada alta. De marzo a octubre, la música en directo salva los números de todo el año. Así era antes de llegar el coronavirus. Ahora con un calendario cultural bajo mínimos, «muchas empresas se verán abocadas al cierre». Es lo que vaticina Luis Óscar García, el presidente de la Asociación de Promotores Musicales de la Comunitat Valenciana (MusicaProCV), entidad que aglutina a la mayor parte de empresas de este ámbito de la Comunitat.

«El problema que tenemos es que vivimos en la incertidumbre, no tenemos información. Porque si se cumplen los planes de la desescalada, en julio podrá haber conciertos de 800 personas, pero eso es inviable para las promotoras», asegura. Tanto es así que pone sobre la mesa uno de los inconvenientes de las limitaciones de público que deben afrontar: la necesidad de grandes aforos para mantener la distancia de seguridad. «Si sólo puedo tener a 800 personas, necesito un recinto de más de 4.000 metros cuadrados para respetar la separación de más de un metro entre ellas. ¿Cuántos espacios hay de estas características? Es imposible», lamenta. «Un concierto para 10.000 personas, una vez descontados los gastos, sí es rentable. De menos, imposible. Ahora estamos negociando que los artistas devuelvan los cachés que ya se les había abonado», argumenta el presidente de la entidad.

«Sentimos angustia», relata Vicente Mañó, de Tratos Producciones. Esta empresa valenciana ha suspendido para este año más de 70 bolos y actuaciones. «2020 lo damos por perdido, trabajamos de cara a la primavera de 2021, moviendo conciertos para que no se pierdan», manifiesta. Y prosigue: «las empresas más pequeñas y modestas, que no tengan un músculo importante, un buen riñón, van a desaparecer. No se pueden afrontar los gastos porque aunque no hemos tenido actividad, hemos seguido pagando alquileres e impuestos como por ejemplo el despacho. Nosotros mantenemos la oficina», afirma Mañó. Insiste en que existe una falta de información por parte de la Administración, por lo que están programando de cara a la próxima temporada.

Los promotores destacan a los 'invisibles' de la crisis: músicos, técnicos de sonido e iluminación y montadores

Por su parte, Rafa Gómez, de Territorio Musical, una promotora que, a la vez que organiza conciertos gestiona la sala Repvblicca de Valencia, narra cómo la actual situación se ha convertido en un reto para las empresas. «En lo que estamos trabajando ahora es en distintas opciones que nos permitan tener actividad. En la sala, por ejemplo, estudiamos hacer conciertos con el aforo reducido pero que también se puedan seguir por 'streaming', es una forma de que siga habiendo música. También estamos centrados en poner en funcionamiento un ciclo de actuaciones con poco aforo para el mes de julio. Es la única forma de que podamos salvar un poco la temporada. Estamos en ello, viendo cómo lo vamos a hacer. Pretendemos que una parte de la entrada vaya también destinada a los montadores y técnicos que ponen en pie la infraestructura de las actuaciones y los conciertos», asevera.

Esos trabajadores son los que Luis Óscar García llama los 'invisibles'. «Técnicos de luces, de sonido, pero también seguridad, gente de las barras, los montadores... y los músicos que acompañan a los artistas, son los que están detrás de todos los festivales y actuaciones y se han quedado sin trabajo», reitera. La entidad que preside ha tasado en 54 millones de euros las pérdidas económicas de este sector en la Comunitat desde que se decretó el estado de alarma (14 de marzo) hasta el 15 de septiembre, fecha en la que se termina lo que ellos consideran la temporada alta de festivales y conciertos. Es más, revelan que, hasta el 31 de este mes, la cifra ascendería a 8.660.000 euros. El grueso, 45 millones, es lo que corresponde la inactividad comprendida entre el 1 de junio y el 15 de septiembre. Hay que tener en cuenta que los 20 principales festivales de la Comunitat representan un 60 % de esta cantidad (más de 33 millones sin ingresar). La cancelación no distingue el estilo musical. Así, el Festival de Jazz, que organiza el Palau de la Música, no tendra edición en 2020 y el Rototom de Benicàssim, especializado en reggae, está en el aire. Tampoco habrá música en vivo en las fiestas patronales de los municipios. «Es una tragedia», concluyen las promotoras.

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