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Jóvenes de fiesta en el aparcamiento de 'Spook'. Javier Peiró
La ruta del bakalao de Valencia, entre la nostalgia y el negocio

La 'ruta del bakalao', entre la nostalgia y el negocio

Empresarios de ocio, 'dj's' y escritores valencianos señalan un repunte de las actividades vinculadas al espíritu 'destroy' | Festivales de música y exposiciones recuperan el fenómeno de la Valencia de los años 80 y 90

NOELIA CAMACHO

Viernes, 5 de julio 2019, 20:14

La 'ruta del bakalao' está de moda. Podría considerarse un hecho pasajero, algo que corresponde a la reivindicación de la década de los 90, como antes pasó con los 80. La ropa, la música, la cultura... nada escapa a la nostalgia, a pensar que cualquier tiempo pasado fue mejor. En Valencia, cuna de la ruta 'destroy', el arte, el teatro, los festivales y la literatura han revisado aquel fenómeno que pudo convertir la región en un referente cultural hace cerca de un cuarto de siglo. El espectáculo 'VALENCIANA', de Jordi Casanovas, se subió recientemente a las tablas tomando como referencia este fenómeno para la trama. También la película 'El desentierro', de Nacho Ruipérez, se ambientó en aquel tiempo.

Pero hay más, el Taller 21 de Benimaclet ha inaugurado la exposición '¿Tenéis flyers?', un recorrido por la música electrónica valenciana a través de los folletos que repartían las discotecas. Se instalará hasta el 31 de julio, pero permite navegar por una historia reciente a la que, sin embargo, parece que ha llegado el momento de recuperar. Finalmente, y para aquellos que buscan revivir aquellos días de fiesta ininterrumpida de viernes a domingo, donde el 'dj' de cabecera de cada una de las icónicas discotecas de la ruta era tan famoso que imprimía a la música su propio estilo, tienen la oportunidad de asistir este sábado al festival 'Homenaje a la Ruta 90's', un certamen en el que conviven los pinchadiscos más reseñables de la ruta como Kike Jaén. Víctor Pérez, 'dj' de la época y el director artístico de este festival, asegura a LAS PROVINCIAS que «está todo vendido» para la cita del sábado en la Marina. «Los que vivieron la ruta tienen ahora una edad en la que prefieren salir por la tarde. También tienen más poder adquisitivo y gastan más. Sólo el 16 por ciento de los que vienen son jóvenes, la mayoría mayores de 35 años. Quieren disfrutar de lo vivido aquella época. Y tienen más educación y respeto», afirma. Aunque asegura que «este tipo de iniciativas no las hacemos por dinero», augura el éxito del certamen. «Estamos orgullosos, pero antes y ahora», concluye.

1. Colas para llegar a las discotecas. 2. Miles de personas acudían en autobús. 3. La ruta 'destroy' se convirtió en un movimiento que trascendió lo musical. V. Martínez / LP
Imagen principal - 1. Colas para llegar a las discotecas. 2. Miles de personas acudían en autobús. 3. La ruta 'destroy' se convirtió en un movimiento que trascendió lo musical.
Imagen secundaria 1 - 1. Colas para llegar a las discotecas. 2. Miles de personas acudían en autobús. 3. La ruta 'destroy' se convirtió en un movimiento que trascendió lo musical.
Imagen secundaria 2 - 1. Colas para llegar a las discotecas. 2. Miles de personas acudían en autobús. 3. La ruta 'destroy' se convirtió en un movimiento que trascendió lo musical.

«Claro que recuperar la ruta es rentable, si no lo fuera, no se harían tantas cosas», dice Chimo Bayo, quien además es autor del libro 'No iba a salir y me lié: Un gran viaje por la ruta del bakalao' (Roca Editorial). Él ha explotado el fenómeno hasta en las botellas de vino que comercializa con la etiqueta 'Hu ha'. «La gente de aquella época quiere revivirlo, es una reivindicación del hedonismo», afirma.

Por su parte, el periodista y escritor Joan Oleaque, autor de 'Destroy. El Bakalao como contracultura en España' (Barlin Libros), defiende que, en la actualidad «hay una evocación de los 90». «La imagen que quedó de locura total colectiva se ha ido rompiendo en los últimos tiempos. Se tenía la concepción de que aquello era chabacano y garrulo. Pero ahora hay un desfase igual o mayor», asevera uno de los mayores conocedores de un fenómeno del cual considera «no se ha llegado al abuso». «Pero hay un riesgo de caer en ello si se explota. Tengo la sensación de que ahora, tras el auge de todo tipo de iniciativa, sería sano tomar lo más interesante de lo vivido en la ruta y aplicar ese concepto a la actualidad», cuenta. No obstante, reconoce que aún existen «ciertos prejuicios» y por eso, la mayoría de acciones que rinden tributo a la ruta «han nacido de lo 'underground', huyendo de la versión oficial».

Los aparcamientos eran el núcleo de la fiesta. Lloret

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