CARMEN VELASCO
Miércoles, 31 de octubre 2018, 01:00
Jesús Iglesias Noriega (Oviedo, 1971) tiene el futuro del Palau de les Arts en su cabeza. Maneja proyectos, como un nuevo festival que aglutine espectáculos bajo una premisa temática o un compositor (completamente distinto al Festival del Mediterrani que presidía Mehta), pero es prudente a la hora de desvelarlos. Es consciente de que sus ideas pueden topar con los ingredientes que adereza la realidad (presupuesto, tiempo y personal). Iglesias ha desempañado cargos de asistencia artística en auditorios de prestigio, como el Teatro Real de Madrid, el Teatro Colón de Buenos Aires, y actualmente se está despidiendo del departamento artístico de la Dutch National Opera, donde está más de seis años. A partir del próximo 1 de enero ejercerá como director artístico de Les Arts. «El mayor enemigo de la ópera es una pieza mal representada porque la gente no vuelve. La ópera debe ser popular sin sacrificar la calidad. A través de la excelencia llegas al público, aunque hay diferentes estándares de calidad», asegura Iglesias, quien mantendrá el modelo de pretemporada y temporada en 2019-2020, pero luego introducirá cambios.
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-Se percibe que Les Arts ha tenido sus altibajos. Empezó fuerte, con una dotación presupuestaria elevada y con un edificio nuevo. El proyecto luego fue normalizándose, quizá de forma brusca, y tuvo, como todo el mundo sabe, problemas, pero el potencial de la institución está ahí, hay que aprovecharlo y hacer las cosas bien.
-No lo sé. No es una crítica porque no conozco las interioridades de Les Arts. No tengo ninguna duda de la buena voluntad de Helga Schmidt y Davide Livermore. Estoy seguro que se han dejado la piel y yo también lo haré sea cuales sean las circunstancias (presupuesto, gestión administrativa, etc).
-No es lo ideal. Supongo que me encontraré con más trabajo por hacer y por una temporada 2019-2020 por elaborar. La organización también nota la ausencia de responsable artístico y espero que todos, incluido los medios de comunicación, entiendan este hándicap. Una institución como Les Arts necesita un director artístico, no digo un líder, porque yo no soy un líder ni tengo esa personalidad, pero sí una persona que aglutine y la dirija. Los teatros no son tan diferentes a otras empresas salvo que trabajan con artistas. Yo no soy artista, soy un gestor. Mi trabajo es dar protección a los artistas para desarrollar su trabajo al máximo nivel. Yo no soy el centro de la organización, lo son los músicos, los directores de escena, los intérpretes, los figurantes... Estoy aquí para servirles a ellos y no al revés.
-¿Qué significa padrino?¿Que estoy aquí por Plácido Domingo? Creo que no. Espero que sea mi aliado. Siento admiración infinita por él, como artista y como persona. He trabajado durante muchos años con Domingo en Madrid. Me encanta que él tenga relación con esta casa y que continúe así. Es un lujo para Les Arts estar vinculado con el maestro.
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-¿Por qué no Nánasi o Gustavo Gimeno? Pero antes de poner nombres hay que pensar en un plan de trabajo. He mantenido dos reuniones con los músicos. Ellos están de acuerdo en definir cómo queremos que sea la orquesta en tres o cuatro años ajustado a la realidad (presupuesto y plantilla). El proyecto para la orquesta lo quiero discutir con ella y con el patronato y la conselleria. No deseo generar falsas expectativas, pero quiero consolidar la orquesta con una plantilla acorde a la programación y quiero que mantenga o mejore su calidad. En función del plan de trabajo veremos los perfiles necesarios para el director musical.
-No sé si habrá figura de director invitado. Él tiene una gran valía artística y ahora es el titular de la Orquesta de Valencia. Me encantará tener una colaboración, que no siempre va asociada a un cargo, pero he de hablar con Tebar. No he tenido tiempo de verme con él.
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-Tenemos que apoyar a los artistas locales pero estamos en un ámbito internacional. Los artistas nacionales y valencianos serán bienvenidos en esta casa, pero hay que contratarlos por buenos no por haber nacido aquí. No hacemos ningún favor a la gente si la elegimos por ser valenciana. Un ejemplo es Gustavo Gimeno, que es un candidato potencial por su calidad artística no por ser de la Comunitat.
-Las mejores. No doy nombres.
-Me gustaría, ¿a quién no? Yo no he trabajado con él. El maestro ha hecho aquí un trabajo excelente. Es justo que Mehta vuelva a tener un contacto con los músicos y me encantaría que tuviera relación con esta institución.
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-(Piensa) Tiene ganas de mostrar su calidad y valía. Mira al futuro con esperanza y con ganas. La orquesta no es que sea el motor sino que representa la calidad de Les Arts. No corre peligro. Mi primera acción debe ir encaminada a ella, para que los músicos se queden y den lo mejor de sí mismos. Hay que frenar la marcha de intérpretes, debemos conseguir que nadie se quiera ir, convencerles de que es bueno quedarse.
-¿Necesitamos 90 plazas? No lo sé. Por la actividad que tiene ahora el teatro, ¿hacen falta tantas? No lo sé. Primero es dar estabilidad a los músicos de hoy y luego crecer.
-Espero aumentarlos, pero obviamente tenemos que crecer económicamente. El problema del presupuesto de Les Arts es que una parte importante se va a gastos estructurales. Hay que liberar gasto para dedicarlo a la programación y buscar fórmulas de financiación y gestión de los proyectos que nos permita aumentar la oferta cultural sin coste al presupuesto.
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