Borrar
Raphael, sobre el escenario, en un momento de su actuación en la Ciudad de las Artes y las Ciencias.

Ver 40 fotos

Raphael, sobre el escenario, en un momento de su actuación en la Ciudad de las Artes y las Ciencias. Iván Arlandis

Otra victoria de Raphael, Valencia se rinde al mito

El cantante enamora a 4.500 almas que viven otra 'gran noche' en el concierto en la Ciudad de las Artes y las Ciencias. Su historia comenzó en Benidorm en 1962 y la leyenda se agranda tras repasar más de 30 éxitos durante dos horas ante sus fieles valencianos

Sábado, 14 de septiembre 2024

Miguel Rafael Martos Sánchez tiene 81 años. Pero Raphael es eterno y se hace un poco más eterno, si eso es posible, en cada concierto. Alrededor de 4.500 personas de todas las edades se han rendido este sábado en Valencia al mito de Linares y a su incombustible magnetismo musical de alcance planetario.

La Ciudad de las Artes y las Ciencias ha sido, esta vez, el marco valenciano para que el cantante vuelva a pasear su aclamada carrera en la gira de 'Victoria', su último trabajo de 2022. Y sí, se ha alzado victorioso. Y poderoso. Como un agujero negro (el de su atuendo) que engulle al público con su gravedad (la de su voz). Arte y ciencia del éxito.

Para Raphael volver a nuestra región es regresar a donde comenzó todo. A su propia gran noche. Aquella de 1962 en el Festival de la Canción de Benidorm en la que ganó tres primeros premios con las canciones «Llevan», «Inmensidad» y «Tu conciencia».

Su última visita a Valencia fue hace un año. Y este sábado ha vuelto a encandilar a sus fieles repasando durante dos horas una treintena de éxitos bailados y coreados. Nunca le fallan. Y es que Raphael celebra su vida con esta gira, tras una deslumbrante carrera de seis décadas y 50 millones de discos vendidos. Un poco más de ciencia: es el único artista español que posee un disco de uranio. Como Queen o U2.

Una hora antes del concierto, los más devotos tomaban posiciones. Gente como Perpetua Martínez, de 82 años. Sólo uno menos que su ídolo. «Si es que me gusta Raphael desde siempre. Me recuerda a mis años de juventud, cuando disfrutaba y cantaba, y me ponía el tocadiscos en casa», ha rememorado la peluquera de Navarrés.

Arlandis

Bajamos medio siglo y nos encontramos con Antonio, un militar de 33 años acompañado por su madre. «Yo soy más aficionado al reggaeton y a la música electrónica, pero ella quiere que conozca los estilos de su tiempo y esta noche nos vamos juntos de concierto», ha celebrado.

Tamara y Christian son una pareja de 25 y 29 años. Según la joven, «le regalé a mi abuela las entradas, pero ha estado enferma. Por eso me acompaña mi novio en su lugar». Aunque raphaelista suplente de ultima hora, él estaba muy contento. «Es un mito. Es un grande. Es Raphael». No hacen falta más explicaciones.

Y, entre el público, a pocas filas del escenario, otro grande, el futbolista levantinista José Luis Morales. 'El Comandante' no ha querido perderse al adorado artista.

Raphael ha asomado ante su público puntual, como el señor que es, sin suspenses ni pretenciosas puestas en escena. Con un golpetazo de orquesta que recordaba al mejor John Barry del mejor James Bond. A las 21.30 horas, bajo una luna casi tan llena como el recinto, el músico ya agradecía a Valencia con gestos su presencia y fidelidad. Chaqueta negra con destellos estelares, paso firme y sonrisa de niño travieso para arrancar 'La Noche'.

Arlandis

Y a partir de ahí, fervor. «¡Grande!, ¡guapo!, ¡bravo!» son sólo algunos de los piropos que se ha agenciado el astro de Linares. Y de repente, entre éxito y éxito, un motor rugía duro por el puente de l'Assut de l'Or. «¿Me espero a que pase la moto?», ha bromeado.

Los clásicos no se han hecho esperar y a los 20 minutos de concierto ya atronaba 'Mi gran noche'. Locura absoluta. Un muchacho de seguridad, conteniendo a señoras que querían grabar con móvil demasiado cerca. Otra que acercaba su silla unas pocas filas mas cerca. Y bailoteo desatado. Raphael, dejándose adorar y las primeras lágrimas corriendo por las mejillas.

Éxtasis. Pero también intimidad. Un glorioso piano de cola se ha quedado a solas con Raphael. Mano a mano, han trazado la tristeza y melancolía de 'A que no te vas'. Con la balada, los sentimientos a flor de piel han arrancado sonoros aplausos. Han puesto al público en pie después de que el cantante se adelantara al borde del escenario para acabar la última frase del tema sin amplificación. Otra demostración de fuerza. Victoria.

Y, entre tema y tema, gente grabando desde lo alto del 'jamonero'. Cantar bajo a un puente a la luz de la luna tiene estás cosas. En '¿Qué tal te va sin mí?' llegó la primera mención a Valencia intercalada en la letra. Y, claro, el público se lo come.

La banda sonaba a gloria, con tres coristas, sección de metales y un desparrame instrumental de alto copete. En 'Lo saben mis zapatos' Raphael se ha sentado en una butaca de despacho para despachar sentimientos: «Te quiero matar... de amooooooor».

El ecuador del concierto ha estado marcado por los medios tiempos y baladas. Entonaba el de Linares 'Cuando tú no estás' y, de repente, una fan ha clamado: «¡Ven aquí, que soy Laura!», como la protagonista de la canción.

Ha dado el artista 'Gracias a la vida' entre palmas valencianas y guitarra rasgada. Su voz ha ganado fuerza e intensidad en el epicentro emotivo del espectáculo. 'Se nos rompió el amor' ha puesto al público en pie y con 'Estar enamorado' Valencia ya era una con Raphael.

Épico final: «Valencia, una vez más... y las que quedan»

 

El 'Ámame' ha desatado otra fiesta y ha dado paso a 'Qué sabe nadie' entre idas y venidas del cantante, que hacía amagos de retirarse por un lado para ser reclamado una y otra vez al escenario. Y con este jugueteo ha entrado el concierto en su arrolladora fase final. 'Yo soy aquel' ha alternado su épica con momentos discotequeros y solos de guitarra. Y Valencia, a bailar con Raphael.

Subía la temperatura, se ha montado entonces un buen 'Escándalo' y ya no quedaba trasero alguno sobre butaca. Todos arriba y orbitando alrededor Raphael. El tema ha culminado en una locura percusiva final en la que el cantante ha rapeado unos segundos. Feliz, rejuvenecido y crecido con la parroquia entregada.

Y, por último, un beso hecho canción. «Queridos todos, Valencia, una vez más... y las que quedan. Volveré siempre para decirles…». Y entonces ha arrancado 'Como yo te amo'. Eso es lo que Raphael quería decir todo el rato. Que nos quiere. Y por eso siempre regresa con su música. Como en aquel Benidorm del 62. Eterno bajo la luna de Valencia.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

lasprovincias Otra victoria de Raphael, Valencia se rinde al mito