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Sandra Gómez y Maite Ibáñez, ayer, en la presentación del estado actual de las naves de la calle Mariano Cuber, que se convertirán en espacio de creación escénica. REDACCIÓN
De naves abandonadas a fábrica de teatro

De naves abandonadas a fábrica de teatro

El Ayuntamiento acondicionará en 2024 un pabellón industrial como centro de ensayo de las compañías. El espacio de 2.000 metros, situado detrás de El Musical, aspira a ser un laboratorio de producción escénica de referencia en España

REDACCIÓN

Jueves, 16 de enero 2020, 23:27

El aspecto que presentan las dos naves abandonadas de la calle Mariano Cuber del barrio del Cabanyal-Canyamelar nada tiene que ver con lo que serán el futuro. Y es que este espacio, que hasta los años 80 era un taller de coches, con más de dos mil metros cuadrados de superficie, se va a convertir en una fábrica de teatro.

La vicealcaldesa de Valencia, Sandra Gómez, y la concejala de Acción Cultural, Maite Ibáñez, anunciaron ayer que el edificio acogerá un centro de producción de artes escénicas, es decir, un local para que las compañías valencianas y nacionales y las empresas del sector puedan alquilar sus salas y realizar allí desde ensayos a pruebas de escenografía.

Con este proyecto, la concejalía de Acción Cultural da el carpetazo a la intención de la anterior concejala de esta área, María Oliver, perteneciente a València en Comú, de convertir el pabellón industrial en una escuela municipal de circo. «Este proyecto se encontró con importantes obstáculos porque el edificio tenía pendiente una reforma de su techo y saneamiento y porque la dotación debía incluir un aparcamiento que reducía las posibilidades del espacio casi a la mitad. Además, esta idea implicaba la contratación de un número de empleados específicos por parte del Ayuntamiento, un hecho inasumible por el presupuesto», dijo ayer Ibáñez para justificar que, pese a las reuniones con las diversas asociaciones de circo, que incluso habían hecho peticiones y aportado ideas a la causa, Valencia no tendrá una escuela de circo de titularidad municipal.

Aún así, junto con la danza y el teatro, todas las disciplinas tendrán cabida en un espacio que no estará abierto al público y que servirá para «fomentar la creación y hacer de la ciudad un referente de las artes escénicas», aseguró Gómez. Expropiado por el Ayuntamiento en 2009, el enclave ya ha iniciado su reconversión con la salida a licitación de la redacción del plan de rehabilitación. Con un presupuesto de algo más de 140.000 euros, las empresas interesadas aún tienen unos días de plazo para presentar sus propuestas. Después, llegará la reforma de un enclave que tiene un montante de 2,2 millones para su rehabilitación. Sin embargo, el Ayuntamiento no maneja plazos para su puesta en marcha. «En 2024, año en el que se cumplen cien años de la construcción de las naves, esperamos que el centro esté a pleno rendimiento», afirmó la edil de Acción Cultural.

Ibáñez, que accedió al cargo tras las elecciones del pasado mayo, se mira en el espejo de otros espacios de similares características como el Harrobia de Bilbao y los de Graner y Fabra i Coats, en Barcelona, «que tienen formas de gestión y financiación, que incluye la participación de las asociaciones y de distintas administraciones», aseveró.

Los centros Harrobia Bilbao y Fabra i Coats de Barcelona sirven de espejo para Valencia

No obstante, pocos detalles hay sobre un proyecto que, según la concejala, era una reclamación del sector valenciano de las artes escénicas. Se desconoce el nombre con el que se bautizará el espacio. También, el equipo de funcionarios o técnicos que se encargarán de su día a día. Tampoco si habrá un coordinador que se encargue de gestionar el enclave.

Las naves dan a la parte trasera del Teatre El Musical (TEM), también de gestión municipal, por lo que, defendió Ibáñez, la intención es que «en un futuro estén vinculadas, creen un complejo singular no sólo a nivel local sino español que va a potenciar y visibilizar a los profesionales de las artes escénicas». No obstante, esto no significa que el Ayuntamiento abra la puerta a la producción pública de montajes de las compañías valencianas. De momento, este espacio lleno de salas de ensayo servirá para acoger a estas empresas, que podrán beneficiarse de bonificaciones a la hora de arrendar el enclave si pertenecen a las distintas asociaciones del sector.

Antes de centro de creación escénica, el inmueble de la calle Mariano Cubero iba a ser una escuela de circo e, incluso, un aparcamiento. Ahora, este proyecto ha sido desechado para transformar el enclave en una fábrica de teatro. Pero hasta que eso llegue y «en 2024 esté a pleno rendimiento» hay trabajo por hacer y los plazos no están definidos.

El Escalante busca montajes para la temporada 2020-2021

El Centro Teatral Escalante va a lanzar una convocatoria abierta de proyectos de artes escénicas «a fin de valorarlos como futuras producciones» de la institución. De la convocatoria podrá salir la producción de hasta dos propuestas para la temporada 2020-2021.

Los creadores o compañías interesadas tienen que enviar un dosier con una sinopsis del proyecto, una propuesta visual y de intenciones, especificar el público al que va dirigido, además de una idea del equipo creativo y artístico donde se evaluará positivamente la paridad y cualquier información adicional que se considere necesaria.

Se buscan propuestas de pequeño o medio formato para público adolescente, juvenil e infantil que trabajan dentro de los nuevos lenguajes en alguna de sus formas escénicas (circo, danza, teatro, artes vivas, títeres...). El plazo de recepción de proyectos se cerrará el lunes 10 de febrero.

Para la presente temporada, el Escalante ha tenido que recurrir a la reposición de montajes de ejercicios pasados para seguir manteniendo una oferta escénica. La ausencia de sede estable, una situación en la que se encuentra desde octubre de 2016, lastraba la supervivencia de un proyecto que, si se cumplen las previsiones, encontrará acomodo en una de las naves del Parque Central, la de Demetrio Ribes, a partir de la próxima temporada. Dependiente del área de Teatros de la Diputación de Valencia, cuya responsable es Glòria Tello, quien a su vez también es concejala de Cultura en el Consistorio, el Escalante ha logrado al fin un espacio fijo para no vagar por las distintas salas de la ciudad. Lo hace en un tiempo en el que el dramaturgo Gabi Ochoa ha asumido la dirección provisional del proyecto.

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