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Durante la gala de los Premios Goya 2020, el presidente de la Academia de Cine, Mariano Barroso, anunció que la institución va a declarar el 2021 el Año Berlanga para celebrar el centenario del nacimiento de uno de los «padres» del cine español que cree que «ayudará a entender algunas de las cosas» que vive el país últimamente y a conocerse «un poco mejor». La efemérides da alas a Valencia como firme candidata para acoger la ceremonia en 2021. La aspiración no es nueva, ni tampoco está improvisada. El año pasado se lanzó públicamente la propuesta después de que Sevilla fuera sede de la ceremonia en 2019 y se tanteó a la Academia de Cine. El pasado viernes, además, una delegación del Ayuntamiento de Valencia, encabezada por la vicealcaldesa Sandra Gómez, fue testigo de cómo se organiza la ceremonia. Numerosos académicos valencianos asistieron a la gala.
¿Valencia celebrará los Premios Goya 2021? La fase de gestos y declaraciones de intenciones toca a su fin. Las administraciones públicas han de entrar en el terreno de la negociación. La apuesta de la capital del Turia ha de ir acompañada de inversión municipal. La gala de los Goya, que representa un buen escaparate turístico y mediático para la ciudad, no sale gratis. Tampoco le ha salido gratis aMálaga.
El consistorio andaluz realizó un desembolso de 1,4 millones de euros para la ocasión. De esta cantidad, 605.000 euros sirvieron para pagar el canon a la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, mientras que 786.500 euros fueron para cubrir los gastos generados por la adecuación de espacios, elementos técnicos y cóctel, servicios y comunicación, entre otros. En el caso de que Valencia rubrique el acuerdo con la Academia de Cine, la cuantía a desembolsar será similar.
Además del requisito económico, Valencia necesita un espacio con capacidad para más de 3.000 personas. En Málaga se adaptó el pabellón deportivo Martín Carpena. Se vistió de escenario televisivo para la ocasión, aunque durante la retransmisión televisiva de la gala no se pudo disimular las sillas de plástico. ¿Qué recintos tiene Valencia con aforo superior a 3.000? Como en el caso de Málaga, habría que habilitar un espacio. Feria Valencia es la institución que a día de hoy más puntos suma para transformarse en sede de una posible gala de los Premios Goya.
La candidatura de la capital del Turia como escenario de la ceremonia cuenta con apoyos dentro del sector audiovisual valenciano. Los ganadores de la Comunitat del pasado sábado ven con buenos ojos la propuesta. «Más que una actividad que beneficie a la industria local del audiovisual, la gala supone un escaparate de la propia ciudad», apostilla Alex Cervantes, de Hampa Studio. «El cóctel posterior a la ceremonia sirve para hacer contactos», apostilla el director Paco Sáez.
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'Buñuel en el laberinto de las tortugas', que ganó el Goya a la mejor película de animación (compitió con 'Klaus', que logró siete Annie Awards en Los Ángeles) ha servido para que Las Hurdes empiece a reconciliarse con el cineasta aragonés. «En la comarca extremeña era odiado y tras ver la película los vecinos comienzan a entender que Buñuel no quería burlarse de ellos», explica Alex Cervantes, productor de Hampa Studio. El valenciano, que estrenará la película 'Cry babies' en 2021, es partidario que la aminación compita en la misma categoría que las cintas de imagen real pero es consciende que la Academia de Cine «no llegará a eso».
«La animación se entiende como un negocio dentro del cine y como una herramienta más para contar historias. Los académicos y los críticos han de entender que no es un género».
¿El futuro del audiovisual de la Comunitat pasa por la animación? Es tajante:«No. En Valencia hay talento en documental, en animación, en ficción, en todos los campos. Ahora mismo se conoce la animación porque estamos haciendo mucha fuerza y no nos queremos ir de la Comunitat».
'Madrid2120' dura cinco minutos pero se hizo en dos años. El Goya al mejor corto de animación reconoce el trabajo del alicantino Paco Sáez. «Es un sueño», repite el codirector del audiovisual. «En este negocio los halagos te debilitan muchísimo pero a mis 49 años el 'cabezón' no me va a cambiar. Sé cuánto cuestan las cosas», asegura.
Sáez, supervisor de storyboard en Lightbox Academy, habla sin solemnidad sobre la industria: «No estamos salvando vidas. Hacemos cine y lo hacemos porque nos gusta. Ni más ni menos». También tiene claro que la animación es «la hermana pobre o bastarda del cine. Los cineastas de toda la vida consideran las producciones de imagen real el cine con mayúscula». A Sáez le molestan los prejuicios sobre la animación porque, a su juicio, la denigran. «Contamos una historia con otra técnica y destinamos más tiempo y más dinero. Levantar una película de animación tiene más mérito», asevera.
En la actualidad está trabajan en una gran producción española pero no puede desvelar nada mientras trata de dirigir un largometraje propio.
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