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Imagen de la exposición de Sorolla a partir de la colección Masaveu. Iván Arlandis
Sorolla deja un verano histórico en el Museo de Bellas Artes

Sorolla deja un verano histórico en el Museo de Bellas Artes

La pinacoteca registra en julio y agosto datos de visitas nunca vistos en su trayectoria I La programación y el nuevo discurso expositivo del san Pío V permite pasar de 29.192 espectadores el año pasado a 63.915 en el periodo estival de 2023

Laura Garcés

Valencia

Miércoles, 27 de septiembre 2023, 00:58

In crescendo, conclusión de una trayectoria. El Museo de Bellas Artes de Valencia se acaba de anotar un buen tanto. La pinacoteca valenciana ha vivido el mejor verano de su propia historia. Realizar esta afirmación es lo mismo que decir que durante los meses de julio y agosto las salas del San Pío V han recibido más visitantes que en ningún otro verano de su vida. Y Joaquín Sorolla es en buena parte culpable de lo sucedido. El pasado mayo LAS PROVINCIAS ya constató que el universal valenciano sentaba muy bien a la pinacoteca, donde los espectadores habían aumentado de manera constante entre enero y abril, meses en los que el pintor estuvo en la programación. Tras esa primavera llegó el verano para reconfirmar a Sorolla, escenificado en la colección Masaveu, como perfecto anfitrión.

La contundencia de los números descubre que el programa del espacio, donde han llegado a verse colas, convence y atrae. Ante los resultados, no sorprende que desde la dirección del museo se muestren «muy agradecidos por la respuesta de la sociedad al trabajo de estos últimos tres años. El verano de 2023 ha sido el más exitoso en público de la historia del Museo de Bellas Artes de Valencia».

Las cifras hablan. El registro apunta que en los dos meses clave del periodo estival 63.915 personas se han acercado a conocer la colección del Bellas Artes o a disfrutar de las exposiciones temporales, o quizás lo han hecho por lo uno y por lo otro, como es la tendencia que observan los gestores. En el mismo periodo de 2022 fueron 29.192 los visitantes, dato que descubre que en 2023 se han duplicado las entradas. Y no es la única cifra que descubre el amplio y creciente apoyo del público a la programación del espacio. En 2019 -fecha que se toma como referencia por ser la última anterior a la pandemia- fueron 28.657 los espectadores que recibió la pinacoteca.

Si el total de los dos meses resulta llamativo, no menos lo es el parcial. Tanto en julio como en agosto se han recibido este año más del doble de visitas que en los mismos meses de 2022. Durante el primer mes de referencia, se ha pasado de 13.876 a 30.286 visitas. En agosto la travesía se describe entre las coordenadas de 15.316 espectadores y 33.647. Son datos muy elocuentes.

No cabe duda de que la programación del espacio, que en septiembre también observa elevada afluencia a la espera de cerrar el mes, despierta entusiasmo. No sorprende que desde la dirección del museo destaquen «la respuesta de la sociedad al trabajo de estos últimos tres años». El Bellas Artes ha reaparecido en el circuito de visitas culturales del público valenciano y también de los espectadores que encuentran en la capital del Turia destino para su aspiración viajera.

El Año Sorolla, que en este espacio ha gozado de marcado protagonismo es responsable en gran medida. Las propuestas que han girado en torno al maestro de la luz en 2023 han disparado los registros paulatinamente alcanzando los meses que reinan en el verano, y nada hace pensar que la situación vaya a cambiar por el momento. Hasta el 15 de octubre, tras prorrogarse el periodo de exhibición, se puede visitar la muestra de la colección Masaveu -la mayor colección privada de Sorolla en España- que reúne 47 óleos del genial valenciano.

No sólo las apuestas temporales suman en un lenguaje de cifras que esconde el rostro de cuantos desean disfrutar del arte y sobre todo la mano de una gestión que ha dado un golpe de timón a la pinacoteca. En junio el Museo de Bellas Artes abrió la sala permanente de Sorolla incorporando a las obras de sus fondos las pinturas procedentes de la colección Lladró adquiridas por la Generalitat Valenciana. El poder de atracción del atípico óleo 'Yo soy el pan de la vida' que viene a escenificar la recuperación de un espacio en exclusiva para su autor, ha actuado, con seguridad, como imán. Pero no sólo Sorolla. La colección Lladró permitió la entrada en el museo de piezas del también valenciano universal José de Ribera.

Además, a lo largo de este año la pinacoteca ha abierto la nueva sala que el San Pío V dedica a tres de los grandes valencianos del lienzo: Muñoz Degrain. Pinazo y los Benlliure. Se citan en un espacio de exclusividad para este trío y en un encuentro que era inédito. Es una de las patas del proyecto del director del espacio, Pablo González Tornel, fundamentado en «la renovación de la museografía de los siglos XIX y XX en el Museo es una de las prioridades del año 2023».

Con anterioridad el museo ya había inaugurado la sala de escultura, una iniciativa que dirige la atención a una de las ramas de la creatividad artística con amplia presencia en el San Pío V. El nuevo espacio, abierto en la galería interior del patio del Embajador Vich, reúne 144 piezas de creadores como Benlliure, Capuz, Vicent o Pinazo Martínez.

Todo suma a la hora de decidirse por una visita al Museo de Bellas Artes, un centro cultural que ha protagonizado un giro en su actividad y en su dedicación a poner los fondos propios, muchos guardados en los almacenes, al servicio del público. Su discurso ha cambiado de manera significativa mientras se prolonga la larga espera del plan museográfico en el que mucho tiene que decir el Ministerio de Cultura.

Momento de descolgar los cuadros del Bellas artes para viajar a Málaga. LP

El Thyssen de Málaga recibe los cuadros de la colección valenciana para 'Fieramente humanos'

El Museo de Bellas Artes ya ha iniciado el montaje de la exposición 'Fieramente humanos. Retratos de santidad barroca', propuesta conjunta con el Museo Carmen Thyssen Málaga. La exposición que se abre este sábado 30 de septiembre en la ciudad andaluza se mostrará en Valencia de marzo a junio y está comisariada por Pablo González Tornel, director del museo San Pío V.

La pinacoteca valenciana ha aportado varias piezas a la exposición que recorre la iconografía religiosa después del Concilio de Trento. Entre los lienzos que han salido de la ciudad del Turia hacia Málaga se encuentran 'Abrazo de san Francisco de Asís al Crucificado', obra de Francisco Ribalta, y 'Retrato de Santa Teresa de Jesús' atribuido a José de Ribera.

La directora del Thyssen destaca de la colección pictórica de la época «la expresividad de los santos». Apunta la experta que el objetivo de estas pinturas era «conmover a los fieles» y «acercarlos a una liturgia en crisis».

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