Una novillada de lujo en la sin caballos que hacía la segunda de feria, fue cuestión de especial relieve. De José González Giménez. Embistieron los ... seis. Pleno. Tanto que costaría elegir cual fue el mejor. En el trapío justo. Ni poco que pudiera no tener importancia el toreo que les practicasen, ni mucho que supusiese un mal trago para los chicos. Era, ya no lo es, divisa debutante en esta plaza que por todo lo contado se ha ganado volver en festejo de mayor entidad. Los chicos digamos que resolvieron con suerte dispar. Tampoco la preparación que mostraron era muy uniforme. Cartel de lo más internacional, tres franceses, un mejicano y dos españoles que se repartieron una oreja por nacionalidad: Polope en el que abrió plaza, Clovis y el azteca Garibay.
Publicidad
Este nuevo Polope, Marco se llama, de la escuela de Valencia, tiene trazas de torero importante. La figura, el concepto, la apostura… lo necesario para ilusionar a poco que persista y no se distraiga. Ahora solo falta que lo haga realidad. Como dicen los taurinos hacérselo al toro que no es cuestión baladí, pero lo primero, aquello de parecerlo lo parece y eso es clave. Se presentó en la plaza alejado de la vulgaridad despersonalizada que tanto impera y todo lo que intentó tuvo el marchamo de la elegancia. Ese toque de distinción que los mayores asociaban, quiero pensar que acertadamente, a la escuela valenciana. Hecho ese despeje de crónica hay que convenir que si pasado el tiempo los apuntes de ayer no los convierte en realidad peor para él, pero sería una gran decepción.
Cortó una oreja por una faena de corte vertical con momentos francamente interesantes. Clovis, francés, sin estar sobrado de oficio mostro detalles a tener muy en cuenta. Para empezar, toreó de capa a cámara lenta y en contraste se mostró corajudo y vistoso en el tercio final; mientras el mejicano Ignacio Garibay que completó el trío de triunfadores, estuvo decidido, no sobrado de técnica, vistoso y comunicativo. Nicolas Cortijo, de Albacete, toreó con ligazón y sentido del temple al segundo de la tarde. Alargó en exceso el trasteo y en ello le fue el pecado y la penitencia de ver como su buena faena acababa decayendo. Aun así, si no llega a marrar con la espada se hubiese sumado al grupo de triunfadores, lo que no quiere decir que no estuviese bien. Los franceses Manuel Fuentes y el Mosti, todo voluntad, tendrán que insistir en su tiempo de preparación.
Ficha: Erales de José González, bien presentados y de excelente juego en conjunto. Marco Polope, oreja; Nicolás Cortijo, ovación con saludos tras aviso; Manuel Fuentes, ovación con saludos tras aviso; El Mosti, ovación con saludos tras aviso; Clovis, oreja tras aviso; Ignacio Garibay, oreja tras dos avisos. Entrada: Algo más de un cuarto de plaza.
Suscríbete a Las Provincias: 3 meses por 1€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
El rincón de Euskadi que te hará sentir en los Alpes suizos
El Diario Vasco
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.