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El nuevo Consell del Disseny empieza a caminar. La primera reunión tiene fecha. El encuentro se celebrará el 20 de junio. Un mes después de que el Ayuntamiento de Valencia diera a conocer su nueva apuesta por este órgano llega un encuentro que desde abril ... de 2023 no había tenido lugar. La nueva etapa lleva inscrita en su concepción la desarticulación del modelo de Consell del Disseny implantado por el Gobierno del Rialto. Es la primera cita, de ahí su carácter constitutivo. Será la primera reunión en la que coincidan los miembros recientemente incorporados a este órgano consultivo y los que permanecen procedentes del anterior. ¿Conseguirán su objetivo? ¿Alcanzarán la meta deseada, eliminar cuanto no proceda e instalar lo conveniente siempre vinculado con una estética armónica con las calles y sus usos?
Ahora se abre una etapa en la que los miembros del Consell «no percibirán remuneración alguna por el ejercicio de sus funciones, sin perjuicio de la percepción de las dietas por gastos de desplazamiento, alojamiento y manutención para la asistencia a sus reuniones de carácter presencial, de aquellos que residan fuera de la ciudad de València, en cuyo caso tales gastos serán asumidos por el Ayuntamiento de Valencia», establecen los estatutos marcando una diferencia con la etapa anterior en la que se fijaron dietas de 150 euros por asistir a las reuniones. Además, en la actualidad «los miembros del Consell tendrán prohibición para contratar con el Ayuntamiento de Valencia y las entidades de su sector público, tanto a título personal como en colaboración».
La sede municipal de Tabacalera acogerá el encuentro cuyo orden del día, además de la constitución del órgano, contiene el establecimiento del funcionamiento del Consell que ahora apuesta por la Capitalidad Verde que este año ostenta Valencia. Se abordarán también propuestas y objetivos para un plan de trabajo a desarrollar por un órgano que aspira a reinventarse tras un periodo en el que el inmovilismo se asentó en su gestión convirtiéndose en una herencia de la Capitalidad Mundial del Diseño 2022 que apenas dio frutos, si no ninguno, que haya tenido aplicación práctica en beneficio de la ciudad y con ella de sus habitantes.
La alcaldesa, María José Catalá, ha querido imprimir su huella en un Consell con una revisión en los estatutos de un órgano que ha concretado sus funciones en cuestiones como la definición conceptual de la idea de ciudad, detección de problemas de diseño y comunicación estratégica, asesoramiento a los servicios municipales e implementación de acciones relacionadas con el diseño para facilitar la innovación urbana, la inclusividad y la sostenibilidad. También destaca la promoción de la participación ciudadana a través de propuestas.
El nuevo Consell tiene ante sí el reto de activar las aportaciones necesarias para que se cumplan los objetivos que señalan sus estatutos. Si el reto se compara con el fruto del anterior equipo tal vez no asuste a los miembros actuales.Pero habrá que atender, además, a si la apuesta del Ayuntamiento nace con el convencimiento y solidez necesarias para llevar a cabo un proyecto que exige compromiso.
El fruto de aquel primer Consell fue el documento ''La ciudad deseada',
resultado de seis meses de trabajo con reuniones ordinarias y extraordinarias -con dietas de 150 euros por asistente- cuyo contenido no llegó a hacerse público, aunque LAS PROVINCIAS sí lo pudo consultar descubriendo ocurrencias como la instalación de «farolas que alumbren pero no deslumbren», que las paradas de autobús ofrezcan información para los residentes y visitantes como si fueran marquesinas 'tourist info'; de instalaciones efímeras en locales que tardan en ser vendidos o alquilados y de «nuevos usos para las plantas bajas»… A todas estas ideas se unía la propuesta de sus miembros de crear un departamento municipal de diseño. 'La ciudad deseada' vio la luz en abril de 2023 -a un mes de las elecciones municipales-, mientras que el Consell del Disseny había empezado a rodar en septiembre de 2022. Nació sin presupuesto fijo y con el anuncio del exalcalde Ribó de que la aportación económica variaría en función de los proyectos. El Consell, pese a que en todo momento se definió como «independiente» nacía adscrito a la alcaldía y con cargo al presupuesto municipal.
La alcaldesa Catalá ha querido dar carpetazo con un órgano consultivo ahora adscrito a la concejalía de Cultura que dirige José Luis Moreno. Ha cerrado capítulo para abrir otro que se sustenta en la Capitalidad Verde y en un incremento de miembros representativos de los más variados ámbitos del diseño en busca de pluralidad. Los objetivos están marcados. La pregunta sigue en el aire ¿lo conseguirán? ¿Será Valencia más bonita?
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