![Nuria Espert: «Hay que reír hasta el último día y a edad avanzada es cuando más falta hace»](https://s2.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/2024/02/23/NURIETA-RpRUZ9AlamqTgEY8odCxRRK-1200x840@Las%20Provincias.jpg)
![Nuria Espert: «Hay que reír hasta el último día y a edad avanzada es cuando más falta hace»](https://s2.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/2024/02/23/NURIETA-RpRUZ9AlamqTgEY8odCxRRK-1200x840@Las%20Provincias.jpg)
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Nuria Espert está en valencia. Este fin de semana la gran dama del teatro español se sube a las tablas del Olympia con la obra 'La isla del aire'. Con motivo de este encuentro con el público valenciano ha hablado con LAS PROVINCIAS y ... asegura que no se retira. La conversación discurre por derroteros de teatro, el de ayer y el de hoy, uno y otro los suyos porque ella sigue llenando las salas. Nuria Espert, que asegura que en Valencia hay un buen argumento para una pieza teatral defiende la necesidad de revisar los secretos de familia, de airear las emociones y también la necesidad de reir «hasta el último día».
-¿No se retira, verdad? ¿Qué pasa con este asunto?
-Ja, ja, ja. Esto es como una maldición. Fue una frase poco clara que dije en una rueda de prensa y lo que se entendió es que no voy a actuar más. Y es que no voy a actuar más desde la semana que viene. Esto movilizó todo el cariño que la gente me tiene porque estamos en pleno éxtasis con nuestra función. El público reacciona de manera maravillosa. es una felicidad. Pero, la respuesta a la pregunta es no.
-Fenomenal. Es una alegría que sea así. ¿A la vista de 'La isla del aire', debemos revisar las familias?
-Siempre hay que revisar las familias. No hay ninguna que encaje toda. Los sres humanos nos parecemos mucho a los puzzles y cada fichita es importantísima. Si falta una no sirve de nada el puzzle entero, y así es la vida junto a la gente a la que más quieres y también con las personas con las que habitualmente uno se confronta. Vivir tan pegados trae sus problemas en todas las familias.
-Su personaje, Mencía, es una persona mayor, ¿la sociedad de hoy ha perdido el respeto a la sabiduría del mayor, del abuelo o la abuela y hay que reivindicarla de alguna manera, sacarla a la luz?
-Es mayorcísima. Es ideal encontrar un personaje que tiene más o menos los años que yo y ver cómo se ríe de la vida y cómo afronta los dramas, las lágrimas y las carcajadas todo junto. Creo que esto es lo que ha fascinado a la gente porque pocas veces hemos hecho algo tan divertido, Me pilla eufórica porque en mi repertorio después de tantos años hay pocas carcajadas, sí muchas lágrimas y mucha cabeza, reflexión.
-¿Entonces se puede reír hasta el último día, hasta en la edad avanzada hay que reir?
-Sí, muy bien, claro que sí. Sobre todo a esa edad avanzada, ja, ja. Ahí es cuando más falta hace, pero no creo que siempre suceda.
-¿Cree que hay que mantener viva la sabiduría de los mayores, no apartarles?
-Hay que mantener la sabiduría antigua, que también puede estar en el interior de los jóvenes porque ellos, ahora tan llamativos, en un plis plas serán viejos. Hay que saber equilibrar. A veces está en los viejos, casi siempre, pero también en los jóvenes y hacen bien en prepararse.
-¿Todos necesitamos una isla del aire?
-Sí. La revisión sin mentiras y sin caretas es sanísima. Por eso hay tanto psiquiatra y psicólogo para ayudarnos en este mundo tan agitado, que es como una coctelera, en el que cada día es más desconcertante que el anterior. Y ahí viene todo lo que nos enseña 'La isla del aire', que el abrirse elimina un montón de pensamientos que no evolucionan, que se quedan estancados en algo que pasó o se dijo. De todo ello puedes deshacerte de porque poco se saca de ahí.
-¿Liberarnos de los secretos nos hace felices?
-Para empezar nos serena. Antes de llegar a la felicidad uno tiene que limpiarse, después dormir y a continuación muy despacito ocupar ese lugarcito que uno estaba esperando para que todo se vuelva armónico.
-¿Hacia dónde va la barca del teatro español?
-No sé, uno siempre habla según le va. Si estás en el éxito te cuesta pensar que hay pocos éxitos.
-¿Valencia tiene una obra de teatro, ve materia para un argumento de hoy?
-Sí, si. Pasan tantas cosas juntas, seguidas, amontonadas. No es que Valencia sea la que más ilumina ese cacao, sino que con su personalidad, su alegría, con esa luz que no he encontrado en ningún otro sitio, ella destaca. Sí tiene un argumento, sería sobre el poder. Igual sale algo dramático. Cuando me ha preguntado he pensado en una comedia, pero quizás es una tragicomedia, algo mezclado; no es como casi nada, no es solo una cosa. La ciudad está bella, alegre, todo parece funcionar muy bien. Lo que funciona regular es lo que funciona regular en este momento en España que es la política en momentos cruciales. Daría la impresión de que estamos en un momento crucial, pero no estoy segura y no quiero adelantarme.
-¿El público de hoy es más exigente que el de ayer cuando Nuria Espert empezó a trabajar?
-Es distinto. Va al teatro a buscar cosas diferentes. Buscaba un entretenimiento puro y simple, y las comedias escritas aquí hablan mucho de la risa, la fortuna y el amor. El público de hoy ve todo eso de la noche a la mañana en televisión y me da la impresión que viene al teatro a buscar a los seres humanos que hacemos los espectáculos. La tele en sí misma está provocando un hartazgo, pero qué puede hacer, está buscando cómo desarrollar su talento y convertirlo en parte de la vida ciudadana.
-¿Hay un buen plantel de actores y actrices en España, un buen futuro para la interpretación?
-Sí, sí. Es un momento bueno, surgen actores magníficos. Cuando trabajas con gente joven ves que están mejor preparados que lo estaba yo a su edad.
-¿Por qué se hizo actriz Nuria Espert?
-¡Buah! Me hicieron. Yo quería ser bailarina, ahora podría estar hablando con una gran bailarina rusa ya en una silla de ruedas porque es una de las cosas que necesita el cuerpo. Pero no salió así, en las clases si destacaba era por lo mal que lo hacía. Comprendí bastante jovencita pronto que no debía ir por ahí. Mis padres eran aficionados al teatro, interpretaban como aficionados en un momento en que todas las ciudades tenían sus cuadros de actores. Yo recitaba bien los versos, como si alguien me hubiera explicado algún secreto, cuando empezaba actuar y por ahí se fue produciendo por sí sola esa carrera que ve y que con 24 años, casada y con dos niñas, empezaba a fraguarse una gran carrera que ha ido creciendo con los años con muchas equivocaciones y errores, pero las hemos quitado de en medio antes de que se enterara la gente.
-Ha dirigido, interpretado, ha hecho todo en el teatro. ¿Le queda algo pendiente que le habría gustado hacer?
-Quisiera haber hecho 'Antonio y Cleopatra', pero sí he hecho otras obras de Shakespeare, de esa exigencia y es como si las hubiera hecho.
-¿Falta más teatro clásico en la escena, estamos introduciendo demasiados elementos audiovisuales en el teatro y habría que llevar menos, cómo lo ve?
-Creo que igual que cuando estás cocinando un plato y crees que falta esto o lo otro, hay que tener mucho cuidado en el balance de lo que añades, si de pronto el teatro en España de ser emotivo y directo tampoco puede convertirse en una regla de tres. Si es arte, y siempre lo es, has de tener mucho cuidado en poner demasiado hielo en el vaso. Hay que equilibrar el hielo en el vaso, las paellas, el goce y la alegría. No echar demasiado de nada.
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