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No son 200 como se dijo sino casi 300. Es la cantidad de las obras de arte de la Generalitat que fueron rescatadas del almacén de Riba-roja de Túria que se inundó por la DANA el pasado 29 de octubre. Si en un primer momento, la Conselleria de Educación, Cultura, Universidades y Empleo habló el pasado viernes de unas instalaciones que guardaban «unas 200 obras la Colección de Arte Contemporáneo de la Generalitat; algunas piezas del IVAM, mayoritariamente esculturas, así como un archivo de papel con catálogos y otras publicaciones relacionadas con el área de Cultura», este martes el departamento que tutela Juan Antonio Rovira asegura que los almacenes ubicados en el polígono industrial El Oliveral de esta localidad «albergan alrededor de 170 obras la Colección de Arte Contemporáneo de la Generalitat; un total de 128 piezas del IVAM, mayoritariamente esculturas, así como un archivo de papel con catálogos y otras publicaciones relacionadas con el área de Cultura». Lo que hace un total de casi 300 piezas afectadas.
Desde la conselleria han asegurado que, junto al Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM) están evaluando las obras escultóricas de arte almacenadas en las naves de la Generalitat en Riba-roja que han sufrido los efectos de la DANA, para «determinar su estado y nivel de daños y proceder a su restauración si es necesario». Según este departamento, «tras la primera evaluación, las obras de arte contenidas en estos almacenes no presentan daños graves o irreparables». «La conselleria ha creado una comisión de técnicos con el fin de supervisar estas actuaciones, garantizando así la seguridad de las obras de arte», han dicho antes de afirmar que con esto se inicia la tercera fase del plan de protección ante emergencias de la colección del museo almacenada en la nave de Riba-roja de Túria.
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«El plan se activó el pasado 1 de noviembre, una vez la UME autorizó el paso a las instalaciones, con el objetivo de evitar o reducir el posible daño causado sobre las obras custodiadas», han añadido desde Cultura en un comunicado. Y señalan, además, que las obras del IVAM almacenadas en Riba-roja son «apenas el 0'7 % de la colección del museo, que cuenta en su totalidad con alrededor de 14.000 obras de arte». «Esta nave alberga, en su mayoría, esculturas de mediano y gran formato de materiales resilientes como el acero corten, el aluminio o el fibrocemento que permiten su conservación preventiva en niveles de humedad relativa menos exigentes que en el caso de otros materiales, como el papel», han señalado.
Asimismo, han explicado que la inspección de esas primeras piezas evacuadas revela que «las cajas de almacenaje han evitado daños graves o irreparables sobre las esculturas». «Las piezas se conservan en embalajes de madera diseñados específicamente para protegerlas. A su vez, la propia obra de arte está resguardada dentro de la caja con material de amortiguación como plástico de burbujas, planchas de espuma de polietileno o papel Kraft. Hay que recordar que las piezas no se almacenan en contacto directo con el suelo, sino sobre estructuras», han justificado la afirmación de que las obras no sufren «daños graves o irreparables».
La conselleria ha explicado cómo se ha actuado desde la inundación. Tras la primera visita de los técnicos, realizada el pasado 1 de noviembre, se activó la primera fase del plan de protección de colecciones ante emergencias. El plan contempla las intervenciones necesarias en el momento en que irrumpe la emergencia, especialmente si conlleva la evacuación de bienes culturales, así como una pauta de actuación inmediata para su recuperación.
La primera fase consistió en el estudio de la situación de la nave y de su entorno inmediato y en la definición de los recursos humanos y materiales necesarios. Para ello se creó un equipo de trabajo formado por técnicos del departamento de registro, conservación y restauración que han trabajado diariamente, incluso durante el fin de semana. En una segunda fase, debido a la falta de suministro eléctrico en la zona, se contrató un grupo electrógeno para trabajar in situ y proceder a la limpieza del suelo que hacía impracticable el acceso de maquinaria específica. Esta tarea se prolongó durante una semana.
Tras diversas reuniones de trabajo se estableció la operativa para la evacuación externa de las obras de arte, que comenzó el viernes 8 de noviembre, siguiendo un estudio de prioridades de intervención. Esta categorización se lleva a cabo atendiendo a factores como su ubicación física, características de los materiales y posibles riesgos de daños sobre la obra. En una tercera fase, en paralelo a la evacuación, los técnicos están realizando informes técnicos de cada una de las piezas para evaluar los daños y escalar el volumen de intervención necesario sobre las obras afectadas.
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