Las obras de Rusiñol, Pinazo y Benlliure del Círculo fueron donadas para evitar su venta

La investigación por la desaparición de unas 90 obras de arte de los fondos del Círculo de Bellas Artes de Valencia, la extinta entidad que se disolvió en 2019 y cuya colección ha sido subastada para pagar la deuda contraída con la Administración, fue archivada por la Fiscalía, tal y como adelantó LAS PROVINCIAS, después de conocerse el paradero de la mayor parte de ellas.

Una donación, la venta en distintas de las subastas que habitualmente realizaba la institución o la devolución a sus autores explicaban el destino de casi unas sesenta piezas, aunque de 31 obras no había pista. Sin embargo, ¿qué había pasado con importantes cuadros como 'Jardín', de José Benlliure, 'Retrato de Constantí Llombart', de Pinazo, o 'Pati de Can Falç' de Santiago Rusiñol, algunas de las piezas más significativas de los fondos del Círculo y que no figuraban en el listado de creaciones que salieron a subasta para subsanar la deuda de la entidad? ¿Se encuentran entre la treintena de cuyo paradero apenas se tiene información? ¿Se han perdido?

La explicación, según fuentes consultadas por este diario, se remonta al año 2019, ejercicio en el que el Círculo de Bellas Artes firmó su extinción. Vistas las dificultades por las que atravesaba la entidad artística, ahogada por las deudas pese a que había conseguido vender el palacete de la calle Cadirers y subsanar la hipoteca y ante el miedo de que sus fondos se vendieran o separaran, ese año sus responsables realizaron una donación a un particular de las obras más importantes de la colección –salvo un cuadro de Joaquín Sorolla y un Muñoz Degraín que finalmente salieron a subasta– para evitar que, en caso de verse abocados a lo que finalmente ocurrió, el patrimonio del Círculo no se tuviera que subastar y, como consiguiente, no acabara en distintas manos evitando así su disgregación.

Se desconoce la identidad del particular que recibió la donación. Eso sí, según estas mismas fuentes, tiene un compromiso: el de que en un futuro próximo las obras acaben en manos de instituciones públicas. Fue la herramienta que se utilizó para evitar que las piezas fueran vendidas o, en caso último y como ha ocurrido, subastadas. «Las obras regresarán al patrimonio valenciano», aseguran estas mismas fuentes, que sostienen que la Policía que investigó el supuesto extravío de las noventa creaciones «ha comprobado la existencia de los cuadros, dónde están y cómo se conservan».

Pero además, y concretamente en lo que se refiere a las obras desaparecidas firmadas por el valenciano Ignacio Pinazo, estas también se entregarán a la Academia de Bellas Artes de San Carlos como se hará con las de este mismo autor que salieron de la subasta después de conocerse que existía un documento de 1917 del que se extraía que, en caso de extinción del Círculo de Bellas Artes, las piezas de Pinazo debían pasar a la Academia (se trata de 17 obras, pinturas y dibujos). Así lo ha dictaminado el juez en una sentencia conocida la semana pasada. Habrá que esperar unos tres o cuatro meses hasta que las obras del pintor lleguen a la entidad y de allí pasen al Museo de Bellas Artes.

Pese a todo ello, hay un secretismo extremo en torno a la persona que, en estos momentos, custodia obras tan importantes como 'Pati de Can Falç' de Rusiñol o 'Jardín', de José Benlliure. Son algunas de las piezas que no aparecían en la subasta llevada cabo por el juzgado número 4 de lo Mercantil de Valencia. Tampoco se incluían obras como un retrato masculino de Bartolomé Mongrell, un desnudo de Manuel Benedito, una 'Maternidad' de Manuel Boix ni la escultura 'Después del baño', de José Esteve Edo.

Asimismo, y como pudo constatar la Fiscalía y la policía autonómica, de las noventa obras cuyo paradero se desconocía, otras tantas fueron vendidas en las distintas subastas o zocos que habitualmente se hacían en el Círculo e, incluso, fueron devueltas a sus artistas a petición de ellos. Otras, una treintena, se desconoce su paradero aunque, como sostiene la Fiscalía, son «de escaso valor».

De las 200 obras de arte que figuraban en el catálogo que el Círculo realizó en 2007sólo 103 salieron a subasta hace unos meses como parte del concurso de acreedores al que se vio abocada la entidad. De ellas, apenas unas 25 han recibido ofertas.