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Alba Engel y Sole Giménez. irene marsilla
Día de la madre | De tal palo tal astilla

De tal palo tal astilla

DÍA DE LA MADRE ·

El amor por el arte se hereda. Cantantes, actrices, coreógrafas y directoras valencianas han transmitido a sus hijas su pasión por la cultura

Noelia Camacho

Valencia

Domingo, 2 de mayo 2021, 00:24

De tal palo tal astilla. Porque el amor por el arte, el teatro, la música o la literatura se hereda. O, más bien, se mama en casa. Y, en el Día de la Madre, cobra mayor importancia si cabe apreciar como jóvenes descendientes de mujeres fuertes y valientes apuestan por seguir los pasos de sus progenitoras en el mundo de la cultura. Madre no hay más que una y, en muchos casos, es el espejo en el que los hijos se miran.

En Valencia, no podía ser de otra forma. Tierra de artistas y creadores, la pasión por subirse a un escenario, por escribir o cantar se lleva en los genes. Es el caso de cuatro mujeres, artistas en toda su expresión, que de forma consciente o sin querer, han trasmitido a sus hijas el respeto por la cultura. En la región se dan tándems como el de Rosángeles Valls y Rebeca Valls, madre e hija, coreógrafa y actriz, que comparten las vivencias de lo que significa subirse a un escenario. Como Sole Giménez y su hija, Alba Engel, que cantan a dúo en el reciente disco que ha presentado Giménez. Es la primera incursión musical de la joven intérprete, que ya piensa en continuar su carrera vocal ante los focos.

Porque llegó un día en que ellas dijeron eso de «mamá, quiero ser artista». Lo sabe bien la actriz valenciana Lola Moltó, quien ha visto que su hija, Paula Braguinsky, elegía también dedicarse al teatro y al audiovisual, siguiendo su estela. En este grupo de descendientes que continúan los pasos de sus progenitoras están también Clara y Helena Sanchis, hijas de la actriz y directora valenciana Magüi Mira. Ambas han decidido mantener la tradición familiar. Y ya sea sobre el escenario como la intérprete y música Clara Sanchis, como detrás de los focos, como en el caso de Helena Sanchis, –una de las directoras de vestuario más importantes de España que ha trabajado en proyectos y series como 'Las chicas del cable', 'Hispania' o 'Gran hotel', entre otras–, las dos han creado sólidas carreras sobre las tablas o en el audiovisual.

«Es verdad que Rebeca nace en una familia atípica. Jamás le hemos puesto unos dibujos animados. En cambio, creció viendo comedias musicales como 'Siete novias para siete hermanos'», narra Rosángeles Valls en compañía de su hija. Ambas defienden que el hecho de que la primera fuera una pionera de la danza valenciana o que en años difíciles para las mujeres estuviera girando por el mundo con sus espectáculo, sembró una semilla que hoy Rebeca busca también cultivar en Alma, su hija de apenas dos años. Aunque Rebeca Valls decidió que lo suyo era la actuación y no el baile, por lo que hoy es una de las intérpretes más reconocidas de la región.

'Volver' es el tema que interpretan a dúo Sole Giménez y su joven hija en el último disco de la cantante valenciana 'Mujeres de Música Vol.2'. Alba Engel hace su debut musical junto a su madre. Pero Giménez lo tiene claro: «Si no hubiera visto que su trabajo tenía la calidad suficiente para estar en el álbum, nunca le hubiera dejado participar», afirma. Porque si en algo coinciden tanto Giménez como Valls, Moltó o Mira es que ellas, como madres, suelen ser críticas con el trabajo de sus descendientes. «Ha llegado un momento en el que las dos hablamos el mismo idioma. Siempre con respeto pero compartimos experiencias. Ella tiene toda mi admiración», asegura Moltó. «Pero al final, no deja de ser tu hija. A mí se me cae la baba con todo lo que hace», confiesa Rosángeles Valls. Aunque a la inversa también ocurre: las hijas tienen cosas que decir respecto al trabajo de sus madres. «Hay confianza para decirnos lo malo. Pero siempre con cariño, para ayudar la una a la otra», añade Braguinsky.

Es indiscutible que la pasión se hereda, una amor por la cultura que pasa de generación en generación.

Alba Engel y Sole Giménez. I. MARSILLA

Sole Giménez y Alba Engel: «Nos une el amor al arte, la sinceridad y la franqueza»

Rememora Alba Engel que con muy pocos años de edad ya aparece en las fotografías con unos cascos para escuchar música. Descendiente de una de las voces más importantes de la música española de las últimas décadas, era inevitable que optara por la cultura como forma de vida. «La pasión por esta profesión se hereda», asegura la joven intérprete. «Se impregna en el ADN», añade su progenitora, quien afirma que su descendiente no había cantado nunca. Sin embargo, se instauró el confinamiento y los conciertos en casa y todo fue inevitable. Pero llegó el primer día de la grabación del disco de Giménez, en el que iba a participar Alba, y esta se quedó afónica. Fueron los nervios, pero luego salió bien. Tanto que ambas comparten canción. «Si no hubiera visto que tenía calidad, no la hubiera invitado a participar en un disco en el que están artistas como Rozalén o Bely Basarte», asevera Giménez. «Para mí, mi madre es una luchadora nata, en la que recae siempre el 90% de la responsabilidad cuando se embarca en un proyecto. Es ejemplo de valentía y empoderamiento», señala Engel. Ambas coinciden en que fue emocionante compartir experiencia, algo que a la joven intérprete le ha permitido abrir una puerta en la industria. «Aunque no es un camino fácil», añade su madre. El vínculo familiar está ahí. También el de la pasión y el esfuerzo. «Nos une el amor al arte, la sinceridad y la franqueza. Al final, la música es nuestra filosofía de vida», concluyen.

Rosángeles Valls y Rebeca Valls: «En casa, dedicarse al teatro o la danza era lo natural»

Rebeca y Rosángeles Valls. LP

Cuenta Rebeca Valls que, cuando salía del colegio, se iba al local donde su madre ensayaba con su compañía de danza y allí hacía los deberes. La actriz valenciana se ha criado entre camerinos y escenarios. De ahí que decidiera que lo suyo iba a ser el mundo de la interpretación. «A los catorce años nos dijo que quería estudiar teatro. Salió del Liceo francés, muy a mi pesar, y la llevamos a otro instituto y después a la escuela del actor. Podría haber sido bailarina, pero yo no le dejaba hacer lo que hacían mis bailarines. Se enfadó y dejó la danza por el teatro», afirma Rosángeles Valls. Ambas han compartido proyectos por lo que no es raro que sean exigentes la una con la otra. «Siempre tengo presente y valoro lo que mi madre me dice», narra Rebeca. «Ella conmigo es muy crítica. Aunque yo reconozco su gran talento, es una trabajadora innata», dice Rosángeles. Para ellas, que el talento se transmitiese de madre a hija ha sido lo normal. «En casa, lo de dedicarse a la danza y al teatro se vivía de manera natural», asegura la hija. «La llevábamos a ver espectáculos continuamente. Siempre estaba por la sala de ensayos», añade su madre.

Lola Moltó y Paula Braguinsky: «El triunfo es poder vivir de lo que te gusta»

Paula Braguinsky y Lola Moltó. LP

Coinciden Lola Moltó y Paula Braguinsky en contar que, cuando la joven se hizo mayor, sus progenitores nunca la impulsaron a elegir una profesión que «la tuviera sentada en una oficina», dice Moltó. «Cuando conté que quería ser actriz, lo primero que mi madre me aconsejó es que el éxito es fugaz, que no me dedicara a esto si mi intención era ser famosa. Ese no podía ser mi objetivo. Me dijo que el triunfo es poder dedicarte a lo que te gusta y vivir de ello», cuenta la joven. No es de extrañar que Moltó describa a su hija como «una niña del renacimiento». «Le encantaba todo lo que tenía que ver con el arte. Pero le dije que lo importante era trabajar y trabajar», relata.

Maguï Mira, Clara Sanchis y Helena Sanchis: «Nos lo decimos todo, sin filtros, con confianza»

Magüi Mira con sus hijas cuando eran pequeñas, Helena (izquierda) y Clara (derecha). LP

Son un trío de mujeres «luchadoras», señala Magüi Mira de su relación con sus hijas, Helena y Clara Sanchis. Las tres comparten experiencias. Porque, como afirma la veterana intérprete y directora teatral, «yo nunca he interferido en sus vidas». Por eso, cuando llegó el momento de elegir profesión, nunca hubo un «no te dediques a esto». Tanto es así que, ahora, confiesa la actriz, «ellas se han convertido en profesionales comprometidas con el arte escénico». No hay rivalidad, sostiene, «nos lo decimos todo, sin filtros, con toda confianza».

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