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Urgente El Euromillones de hoy viernes deja un nuevo millonario en España y dos premios de 146.483,25 euros

Hace unos años los eurofans (ese concepto) escogieron en una encuesta como peores canciones españolas de la historia de Eurovision la de Chikilicuatre, el ‘Bloody Mary’ de las Ketchup, y ‘Ay, qué deseo’ de Antonio Carbonell. Cerca quedaban ‘No estás solo’ de Patricia Kraus, ‘Ella no es ella’ de Alejandro Abad y ‘Brujería’ de Son de sol. Posiblemente lo del ‘Chiki Chiki’ sea el resultado más previsible de esta votación. El resto variaría en función de las fobias y filias de cada encuestado. Me temo que de muchos temas, excepto los seguidores más acérrimos del festival, la mayoría de personas ni se acordarán.

Y a eso vamos. Conviene no ponerse trascendentes, que luego se vuelve en nuestra contra. Eurovisión es un espectáculo que cada año siguen millones de personas, sí. Pero un rato y en un contexto de divertimento y cachondeo. Luego eso no tiene porque traducirse en ventas millonarias. Quien más y quien menos tiene algo que decir sobre la canción escogida, el estilismo diseñado, la votación o las propuestas de otros países. Todo el mundo opina esa noche, y tan pronto como se reparten los puntos y se proclama al vencedor, cada uno se va a su casa y se pone a otra cosa. Respecto a los participantes, los que no logran ganar (salvo excepciones) suelen estar condenados al olvido y al ninguneo. Sirva como prueba que el representante español de Eurovisión del año pasado acudió anoche a la gala de elección del nuevo candidato. Fue invitado para entregar el sobre, eso sí, no para cantar. Cantó la hermana del triunfador de la edición pasada, cantó el ganador austríaco de hace unos años, cantó hasta un señor con chándal naranja. Pero Navarro no pisó el escenario.

“Vais a hacer historia”, les dijo anoche el presentador y el jurado en varias ocasiones a los triunfitos que se jugaban la elección para acudir a Eurovisión 2018. Hombre, igual eso es pasarse... Durante la semana anterior lo mismo les habían asegurado los profesores de la Academia. Ajá, hagamos repaso de cómo han hecho historia algunos participantes de años pasados: Barei, D’Nash, Marcos Llunas, Eva Santamaría... ¿Quiénes son? ¿Qué clase de historia han hecho? Yo he tenido que repasar un listado para recordarlos. Se supone que este era un 'OT' diferente, mas con los pies en la tierra, pero al final siempre se cae en los mismos tópicos.

Respecto a la canción elegida, no mucho que decir. Posiblemente de todo lo que se presentaba (nueve propuestas) era lo mejor. La canta -a dúo con Alfred- Amaia, la concursante que parte como favorita de este 'OT' y que ha sorprendido a casi todos los espectadores por su personalidad e inmejorable voz. No hay una canción que se le resista. Además de eso tiene una versatilidad y una cultura musical que para sí la quisieran muchas personas. Al margen de todo eso, alrededor de ella y de su compañero se ha tejido una relación amorosa que alimentaba el morbo para que resultasen los elegidos finales. Y así ha sido. No se escatimó para que eso pasara. El tema que les asignaron además era lo suficientemente empalagoso como para encandilar a sus seguidores. Y la puesta en escena, con beso incluido, más. Como gancho era infalible. Veremos si tanto azúcar, no sienta al final mal.

Se ha hablado mucho -para bien- de la generación que ha formado parte de la edición de este año, poniendo en valor su falta de prejuicios y su preparación musical. Ellos han sido una sorpresa incluso para el propio programa, que no era consciente del potencial y de todo lo que iban a dar que hablar sus concursantes. Tengo la sensación, pese a todo, de que la selección de temas para Eurovisión que les han adjudicado no ha estado a la altura de su capacidad y sobre todo de su afán por investigar en otros estilos y propuestas. Se fue a lo seguro, tirando de tópicos, tanto en las letras como en las puestas en escena (¿esas chicas guerras podían ser más evidentes?). Tanto que algunas de ellas no estuvieron muy convencidas de lo que les correspondió cantar. Igual si les hubieran dejado a ellos elegir lo que querían cantar nos habríamos encontrado con más sorpresas. Ellos se habrían salido más del guión, no lo dudo.

Pero no fue así. Después de todo triunfó el amor y toda la parafernalia... Y las buenas voces, eso sí. Un buen gesto del programa fue que los compositores tuvieran el mismo protagonismo y visibilidad que los cantantes, hay que reconocer esto como meritorio. El tiempo dirá si el tema escogido pasa a formar parte de las mejores o peores canciones de Eurovisión. Pero ¿historia? eso son palabras mayores que hay que saber muy bien cuándo y cómo se utiliza. Ni conviene adelantarse, ni conviene generar unas expectativas que es posible que no se cumplan.

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lasprovincias LA PEOR CANCIÓN DE EUROVISIÓN