Pilar Roig: «El contacto con la familia es imprescindible»

Pilar Roig, catedrática de Restauración de la Universitat Politècnica de València vive su confinamiento en la capital. Desde su ventana observa la ciudad en silencio, «calles vacías. Alguna vez pasa un coche, alguien paseando al perro o un autobús que circula lento y vacío». La estampa que le ofrecen las calles le genera «desasosiego», algo que no la aparta de lanzar una mirada optimista sobre la situación para afirmar que el tiempo de aislamiento «nos ayudará a reflexionar» .

Pilar Roig entiende que la crisis sanitaria «nos ha cambiado el chip y al final hasta puede ser algo positivo estar en casa». En medio del confinamiento llama a mantener una actitud de perseverancia. Lo hace con una recomendación: «Paciencia. Todos debemos estar en casa por el bien de todo».

La especialista en arte que dirigió los trabajos para recuperar las pinturas de la bóveda de la iglesia de San Nicolás y prepara la restauración de los frescos de los Santos Juanes, está en su domicilio. No sale, pero no por ello ha dejado detener actividad «mi marido y yo hemos establecido un circuito por la casa, incluso hemos retirado muebles creando itinerarios, para andar. Cada día recorro 2,5 kilómetros». Además de al ejercicio físico «dedico tiempo a leer y a ver alguna película». No ha dejado de lado el contacto en línea con la universidad y con los compañeros, aunque ella había terminado el periodo de impartir clases en el trimestre previo al confinamiento.

La comunicación por vía telemática no sólo le sirve como contacto profesional. Las nuevas tecnologías se han convertido también en un medio esencial para mantener el contacto con la familia, sobre todo con sus nietas, porque recalca que en estas circunstancias que nos ha tocado vivir «es imprescindible el contacto con la familia».