La pintora que se atrevió a utilizar el plástico como lienzo expone en Valencia

«Los ochenta fueron una etapa que, frente a periodos anteriores, dejaba más margen para una actitud creativa», cuenta Rafael Alcón, presidente de la Fundación Bancaja. En el caso de María de Aranguren, esta ha ido siempre acompañada de «un espíritu inquieto en permanente búsqueda de nuevos caminos, el cual se ha plasmado en una obra que se ha desarrollado en el ámbito de la expresión artística de lo emocional», concluye.

Es precisamente ese espíritu de constante exploración el que ha conducido a la autora a la experimentación matérica mediante el uso de elementos poco convencionales como el cartón, la tabla entelada y, desde hace más de una década, un componente que ha singularizado su obra: el policarbonato celular. «En 2008 empecé a investigar con este elemento industrial, el cual nunca antes se había utilizado para hacer cuadros, y que presento en planchas que pueden entenderse dualmente, como soporte y contenedor», explica.

Este material supuso un punto de inflexión en las creaciones de María Aranguren, la cual cuenta que, cuando se encontraba atascada en la pintura clásica, el policarbonato celular supuso una ruptura con lo anterior y un elemento que inundó de nueva frescura su obra. A la hora de componer, María utiliza la red de renglones de este plástico como una pauta que a la vez quiere romper: «Me ha aportado muchas cosas porque se trata de una contradicción a lo creativo, ya que está compuesto de canales cerrados que luego intervengo con distintos materiales y técnicas», explica la artista.

Gertud Gómez, comisaria de la exposición, añade: «Hay tramas en el policarbonato que son rectas y aéreas, donde ella entra y también muchas veces las suelta, introduce materiales, juega, fluye, pasea, camina, mira hacia atrás y vuelve a repetir patrones».

Dentro de la expresión, la composición y el uso del color son los pilares de su obra. Y es que María Aranguren es una artesana de las pinturas, ya que no se limita a comprarlas y luego mezclarlas, sino que las hace todas ella, creando así sus «pantones de color» y aportando un poco más de alma a sus cuadros. Así, en 'Génesis' se conjuga en una danza propia la parte más pictórica de los cartones y el policarbonato, con impresiones de color características.

«En un momento de la vida en el que vamos todos locos, yo he tenido tiempo para recoger esta serie de pinturas para la exposición. Ha sido interesante, incluso para conocer más mi propio trabajo y por cómo me remito una y otra vez a patrones como los círculos, que representan al mismo tiempo la fluidez, lo cerrado y lo abierto», comenta la creadora. De esta forma, se crean patrones abstractos, pero que comunican mejor lo íntimo.

María Aranguren se licenció en 1985 por la Universidad Complutense de Madrid en la especialidad de Pintura y, gracias a su aparente talento, fue becada por la Facultad de Bellas Artes o la Fundación InspiArte. Considerada una pintora clásica, la madrileña inició su práctica artística en el entorno político y social de la España de los años ochenta y pronto se hizo conocida por la abstracción geométrica y pictórica, ámbitos que combina en 'Génesis' con la lírica y una reflexión sumamente personal sobre la capacidad de crear y sentir el vínculo que une al ser humano con el origen.

El conjunto de obras expuestas, entre las que se encuentran piezas que se presentan por primera vez en esta exposición, procede de colecciones como las del Museu d'Art Contemporani Vicente Aguilera Cerni de Vilafamés (MACVAC), ECA Espai d'Art Contemporani de Ribarroja del Turia, Colección Cyes, Colección L. Domingo Sanz, Colección Saleta Rosón Cedrón, Colección OlorVisual. Fundación Ernesto Ventós y Colección María Oriza Pérez, junto con otras que provienen de colecciones particulares.

La muestra puede visitarse en la sede de la Fundación Bancaja en Valencia (Plaza Tetuán, 23) del 27 de junio al 27 de octubre de 2024.