No ha sido una vez ni dos. Llevan meses denunciando la falta de mantenimiento del Palau de la Música. La plantilla del auditorio, según ha podido saber LAS PROVINCIAS, ha exigido en numerosas reuniones que se invierta en la conservación del edificio, que el pasado sábado, tras la caída del techo de la sala Joaquín Rodrigo, reveló que los problemas del edificio no se acaban. Si en abril de 2018 se desprendió parte del trencadís de la fachada y el pasado noviembre ocurrió lo mismo en la cubierta de la sala Iturbi, los daños en la sala Rodrigo han puesto la puntilla a una problemática que se dilata en el tiempo.
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«No tenemos más información de lo que ha pasado. La sala está cerrada por seguridad y nadie nos ha dicho nada más. Por supuesto que vamos a exigir una inspección del edificio, deben dar explicaciones por seguridad», afirmaron ayer trabajadores del centro musical. Hasta tal punto llega la indignación de la plantilla que insiste en que había pedido en numerosas ocasiones que hubiera un buen mantenimiento del edificio. Es más, tal y como publicó este periódico, la cantidad dedicada a este ámbito, según los presupuestos de la institución para 2019, es de 53.000 euros. «La falta de cuidado del edificio es una cuestión política. Haya o no dinero, este hecho no se daría en otros edificios públicos», afirmaron fuentes de la plantilla.
La alerta está instalada en el Palau. Los trabajadores quieren explicaciones. No entienden cómo se han sucedido los acontecimientos de los últimos meses y, sobre todo, denuncian también el retraso en la inspección del edificio, que ya se había anunciado por parte de los responsables del auditorio municipal. Un análisis técnico que no llega, como tampoco lo hecho ni la reparación de la fachada ni de la sala Iturbi. Es más, el pasado sábado, en el comunicado hecho público por el Palau, se ponía de relieve los retrasos en solucionar los problemas de un edificio que se construyó hace más de treinta años. Según el coliseo, «desde hace meses el Palau de la Música puso en marcha la licitación para intervenir en el techo del auditorio, procedimiento que está a punto de resolverse. La reparación de los desperfectos se llevará a cabo en cuánto se resuelvan los trámites técnicos y administrativos que ya estaban en marcha». Pero sigue sin haber plazos y los daños se mantienen con mallas para evitar desprendimientos.
Por todo ello, hoy se reunirá el comité de empresa y mantendrá encuentros con el consejo de salud y seguridad del Palau y con el director Vicent Ros. Con estos antecedentes, no es de extrañar que la programación que se iba a desarrollar en la sala Rodrigo la próxima temporada sea una incertidumbre. Los responsables del Palau se apresuraron el sábado a anunciar que la oferta que iba a llevarse a cabo en la sala durante el mes de julio se trasladaba a otras estancias del coliseo: la Iturbi y la García Navarro. Eran los conciertos correspondientes al festival de jazz. Pero, ¿qué pasará después ala vuelta de verano? Cuando se abra la nueva temporada, la sala Joaquín debe iniciar la actividad el 24 de septiembre, según reza su página web. ¿Se habrán solucionado los problemas en la estancia? ¿Se arreglará con la instalación de una red que evite más desprendimientos?
Muchos interrogantes para un Palau al que le ha perseguido la polémica en esta última legislatura. No sólo el edificio y su mantenimiento han sido objeto de críticas. El encargo de una auditoría a una empresa privada que pedía la reducción de la plantilla, el malestar entre los músicos de la Orquesta por las decisiones que se toman en los despachos sin consultarles y críticas por la intromisión del director en el derecho de reunión de los trabajadores ha marcado la actualidad del auditorio en los últimos tiempos.
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Los grupos de la oposición en el Ayuntamiento de Valencia clamaron ayer por la «mala gestión» en el Palau de la Música. La portavoz del PP en el Ayuntamiento de Valencia, María José Catalá, exigió a Joan Ribó que convoque una junta de portavoces para informar detalladamente sobre la caída del techo de la sala Rodrigo.
«Es un hecho gravísimo. Es un milagro que no tengamos que lamentar daños personales. Si el desprendimiento se hubiera producido durante alguna actividad programada, estaríamos hablando de una tragedia», aseveró antes de anunciar que pedirán una auditoría estructural del edificio. «Se está jugando con la integridad física de los trabajadores y de las miles de personas que van al Palau», afirmó antes de criticar «la pésima gestión de las infraestructuras culturales del Gobierno de la Nau».
Asimismo, destacó que «en el presupuesto para este año, la partida destinada para reparaciones, mantenimiento y conservación sólo contempla 6.000 euros, un 40 % menos que en el 2018».
Por su parte, el portavoz de Ciudadanos (Cs) en el Consistorio, Fernando Giner, denunció la «desidia» del alcalde «con la cultura». «Mientras Ribó continúa con su comedia del Rialto sin formar gobierno, el Palau de la Música se cae a trozos sin que el Ayuntamiento le ponga solución. Sólo piensan en el reparto de poder», dijo.
El edil de Ciudadanos se preguntó si «se ha planteado en alguna de las reuniones entre Compromís y PSPV para formar gobierno cómo acometer las obras de mantenimiento y rehabilitación que necesita el Palau de la Música». «Me temo que no», concluyó.
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