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El Ágora del Diseño, desmontada y almacenada en la Marina. LP
Del brillo de la capitalidad a la fractura del diseño

Del brillo de la capitalidad a la fractura del diseño

Más de cuatro millones de financiación pública encumbraron a un sector que demuestra su división tan sólo un año después de la celebración de la World Design Capital Valencia 2022

Carmen Velasco

Valencia

Sábado, 23 de diciembre 2023, 01:45

La declaración de Valencia como Capital Mundial del Diseño (WDC) 2022 generó ilusión y expectativa. Fue una oportunidad para reivindicar el talento creativo de la Comunitat y extender el diseño más allá de los estudios de los profesionales. La programación cultural se nutrió sobre todo de exposiciones y se levantó un Ágora en la plaza del Ayuntamiento de Valencia, pero la repercusión de la capitalidad tuvo poca trascendencia para la sociedad. El reto era que hubiera una herencia viva tras un gran evento al que las administraciones públicos (Generalitat, Diputación y Ayuntamiento de Valencia) destinaron más de cuatro millones de euros. Un año después, el legado es imperceptible: el Ágora permanece guardada en un almacén de la Marina y el Consell del Disseny no se reúne desde abril.

El diseño tiene prácticamente la misma presencia en la agenda cultural que antes de la celebración de la capitalidad, que se concretó en un programa con más de 100 actividades, 36 exposiciones, 150 ponentes y la implicación de 25 espacios de la ciudad. 2022 fue bueno para la difusión del diseño valenciano, pero 2023 ha dejado una fractura de los diseñadores valencianos. La principal evidencia de un sector dividido radica en las grietas que están fracturando la Fundació del Disseny, institución que se configuró para gestionar el legado de la capitalidad.

¿Qué está pasando en la Fundació del Disseny? Que están cristalizando las voces críticas. La Asociación de Diseñadores de la Comunitat Valenciana (ADCV) está marcando distancias, tanto que ha optado por desmarcarse de la Fundació del Disseny, como avanzó LAS PROVINCIAS. Esta grieta, junto a la marcha de otros miembros, como el tesorero, ha servido para que aflorará públicamente el descontento de algunos diseñadores respecto al funcionamiento de la Fundació del Disseny.

El manifiesto de los diseñadores expresan «la preocupación» acerca del «funcionamiento» de la Fundació del Disseny que consideran «confuso y equívoco». El escrito, firmado por más de 50 profesionales, manifiesta el deseo de «informar a la Administración Pública y a la sociedad de que esta Fundació, pese a la ampulosidad de su nombre, es una entidad de carácter privado, que en cualquier caso actúa en interés propia». También mantiene entre sus críticas que «la Fundació del Disseny de la Comunitat Valenciana es una entidad privada sin ánimo de lucro que se creó con fondos públicos destinados originalmente a la Capital Mundial del Diseño 2022» y aseguran que en la actualidad «recibe importantes sumas de dinero público que destina, en gran medida al mantenimiento de su propia estructura».

Los críticos cuestionan que la «Fundació utiliza el nombre de Valencia y de la Comunidad como paraguas de su propia identidad y usa el equívoco de su nombre para presentarse ante las diferentes instituciones públicas y privadas como la representación del colectivo del diseño de nuestra comunidad, para reclamar ayudas públicas y ofrecer servicios profesionales remunerados». A ello añade el manifiesto que también resulta «preocupante» a los diseñadores que apoyan la posición del escrito «la patrimonialización de los hitos históricos del diseño valenciano por parte de la Fundació, como carta de presentación reputacional de esta entidad privada. Cuando en realidad, estos proyectos son exclusivo patrimonio de sus autores y de la sociedad valenciana en general». Al hilo de este planteamiento concluyen que se encuentran ante «un juego de confusión, donde lo privado parece público y lo ajeno propio».

Tras el manifiesto de los diseñadores y un comunicado de la Fundació del Disseny tratando de calmar la situación, llegó la dimisión de Yolanda Herráiz como presidenta de la ADCV. La exresponsable de la asociación, en declaraciones a la revista especializada Gráffica, habla de «injerencia» de la Fundació.

Las voces críticas, la salida de la ADCV de la Fundació y la dimisión de la presidenta de los diseñadores evidencian la división del sector justo un año después de que concluyera la capitalidad del diseño. Este gran evento permitió reivindicar el talento de los diseñadores valencianos pero las actividades apenas tuvieron repercusión internacional ni implicaron a un espectro amplio de la sociedad.

Tampoco se ha puesto negro sobre blanco el balance económico y turístico de Valencia Capital Mundial del Diseño, un evento que logró alrededor de 500.000 euros de financiación privada frente a los 4,5 millones de euros de las arcas públicas.

Por si fuera poco, el interventor del Ayuntamiento sacó los colores a la celebración de WDC. En un informe relativo a 2021, al que tuvo acceso LAS PROVINCIAS, se cuestionaba la manera en la que se fijaron los salarios del personal del evento, que impulsó la Asociación Valencia Capital del Diseño. En los gastos de personal no se establecieron «un límite para los mismos«, acentándose »como gasto subvencionable un salario de 67.500 euros por 11 meses, es decir, un salario anual de 73.363 euros».

El documento aclaraba que «debería haberse fijado un límite en este tipo de gasto, puesto que de lo contrario habría que aceptar como justificación cualquier salario aprobado por la Asociación Valencia Capital del Diseño». La cifra 67.500 euros, que en el análisis de la Intervención aparece vinculada al epígrafe «empleado 6» coincide con los honorarios de Xavi Calvo, que se detalla en el documento 'Memoria Económica Justificativa 2021' de la World Design Capital Valencia 2022, en el que se cita, junto al nombre del director, el salario de los trabajadores.

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