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En primer plano prototipo de 'La pantera rosa' en la muestra dedicada a Miquel Navarro en el MuVIM. Jesús Signes

'La Pantera Rosa' de Miquel Navarro se refugia en el MuVIM

Una decena de piezas descubren la esencia del artista en torno a una reflexión que compara la urbe del Padre Tosca con la de la sociedad actual

Laura Garcés

Valencia

Miércoles, 4 de octubre 2023, 18:44

La ciudad es escultura. Es poesía. Es el artista Miquel Navarro. Y Valencia lo sabe porque sus calles le conocen, sus habitantes conviven con 'La pantera rosa' y con 'El parotet', obras de aquel niño que jugando con el barro, mirando las acequias de su ... pueblo -Mislata- y contemplando el humo fabril que escapaba por las chimeneas, un día miró a la sociedad urbana y la esculpió con sello propio para sentarla en lo más alto del podio del arte como ejemplo de tiempos y espacios superpuestos. La poética del artista que ha pisado los museos más prestigiosos del mundo recibe en el Museo Valenciano de la Ilustración y la Modernidad (MuVIM).

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La poética que acompaña a la creativa mirada de Navarro al diseño y concepto de la ciudad se resume en 'Urbanismo poético', muestra comisariada por la jefa de Culturas de LAS PROVINCIAS, Carmen Velasco. La propuesta presenta un encuentro con las emociones de su autor, pero es también una llamada al razonamiento, a la reflexión en torno a la evolución de los espacios urbanos que conquistaron el paisaje del campo para asentarse en suelo industrial.

Y no podía haber mejor manera de abrir la poética escena urbana que ofrece la obra de Navarro que poner cara a cara la maqueta del padre Tosca que ocupa el vestíbulo del museo con la ciudad nacida de la creatividad del artista de Mislata en quien la ciudad es una constante que eleva sus estructuras «llenas de simbología y significados», una urbe que se concibe como «producto de la historia, símbolo del poder y del territorio donde el ser humano reúne sus conocimientos y obsesiones», como ha apuntado Carmen Velasco durante la presentación de la muestra.

Las de Miquel Navarro son ciudades huérfanas de transeúntes. ¿Son entonces inhóspitas; carecen de presencia humana las urbes que levanta? No y no. Están pensadas para que las contemple el espectador que al mirarlas se sabe habitante para convertirse en ese alguien asomado a una ventana o en aquel otro que levanta la mirada para ver arriba. O quien contempla desde lo alto. En esa búsqueda reside la esencia, el sentimiento del artista, la humanidad del creador que anima su obra. El propio escultor ha destacado que de la misma forma que la ciudad es «una guarida, un escondite, la defensa del exterior» es también «como un cuerpo humano, cuyo centro es el corazón de la ciudad». Recorrer la muestra es sin duda un encuentro con los sentimientos del creador.

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Tras la atractiva contemplación de la Valencia del siglo XVIII en contraposición con 'La ciudad 84-85' de Navarro, una decena de obras completan la exposición que conjuga el romanticismo del barro, el zinc y la terracota del origen del artista con las influencias del constructivismo ruso o el futurismo italiano, como ha destacado el propio artista al presentar lo que ha llamado un paisaje urbano «metafísico» que «podría ser Nueva York» o cualquier otra ciudad, pero que al mismo tiempo también tiene presente su Mislata natal o la capital del Turia. «Tengo todas las referencias que quieras, pero al final acabo siendo Miquel Navarro», ha advertido. 'Urbanismo poético' es un viaje al interior del artista, al ser primero.

Detalle de una ciudad de Miquel Navarro Jesús Signes

El paseo por la muestra permite el encuentro con obras que forman parte de la Valencia contemporánea como elementos sin los que sería difícil identificar a la capital del Turia como es el caso del prototipo de la popularmente conocida como 'La pantera rosa', una escultura fuente cargada de simbolismo que trasciende los límites de la ciudad al mismo tiempos que entrelaza distintos momentos de la historia de la cultura del agua.

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Una pieza inédita y una acuarela que tampoco se había visto hasta el momento contribuyen al discurso que conduce hasta una ciudad gris, ya apartada de ese origen romántico del barro que viene a ser retrato de lo que la comisaria de 'Urbanismo poético' ha descrito como representación de los nuevos poderes pero que ya él vio en los años ochenta en lo que fue «una anticipación». Carmen Velasco ha reconocido que «es muy difícil articular un discurso novedoso sobre un artista que ha expuesto tanto y tan bien y en los principales museos del mundo». Ha recordado que su obra y su nombre son reconocibles por los valencianos acostumbrados a ver en Valencia su 'Pantera rosa' y 'Parotet', algo que no puede decirse de muchos escultores.

En la presentación han participado el director del MuVIM, Rafa Company, quien ha puesto el acento en que al contraponer la obra del artista de Mislata con la maqueta del Padre Tosca se observa «un diálogo a caballo de los siglos y que puede ayudar con esa poesía a nuestra verdad histórica, a que los ciudadanos puedan reflexionar mucho sobre la trascendencia de vivir en las ciudades».

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Por su parte, Amador Griñó, jefe de exposiciones del MuVIM, ha incidido sobre la trascendencia de la maqueta al recordar que cuando empezaron a idear la muestra, Carmen Velasco expuso que «la mejor forma de reflexionar sobre las ciudades a partir del arte era contar con Miquel Navarro». Griñó ha considerado a Navarro como «un escultor y un urbanista poético, sus ciudades son todas inventadas, imaginadas». Francisco Teruel, diputado de Cultura de la Corporación Provincial se ha detenido en la trascendencia de las piezas del artista de Mislata en tanto que «forman parte del urbanismo que nos envuelve y se han convertido en un orgullo colectivo de todos los valencianos».

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