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Aún está en fase de limpieza pero la predela del retablo del Centenar de la Ploma, la joya del arte valenciano del siglo XV que se está restaurando en la actualidad en el Museo de Bellas Artes de la ciudad, ya está a la vista de todo el mundo.
Desde esta mañana, la parte inferior de la espectacular tabla de Marçal de Sax, que pertenece al Victoria and Albert Museum de Londres, está instalada en la sala del coro de la pinacoteca de la ciudad. Además, varios técnicos del Instituto Valenciano de Conservación y Restauración (IVC+r) presentan las curiosidades de una obra que, sin embargo, no está termina de rehabilitar.
Hace unos meses, la pieza llegó a la ciudad para ser reparada por las manos expertas del instituto valenciano. «El plan de restauración va cumpliendo los plazos, ahora estamos en fase de limpieza. Hemos descubierto algunas inscripciones que estamos estudiando», aseguró el pasado miércoles una de las responsables del IVC+R, Fanny Sarrió. Asimismo, a la ya exhibición pública de la obra en la sala del coro de Bellas Artes se suma la posibilidad de ver, gracias a unas gafas de realidad virtual, un vídeo sobre la Valencia del siglo XV, la ciudad en la que se pintó el famoso retablo.
El Centenar de la Ploma está datado del año 1420. A mediados del siglo XIX, debido a las desamortizaciones, llegó a la pinacoteca inglesa. Nunca ha salido de allí. La pieza tiene unas dimensiones de 6,60 por 5,50 metros y está formado por cinco calles, donde la central expone la lucha de san Jorge contra el dragón ante la princesa; encima, la batalla del Puig del 1237, y en la superior, la coronación de Nuestra Señora y Cristo. Debe su nombre a la milicia urbana creada el año 1365 por Pedro IV el Ceremonioso, que era conocida como el Centenar de la Ploma porque los cien ballesteros que salvaguardaban Valencia iban con trajes de color blanco y con una cruz de San Jorge. Además, ornamentaban a su jefe con una pluma de garza. Finalmente, la parte inferior, la predela que está en Valencia, representa diez escenas de la Pasión de Cristo, a falta de una pieza central desaparecida.
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