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El enlace de Don Felipe y Doña Letizia el 23 de mayo de 2003. EFE
Premio Jaume I para la empresa que sirvió el menú de la boda de Felipe y Letizia

Premio Jaume I para la empresa que sirvió el menú de la boda de Felipe y Letizia

Los galardones valencianos reconocen al empresario Alfonso Jiménez Rodríguez-Vila, responsable de la firma Cascajares y que en 2003 ofreció los capones que fueron el plato principal del enlace de los actuales Reyes

Noelia Camacho

Valencia

Martes, 6 de junio 2023

Un capón que bien vale un Premio Rei Jaume I. Porque los galardones valencianos han reconocido este martes con la distinción en la categoría de emprendedor al empresario Alfonso Jiménez Rodríguez-Vila, responsable de la empresa Cascajares. Esta firma dedicada a la cría de aves vivió un hito en 2023: se propuso estar presentes en el banquete más importante que se iba a hacer en la historia de nuestro país, el del enlace entre Don Felipe y Doña Letizia. Y lo consiguieron. El Capón de Cascajares fue el plato principal del banquete y aquel acontecimiento supuso un antes y un después en la historia de la empresa.

La firma Cascajares logró, además, esa navidad, la de hace ahora veinte años, agotar existencias después de que su producto se sirviera en la mesa en la que se sentaron las numerosas casas reales y las distintas personalidades que acudieron a la boda de los actuales Reyes de España. Tras ello, dejaron de vender sus productos sólo a cocineros y entraron en los hogares de los españoles gracias a sus asados navideños. Fueron pioneros en el comercio electrónico allá por 2004 y la empresa multiplicó casi por seis su facturación en dos años.

Los Jaume I han reconocido a esta empresa y, sobre todo, a su responsable: Alfonso Jiménez Rodríguez-Vila. El jurado de los premios, dotados con 100.000 euros, ha recordado que Jiménez Rodríguez-Vila comenzó a emprender con apenas 18 años. «Su idea de negocio era muy sencilla: criar y comercializar capones, un ave con mucha tradición culinaria que en nuestro país había casi desaparecido en las últimas décadas», han añadido.

El jurado ha destacado de él su tenacidad y resiliencia en el desarrollo de su proyecto empresarial. Con una incansable búsqueda en la innovación dentro del sector de la alimentación, ha sabido diversificar su catálogo de productos a medida de cada cliente. Pionero en el sector primario, con una alta conciencia medioambiental y basado en la economía circular desde la producción en la cría de aves hasta su distribución. «Con una alta conciencia en la recuperación del medio rural y la inserción laboral de personas con necesidades especiales», han añadido.

El negocio de criar capones

Su idea de negocio era muy sencilla: criar y comercializar capones, un ave con mucha tradición culinaria que en nuestro país había casi desaparecido en las últimas décadas. Pronto, a base de pequeños y grandes fracasos, se dio cuenta de que el futuro pasaba por vender las aves ya cocinadas y enlatadas. Comprendió que debía aportar valor añadido al producto para venderlo mejor y que tenía que cubrir las necesidades de sus clientes, en ese momento cocineros, que querían un producto fácil de elaborar, cómodo, de mucha calidad a un buen precio.

«A base de esfuerzo la empresa fue creciendo y, apoyándose en su socio Francisco Iglesias, lograron contratar a su primer trabajador, una persona con discapacidad intelectual de la Fundación San Cebrián de Palencia», cuentan desde los Jaume I. Y funcionó tan bien que desde entonces el compromiso de Cascajares con la inserción socio laboral de personas con discapacidad es total. Prueba de ello es la importante Obra Social de la empresa, que desde hace casi 25 años celebra una Subasta benéfica de Capones para recaudar fondos para diversas obras sociales normalmente vinculadas a ese fin.

En 2006 construyeron su planta de elaboración en Dueñas (Palencia). Un año después, el empresario apostó por la internacionalización y montó una fábrica en Canadá para poder vender en un futuro en los Estados Unidos. Después de tres años de rodaje, gracias a la ayuda del Gobierno de aquel país, en 2011 nació finalmente Cascajares Canadá. Hoy en día es una empresa consolidada y en continuo crecimiento con una facturación de casi ocho millones de dólares y 25 trabajadores. Ha logrado diversificar su negocio y ahora mismo Cascajares tiene diferentes líneas de acción: cáterin aéreo, alimentación organizada, hostelería profesional y elaboración de productos marca blanca, entre otros. «Además, han vuelto a recuperar la producción primaria, han vuelto a las raíces y criarán animales en una granja de Salamanca para poder abastecerse de materia prima propia», cuentan también desde la Fundación Rei Jaume I.

Sin embargo, el destino quiso que Cascajares volviera a nacer el pasado enero. El día 26 de ese mes un incendio devoró por completo la fábrica de Dueñas y solo quedó la fachada. Muchos pensaban que sería el final de la marca, pero Alfonso Jiménez convirtió los problemas en oportunidades y desde el mismo día del fuego ha estado trabajando en volver lo antes posible. Un mes después Cascajares ya estaba fabricando en un obrador temporal y están a punto de comenzar las obras de la nueva fábrica que van a construir anexa a la que se quemó. «Afortunadamente no hubo daños personales y ahora el único objetivo es volver lo antes posible y más fuertes que nunca», concluyen.

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