

Secciones
Servicios
Destacamos
El primer presidente del Consell Valencià de Cultura (CVC) fue el poeta alicantino Juan Gil-Albert al que le sucedieron el crítico de arte Vicente ... Aguilera Cerní y el bioquímico Santiago Grisolía. El Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica ocupó la presidencia durante más de 25 años. A Santiago Grisolía, que murió el 4 de agosto de 2022, le sustituyó temporalmente Dolors Pedrós. El órgano estatutario vuelve a tener presidente por el mandato del jefe del Consell. Carlos Mazón se inclinó por José María Lozano. Este martes el arquitecto ha agradecido la confianza depositada en su persona tanto al presidente de la Generalitat como al conseller de Cultura, José Antonio Rovira, que estaba presente en el acto de la toma de posesión. «No defraudaré las expectativas», ha dicho. «El primer reto será estar a la altura de mis predecesores. Esa es mi responsabilidad«, ha afirmado. Para tal objetivo, a Lozano no le »faltará firmeza», «esfuerzo» y «buena voluntad».
En un discurso en el que alternaba el valenciano y el castellano durante el pleno institucional, Lozano ha recordado al primer presidente del CVC y ha mencionado su relación por Vicente Aguilera Cerní, Santiago Grisolía y su respeto intelectual por Eduardo Primo Yúfera y Avelino Corma. Ha agradecido a Dolors Pedrós su labor «por encima de las discrepancias mantenidas» y ha resaltado que su predecesora ha trabajado «por el bien de la institución». Se ha mostrado dispuesto a «tender puentes» y «buscar acuerdos y consensos». «Esta presidencia evitará la discordia para alcanzar mayorías razonables» con la «libertad de idea» como bandera, ha afirmado.
Lozano ha concedido la palabra al conseller Rovira para quien el nuevo presidente es «la persona adecuada» por su prestigio como arquitecto y catedrático universitario y por conocer desde hace más de 10 años el Consell Valencià de Cultura. El titular de Cultura, que ha reconocido que no han sido posibles los acuerdos en les Corts para renovar la composición del CVC, ha lanzado su particular desiderátum: «Que trabajéis sin interferencias de nadie del Gobierno».
Todo parecía discurrir por los trámites habituales en una primera toma de posesión de una presidencia de una institución estatutaria: ambiente de cordialidad, saludos educados y sensación de volver a empezar. La buena atmósfera de los primeros minutos de la sesión ha sido un espejismo. Quien conoce la historia del Consell Valencià de Cultura sabe que los plenos son susceptibles de ser dinamitados en cualquier momento y el pleno de este martes no ha sido la excepción.
Tras el parlamento de Lozano en su primer pleno como responsable de la institución estatutaria y el discurso de Rovira, ha tomado la palabra el consejero Gerardo Muñoz, propuesto por Ciudadanos. El presidente del CVC cortésmente le ha indicado que en la reunión no estaba previsto el turno de palabra, pero Muñoz ha continuado su parlamento. Y el pleno ha saltado por los aires. «Cultura ha impuesto un presidente que rechaza el 80% de los miembros», ha explicado. Y ha pedido al conseller que argumentara la decisión de nombrar a «un presidente aún sabiendo que condena al CVC a la confrontación y paralización».
El titular de Cultura ha replicado a Muñoz, le ha recordado que es un vocal de un partido (Ciudadanos) que ya no tiene representación en les Corts y le ha reprochado: «Usted es la voz menos indicada para hablar». «Lo normal es que usted dimita», ha indicado Rovira.
Al acto acudieron la secretaria autonómica de Cultura, Pilar Tébar; la directora general de Patrimonio, Marta Alonso, el director general de Cultura, Miquel Nadal; el concejal de Cultura, José Luis Moreno; el director gerente del Consorcio de Museos, Nicolás Bugeda, y José Capilla, rector de la Universidad Politécnica de Valencia, entre otros.
Tras la dinamita inicial en el primer pleno como Lozano como presidente del CVC, la reunión ha continuado con los asuntos ordinarios. Los invitados a la toma de posesión de Lozano han abandonado la sala de reuniones y los consejeros han retomado el pleno. El tono bronco ha proseguido y las sorpresas, también: Dolors Pedrós ha anunciado que dimite como vicepresidenta.
En el arranque del pleno ordinario, que incluía la valoración de un informe sobre la lápida cátara de Sant Mateu y sobre la Inteligencia Artificial (ambos documentos se han aprobado por unanimidad), Lozano ha dado la palabra a los consejeros que lo han solicitado. Han sido varios y por distintos motivos. Ana Noguera ha afirmado que el CVC «nunca ha sido el correveidile del Gobierno», ha criticado que la audiencia previa de Cultura al nombramiento de Lozano hubiera sido por un correo electrónico «dado que no da lugar a que Rovira se explique» y ha lamentado el recorte presupuestario del 17% al CVC. Gerardo Muñoz ha vuelto a cuestionar la capacidad de Lozano para presidir el CVC porque «su talante y su actitud no son halagueñas», le ha reprochado que ahora pida «confianza y consenso cuando él no lo ha tenido con sus predecesores», ha aireado que Lozano «cuestionó la salud mental de Grisolía a quien quería vencer legalmente» y ha afeado que el actual presidente haya cuestionado la legitimidad de Pedrós como relevo de Grisolía. José Vicente Navarro, por su parte, ha denunciado los «intentos de la izquierda y los nacionalismos para manipular la institución» y se ha preguntado «si tanto prestigio tenía Pedrós ¿por qué Puig no la designó presidenta del CVC?». Rosana Pastor, Xavier Aliaga, Inmaculada Vidal, Amparo Carbonell, Ascensión Figueres y Núria Vizcarra. El presidente del CVC les ha contestado y ha sentenciado: «Procuraré erradicar la política del Consell Valencià de Cultura».
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Favoritos de los suscriptores
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.