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Antonio López ante su obra 'Vista de Madrid (Museo Arqueológico desde la calle Serrano' R.C.
«No puedo pintar nada que no tenga delante»

Antonio López

Pintor realista
«No puedo pintar nada que no tenga delante»

El Museo Arqueológico exhibirá durante cinco años una de las vistas urbanas más tempranas del maestro del realismo. «Estoy pintando mi entorno, mi casa, mi gente, autorretratándome con la mirada de un viejo en activo»

Martes, 11 de febrero 2025, 15:51

En 1961, un joven pintor de 25 años, Antonio López García, recibe un encargo del Banco de Vizcaya para pintar una vista de Madrid para decorar una de sus salas. Durante los meses de un gélido invierno pintó en la Plaza de Colón 'Vista de Madrid (Museo Arqueológico desde la calle de Serrano)'. Es la segunda vista madrileña de quien se consagraría como el gran maestro del realismo. Un genio que ha dedicado buena parte de su obra a 'retratar' la capital. Esa pintura, que forma parte de la colección de 9.000 obras del Banco Bilbao Vizcaya, se expondrá durante los próximos cinco años en el Museo Arqueológico Nacional (MAN) gracias un acuerdo con el banco par su cesión gratuita.

«Entonces pintaba más rápido», explica el hoy casi nonagenario artista ante el cuadro. Lo pintó en la terraza de una compañera de la Escuela de Bellas Artes. Cada tarde, desde las cuatro hasta que el sol se escondía, montaba allí su caballete. «Hacía un frío terrible, y pude aguantar gracias al capotón que me hizo Mari, mi mujer», rememora recordando a su fallecida esposa.

Antonio López y María Moreno se habían casado poco antes y él quiso meter en el cuadro «algo relacionado con el amor que no se vieran mucho». Incluyó una pareja besándose en la copa de un árbol, unas figuras «flotantes» apenas visibles que recuerdan a las de Chagall y que dan al lienzo un toque de realismo mágico. «La pareja de Chagall se hubiera visto más que la mía», bromea el pintor.

Han pasado casi 65 años y el cuadro no le parece acabado del todo. «Quizá ahora hubiera metido el disco del sol», dice. «Si hubiera sabido que acabaría aquí, le hubiera dado más protagonismo al museo», afirma en la sala 31 donde se ha instalado la pintura, junto a un retrato de Isabel II, su fundadora, y «rodeado del piezas de arte antiguo me enamoran». «No hay nada comparable el arte ibérico», agrega el pintor a unos metros de 'La Dama de Elche', la pieza estelar del museo.

Del centro al extrarradio

«Entonces no sabía que Madrid sería el centro de mi pintura», dice López que sigue descubriendo «una ciudad muy joven, no muy arqueológica, como Venecia o Roma». «Es complicada para vivir pero fabulosa para pintarla. Da la medida de sus habitantes, a pesar de que no es tan artística como Nueva York o París», asegura López. Su viaje pictórico urbano ha ido «del centro al extrarradio», buscando los límites de la urbe, como hizo en Vallecas. Ahora ha descubierto «los Carabancheles» y espera que le den permiso para pintar otra vista de Madrid desde la azotea del Hospital Militar Gómez Ulla.

Antonio López ayer en el Museo Arqueológico Nacional E.P.

«La ciudad ha dado sentido a mi obra. Con diecisiete años, en vez de acompañar a mi tío a pintar al campo, empecé a mirar hacia Tomelloso», dice el pintor nacido en esta localidad manchega en 1936 y que sigue embelesado con la ciudad. Tiene en marcha una vista de la Puerta del Sol a la que volverá este verano, pintando con los termómetros rozando los cuarenta grados. Está acabando dos grandes relieves para la catedral de Burgos y ha iniciado «un proyecto insólito en mi carrera, llena de interiores deshabitados». «Estoy pintando mi entorno, mi casa, mi gente, mis vecinos y me estoy autorretratando. Es la mirada de un viejo en activo» resume.

«No puedo pintar nada que no tenga delante y no soy el único. Vermeer fue el pintor de Delft, Canaletto de Venecia, los lugares donde vivían…yo pinto Madrid», dice este maestro de el realismo que adora la pintura figurativa del siglo XX, «que de Hopper a Bacontodos hemos pintado con total libertad». «Si me quitan esa pintura, es como si me amputaran una pierna», afirma.

'Vista de Madrid (Museo Arqueológico desde la calle Serrano)', datado entre 1961 y 1962. Colecciób BBVA

Isabel Izquierdo, directora del MAN, recordó que el cuadro ya estuvo en el museo de abril a julio de 2024, para celebrar el décimo aniversario de la reforma del edificio. Su regreso ahora «es un regalo para los visitantes». «Este cuadro tiene para el museo un valor histórico y documental añadido, ya que muestra la puerta original de entrada al edificio», destacó.

Checa Pardo, director global de estrategia de Talento y Cultura del BBVA, contó como el desaparecido Banco Vizcaya encargó en 1961 la pintura a un prometedor pintor para decorar una de las salas de una sede del banco en la Plaza de Felipe II. «Es una de las obras más representativas de las más de 9.000 que atesora la colección BBVA», destacó.

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