Secciones
Servicios
Destacamos
Me intrigó el mensaje de Facebook remitido a mi muro por parte de alguien con seudónimo: «Eres un mentecato». Así me calificaba 'Belleza Integral'. Quise saber qué había escrito yo para merecer tal calificativo. Se lo pregunté a mi severo interlocutor. Respondió con rapidez: « ... Mameluco, has criticado la preciosa canción ganadora de Eurovisión 2024. Eres un majadero», aseguró 'Belleza Integral'.
Busqué en el diccionario de la RAE: 'Mameluco: «Los mamelucos representan una casta guerrera que gobernó Egipto y Siria desde 1250 hasta 1517». En cuanto a 'Majadero', la RAE lo define así: «Necio y porfiado».
Quedé meditabundo: ¿para esto se afilia uno a las redes sociales? ¿Para que te llamen 'mameluco' personas de las que no sabes su verdadero nombre y ni si tienen o no tienen el graduado escolar? Recuperé pronto la templanza. Pensé, en plan dialéctico: «Todas las revoluciones tecnológicas poseen su cruz: Internet es un avance comunicativo con algún elemento tóxico, los aviones contaminan y sus accidentes son terroríficos, la tele es entretenida y cómoda, pero en su historial hay programas como 'Sálvame'... No hay avances sin alguna perdida».
Quise saber más y compré 'Las redes del caos' (Península, 2024), ensayo de Max Fisher, periodista de 'The New York Times' y experto en tendencias mundiales que nos revela lo que se esconde tras los 'likes'. El sumario del libro es todo un mazazo: «La historia secreta de cómo las redes sociales empobrecen la mente y erosionan el mundo». ¿Erosionan el mundo? Me vino a la cabeza una película menor del gran Terence Fisher: 'S.O.S. El mundo en peligro' (1966). Adopté este titular, aunque, inquieto, y con dudas, puse interrogantes: 'S.O.S. ¿El mundo en peligro?'.
Quise saber más y recurrí a otro ensayo: 'La generación ansiosa' (Deusto, 2024), de Jonathan Haidt (Nueva York, 1963). «Los teléfonos inteligentes están destruyendo la socialización y maduración de la especie humana, provocando una epidemia de salud mental que ahora afecta a las primeras generaciones que han crecido con un móvil en la mano. Los chicos son incapaces de hablar sin pensar en el móvil. La revolución contra los móviles ya ha empezado y llegará a España este año», afirma Haidt.
Asustado, recurrí a mi amiga Mar Monsoriu para conocer su diagnóstico actual sobre las redes sociales. Mar, escritora especializada en tecnología innovadora, siempre sensata y bien informada, opina con solidez. «Me gustaría diferenciar entre las redes sociales en las que existe la reciprocidad, es decir aquellas en las que los usuarios se comunican mutuamente, como Facebook, y las que no lo tienen, como Twitter (ahora X), Instagram, YouTube o TikTok. En las primeras se mantiene, en parte, el objetivo inicial de favorecer la relación entre familiares, amigos y conocidos. La experiencia, salvo excepciones, es generalmente positiva, porque ayuda a estar en contacto con personas apreciadas».
«Sin embargo -sigue diciendo Mar Monsoriu-, en las redes sociales sin reciprocidad se fomenta que numerosas personas tóxicas se conviertan en referentes para muchos menores y adultos. Estas personas desinforman, difunden bulos y recomiendan productos o ideas por lo que son pagadas, todo ello bajo una imagen de falsa naturalidad. Frente a esto, es necesario tomar medidas, ya que, quieran o no, son perjudiciales para la sociedad».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
La víctima del crimen de Viana recibió una veintena de puñaladas
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.