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El Real y el Liceu no eligen a sus directores con los criterios que se aplicarán en Les Arts

El Real y el Liceu no eligen a sus directores con los criterios que se aplicarán en Les Arts

Sólo el coliseo catalán abrió concurso público pero no exigió requisitos localistas ni un programa acorde a la «filosofía de Gobierno» como solicita Cultura

NOELIA CAMACHO

Valencia

Sábado, 9 de diciembre 2017, 00:49

El elegido como director artístico del Palau de les Arts «puede ser cualquier persona que tenga experiencia». «Hay unos criterios lógicos que debe cumplir de gestión y de preparación. Evidentemente, debe conocer la realidad del país (en referencia a la Comunitat Valenciana). Es muy importante conocer la realidad a la hora de programar en un espacio como el Palau de les Arts. Siempre, teniendo en cuenta que ese programa tiene que estar dentro de la filosofía de Gobierno que nosotros tenemos». Estas afirmaciones pertenecen al secretario autonómico de Cultura, Albert Girona, y fueron pronunciadas literalmente el pasado martes en la rueda de prensa que ofreció la Conselleria de Cultura tras la dimisión del ya exintendente Davide Livermore. Girona anunció que el sustituto del italiano se elegirá mediante un concurso público. «El programa que presente tiene que estar dentro de la filosofía de Gobierno que nosotros tenemos. No somos eunucos en la gestión cultural. Tenemos una opinión y nos hemos presentado para cambiar la realidad cultural existente. Lógicamente, nosotros perfilamos en el concurso nuestra filosofía para que esa persona, con todo su libertad, haga su programa», insistió Girona a la hora de describir las bases del concurso público.

Pese a que el secretario autonómico pidió cautela y esperar a la próxima semana, -en la que el patronato del coliseo aprobará los nuevos estatutos de Les Arts-, para que se conozcan las bases exactas del concurso público, el responsable de Cultura aseveró que este procedimiento sería semejante a «todos los concursos que hemos abierto, que han sido participativos». A los que se refiere Girona son, por ejemplo, los que seleccionaron a los titulares del Consorcio de Museos, el Instituto Valenciano de Cultura (IVC) y los de las subdirecciones adjuntas de las subdirecciones del IVC. En todos los casos, en las bases se contemplaba que los candidatos debían estar en posesión de una titulación universitaria y acreditar experiencia en niveles de responsabilidad en el ámbito cultural. También, debían demostrar el conocimiento, oral y escrito, de las dos lenguas oficiales de la Comunitat.

En todos los casos se eligieron a profesionales nacidos en la Comunitat. No hay ningún gestor público de los seleccionados mediante concurso de fuera de la región ni del extranjero. Entre los requisitos para acceder a la titularidad del IVC se establecía que los candidatos debían «fomentar la creación, consolidación y crecimiento de una industria cultural valenciana arraigada en el territorio»; «el reconocimiento de la cultura como eje vertebrador de la sociedad y del territorio valenciano»; o la necesidad de establecer «las políticas necesarias para poner especialmente en valor los creadores y creadoras valencianos y aquellas manifestaciones culturales hechas en nuestra lengua y o nuestro territorio».

Cultura se fija en el organigrama de otros auditorios como el Teatro Real de Madrid o el Liceu de Barcelona, que tienen un director gerente y un titular artístico aunque opta por una fórmula que no es frecuente en los teatros de ópera. Tanto el Real como la Maestranza de Sevilla no recurrieron a este proceso para elegir titular artístico. Sí lo hizo auditorio catalán, que lanzó una convocatoria abierta para seleccionar en 2014 a su directora artística, la alemana Christina Scheppelmann. Esta profesional tuvo que presentarse a un proceso que no se parece al que Cultura quiere imponer en el auditorio valenciano. No es tan localista ni exige conocimientos de la realidad catalana. Sheppelmann tuvo que acreditar aspectos como sus «conocimientos significativos en la calidad y agenda artística, especialmente en lo que concierne a teatros de ópera»; «amplios conocimientos de artistas y producciones nacionales e internacionales para poder realizar la futura programación»; «conocimientos musicales y experiencia en la gestión musical y capacidad de adaptación al modelo artístico del Liceu»; «conocimientos de gestión y visión económica de la programación»; «capacidad innovadora para intentar optimizar los costes de producción»; y «experiencia internacional en puestos de responsabilidad en teatros y auditorios». Ni rastro de requerimientos como el conocimiento de la «filosofía de Gobierno», como aseguró Girona, ni tampoco el «conocimiento, oral y escrito, de las dos lenguas oficiales», que en el caso del Liceu es el catalán.

Tampoco el Teatro Real de Madrid realizó una convocatoria abierta para seleccionar a Joan Matabosch, en el cargo desde 2013. En su caso, fue la comisión ejecutiva la que acordó la contratación del titular tras haberse realizado un proceso interno. En él se consideraron varias candidaturas, pero no hubo un proceso abierto internacional como en el Liceu.

El futuro director artístico de Les Arts cobrará un salario que, en todo caso, no excederá los 68.000 euros al año que cobra el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, tal y como marca la ley. En esa horquilla se mueven otros altos cargos culturales como el director del IVAM, que percibe 67.000 euros; o los 55.000 que ingresan los titulares del Consorcio de Museos o del IVC. Pese a ello, será un salario inferior al que se embolsaba el propio Livermore, que era de 135.000 euros. Una cantidad similar a la que recibe Scheppelmann en el Liceu e inferior a los cerca de 150.000 de Matabosch en el Real.

Cultura también puede tomar de referencia los 72.000 euros que corresponden al sueldo anual del director del Palau de la Música. Vicent Ros, que también fue elegido por concurso público, tuvo que acreditar aspectos como el «conocimiento del contexto económico, social, institucional y cultural valenciano» y aceptar que, entre sus funciones, estaba la de «fomentar la difusión de obras de autores valencianos».

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