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La exposición 'Teste grottesche' se podrá ver en el Museo de Bellas Artes hasta el 1 de marzo. IRENE MARSILLA

Reflejos de Leonardo Da Vinci en el San Pío

La colección Mariano Moret exhibe los grabados inéditos de los dibujos anatómicos del genio florentino

Noelia Camacho

Valencia

Viernes, 29 de noviembre 2019, 00:29

A Leonardo Da Vinci le obsesionaba lo grotesco. La fealdad maravillaba su idea del mundo y su producción artística. Era capaz de perseguir a cualquier persona cuya fisonomía llamara su atención. En un pequeño cuaderno trazaba esos apuntes, que acababan siendo copiados por sus discípulos. Era su forma de demostrar que las anomalías físicas son «referencias necesarias para comprender los fundamentos de la belleza». De ahí nacieron sus populares cabezas grotescas, que desde ayer se pueden ver en el Museo de Bellas Artes de Valencia.

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La exposición ‘Teste grottesche’ recoge los grabados que el artista Wenzel Hollar realizó de estos dibujos y que, hasta la fecha, no se habían exhibido. La veintena de piezas, entre los que también se incluyen aguafuertes de Daniel Hopfer, forman parte de la colección Mariano Moret. El propio Moret, que ha cedido las obras hasta el 1 de marzo de 2020, explicó ayer que Hollar, uno de los dibujantes y grabadores más brillantes del siglo XVII, fue el responsable de las primera copias de los trazos que Da Vinci realizaba en su búsqueda de la reivindicación de la fealdad. Esos grabados fueron la única constancia que existió de los dibujos del genio florentino durante un siglo. Según Mariano Moret, quien confesó que empezó a formar su colección hace treinta años, este autor reprodujo los dibujos de Da Vinci «como un ejercicio didáctico».

Sin embargo, se erigieron como verdaderas obras de arte, que ven la luz por primera vez en Valencia y lo hacen en forma de grabado. Para el disfrute de los curiosos, la exposición centra el foco en estas piezas. Sitúa cinco de ellas en una especie de cámara oscura que permite para descubrir el grabado original y lo compara con el dibujo de Da Vinci. Narices prominentes, bocas abiertas de forma exagerada, malformaciones congénitas... Hollar fue capaz de trasladar al aguafuerte esos apuntes con los que el florentino esbozaba su obsesión por aspectos como la enfermedad o los estragos de la vejez. En ese apartado, se muestran aguafuertes como ‘Busto de anciano con gorra de perfil’, ‘Pareja de cabezas grotescas femenina y masculina’ y ‘Cabeza de anciano de perfil’, entre otros.

La exposición presenta una veintena de piezas de los siglos XVI y XVII que reflexionan sobre la fealdad física a través de las cabezas grotescas del artista

Pero la influencia de Da Vinci llega también al artista Daniel Hopfer. De él se muestra ‘La danza morisca’ un aguafuerte del que, según los estudios que se han realizado con motivo del proyecto, podría estar inspirado en otro dibujo del genio italiano desaparecido. Lo cierto es que algunos de los rostros que aparecen en ese excepcional grabado coinciden con la fisionomía de esos personajes que obsesionaron a un Da Vinci que buscaba comprender aspectos como la proporción y la perfección.

El recorrido por la última parte de la exposición presenta cinco obras que pertenecen a la colección del Bellas Artes y que ahondan en esa idea de la fealdad. Son ‘Tríptico de los improperios’, realizada en el taller del Bosco y ‘Las postrimerías: el Alma en el Limbo, el Alma en el Purgatorio, el Alma condenada y el Alma bienaventurada’, pequeñas esculturas de cera de Giovanni Bernardino Azzolino –suegro del artista setabense José de Ribera–.

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Además, se completa la exhibición con la reproducción de un fragmento de la película ‘Romeo y Julieta’, de Zefirelli –en el que se muestra una danza moruna– así como un conjunto de libros sobre las técnicas pictóricas entre el que se encuentra un tratado de pintura del propio Da Vinci ‘Trattato della pittura di Leonardo da Vinci’ (1651), que pertenece a la Biblioteca Histórica de Santa Cruz de la Universidad de Valladolid.

La de ayer era la primera exposición que presentaba el nuevo director del Bellas Artes, Carlos Reyero, quien aseguró que de una exhibición importan tanto las obras «como el relato». De ahí que este proyecto sirva para cuestionar que «los valores morales y estéticos no necesariamente son correspondientes». Para Moret, «la exposición es una oportunidad excepcional para contemplar y conocer unas obras nunca antes expuestas en España».

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