Los retos del Consell Valencià de Cultura
El DOGV ha publicado este miércoles 9 de abril el decreto que designa a José María Lozano presidente del órgano consultivo I El nuevo responsable de la institución apunta que eel CVC va a ser "enromemente transparente, cortés y eficaz"
El decreto del Presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, por el que se nombra a José María Lozano presidente del Consell Valencià de Cultura (CVC), ... se ha publicado en el DOGV de hoy 9 de abril. Con esta publicación se abre una nueva etapa para un órgano consultivo que ahora tiene muchos retos por delante para dejar de ser escenario continuo de sesiones broncas. Ha empezado un periodo que, según ha señalado el flamante presidente, abre la puerta a un CVC para el que Lozano se plantea que sea "enormemente transparente, cortés y eficaz". El desde hoy presidente del órgano consultivo ha ofrecido estas declaraciones tras apuntar que ante su designación se siente "tan satisfecho como determinado a ganar la confianza que el presidente de la Generalitat, carlos Mazón, ha depositado en mí".
Más allá de las manifestaciones de Lozano, la pregunta está en el aire: ¿Cuáles son los retos a los que se enfrenta la institución? Las opiniones recabadas por LAS PROVINCIAS en ámbitos conocedores de las funciones que corresponden a la institución y de la situación que ha atravesado en los últimos meses -incluso los más de dos años que han transcurrido desde la muerte del profesor Santiago Grisolía- desvelan los desafíos que tendrá que afrontar el CVC, órgano que en 1985, hijo del Estatuto de Autonomía -aprobado en 1982-, vio la luz como órgano consultivo de las instituciones públicas «en materias específicas que afecten a la cultura valenciana», según la ley de 30 de octubre de 1985, del Consell Valencià de Cultura.
Institucionalidad estatutaria
Así, una cuestión que se considera esencial es la recuperación de la «institucionalidad estatutaria». Con ello lo que se quiere decir es que el CVC tiene que «recuperar» su condición de asesor de las instituciones públicas, que es su función. Advierten algunas opiniones que mientras hace años el CVC emitía un buen número de informes a instancia de las instituciones o motu propio, en el periodo de la presidencia en funciones de Dolors Pedrós se redujo esa producción, mientras que se vio incrementada la programación de «visitas, mesas redondas, encuentros…», asuntos que quienes apuestan por devolver la «institucionalidad» consideran que en muchos casos escapaban de la esencia asesora del CVC.
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La recuperación de la «institucionalidad», como advierten las fuentes, pasa necesariamente por retomar las relaciones con instituciones culturales con las que el CVC debe mantener una relación de tú a tú, en tanto que todas basculan en el ámbito de la actividad cultural. Incluso ponen nombre a algunas citando la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos, lo Rat Penat o el Consejo Jurídico Consultivo. Citan también el IVAM.
Las cuestiones políticas, apartadas
En la medida en que recalcan la conveniencia de recuperar la esencia del órgano consultivo, que sitúan en el asesoramiento y por tanto en la redacción de informes, advierten también de que otra de las metas a alcanzar es «no entrar en cuestiones políticas».
Ante este reto, se puede recordar que en el último periodo del CVC, el presidido en funciones por Dolors Pedrós (Designada por Compromís), los plenos se convirtieron en un hervidero de broncas en torno a un consejo que responde al parlamento valenciano de los años del ya desaparecido -por el inapelable mandato de las urnas-, gobierno del Botánico y donde la politización se mascaba en el ambiente.
Consenso
Las fuentes tienen claro que la apuesta que se impone frente a posiciones politizadas es sin duda que todas las cuestiones que se lleven a las sesiones sean de contenido cultural. A la hora de concretar la que puede considerarse la clave de la etapa que ahora comienza para el CVC, las opiniones consultadas apuntan hacia el consenso, que todo llegue consensuado a la hora de someterlo a aprobación.
La designación de presidente para el CVC -hoy publicada en el DOGV- era uno de los asuntos más esperados. La tardanza en dar a conocer la apuesta del presidente del Consell no dejaba de alimentar la inquietud -sobre todo en las propias filas del PP- que a lo largo de los meses se ha traducido en la tensión en el debate de las sesiones plenarias. Además, la espera de nombramiento se había constituido en mecanismo de autodefensa de la presidenta en funciones, quien en reiteradas ocasiones ha trasladado la idea de que estaba ese puesto porque Mazón no movía ficha. La pelota estaba en el tejado del presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, y aunque ha tardado en lanzarla, finalmente lo ha hecho. El tiempo hablará de los resultados.
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