La Ruta del Bakalao, de la discoteca al museo

De ACTV, Barraca, Puzzle, Spook y Chocolate al IVAM. La Ruta del Bakalao, el fenómeno musical y festivo que eclosionó en la Valencia de los 80 y 90, salta al museo. La representación gráfica en carteles, 'flyers', camisetas y demás material publicitario de los que, en ese momento, se convirtieron en templos de la música en la provincia, se convierten en objeto artístico, digno de admirar y que no sólo devuelven a la actualidad una época que ha estado aparejada, no obstante, al desfase, las drogas y el desenfreno, sino que también reflexionan sobre un movimiento que fue cultural y al que se acercaron creadores y diseñadores que hoy gozan de éxito.

'Ruta gráfica. El diseño del sonido en Valencia' es la propuesta que se expone en el Instituto Valenciano de Arte Moderno. El pasado jueves se abrió al público un proyecto que ha nacido bajo el paraguas de los actos de la Valencia Capital del Diseño 2022 y que está capitaneado por tres profesionales como Alberto Haller, Antonio J. Albertos y Moy Santana.

Todos ellos llevan semanas trabajando en la puesta en marcha de una exposición que presentará 140 carteles junto con 'merchandising' de las discotecas más representativas de la Ruta del Bakalao. Un trabajo intenso que antes que exhibición fue libro. Porque, según relata el propio Moy Santana, en marzo de 2020 surgió la idea de recopilar en un volumen carteles, 'flyers' y demás objetos relacionados con la Ruta para iniciar una investigación que buscaba reivindicar la «valía artística y cultural» que había surgido de la escena 'clubbing' que se había desarrollado en la región.

Dicho y hecho. Santana era coleccionista de este tipo de material y, junto a Haller y Albertos, iniciaron una búsqueda que les ha llevado tanto a imprentas como a dueños de aquellas discotecas míticas en las que nació y germinó la Ruta del Bakalao hasta los pinchadiscos que en ese momento eran casi como estrellas para los amantes de la música electrónica. También a los coleccionistas y nostálgicos que conservaban desde 'flyers' a pegatinas, pasando por carteles y camisetas de esa época.

«Pero tras esa idea, llegó la oportunidad de convertirlo en exposición. Nos lo propusieron desde la Capitalidad del Diseño. Y el sitio elegido fue el IVAM», relatan a este diario. Así, la Ruta del Bakalao saltó a la pinacoteca valenciana.

Sin embargo, hubo que hacer una selección. Porque el libro, con el mismo nombre que la exposición, es casi una enciclopedia de la expresión gráfica y cartelística de los 80 y 90. En él se recogen más de 300 referencias, que se han quedado en algo menos de la mitad para inundar las paredes de la galería seis del IVAM.

Es ahí donde se han comenzado a colgar unas piezas que, no hay que olvidarlo, fueron realizadas por nombres como Francis Montesinos, Paco Roca, Sento Llobell, Javier Mariscal o Lola Vázquez, una de las pocas mujeres que participaron en este movimiento creativo. Pero también de otros creadores como Paco Bascuñán, Quique Company, Ramón Marcos, Edu Marín, Pablo Mira y el colectivo Deque Deque.

«Muchos de ellos realizaron sus primeros trabajos en aquellos momentos como Paco Roca, quien además prologa el libro», aseguran los responsables de la muestra. «Venían de Bellas Artes o de la Escuela de Artes y Oficios», relatan. Encontraron en aquella explosión musical un espacio que daba cabida a la creatividad más extrema, casi sin reglas, con la que las discotecas anunciaban sus fiestas, ilustraban sus 'flyers' o dibujaban las entradas que eran compradas por centenares por los jóvenes que querían acceder a Espiral, Barraca, Spook o ACTV. Es más, esta última sala merece un apartado sólo para ella en la exposición. «No sólo su marca es reconocible, sino que apostó por mantener su identidad y hacerlo a través de los carteles que los ilustradores crearon para esta discoteca», aseguran los historiadores.

Pero no sólo ACTV merece su espacio. Los responsables de la muestra llegaron incluso a viajar a Barcelona para encontrarse con Javier Mariscal, quien también fue autor de algunas de las piezas publicitarias de la sala Dúplex. «Hasta nos ha prestado el taburete que había en este espacio», cuentan Aller, Santana y Albertos. Igualmente, Francis Montesinos se animó a diseñar este tipo de objetos y cambió la aguja por el lápiz para realizar una serie de carteles exclusivos para la conocida sala N.O.D.

La recopilación que los responsables de la exposición han realizado permite llegar a una serie de conclusiones sobre cómo eran estas piezas que son objetos de culto. «El collage es lo que unifica muchas de estas piezas. También la técnica de la serigrafía, ya que muchas de ellas recurrían a esta fórmula. Aunque no había reglas establecidas y cada autor dejaba claro su estilo, son obras muy coloridas», confiesan antes de reivindicar la identidad cultural de estos diseños. Porque si algo quieren defender con la entrada de la Ruta del Bakalao en el museo es que fue mucho más que todos los prejuicios que quedaron aparejados a ese momento. «Claro que tuvo cosas negativas pero también fue un movimiento artístico a muchos niveles, desde el musical al creativo. Pero el estigma se comió todo lo que allí nació. ¿Por qué la Movida Madrileña se recuerda como algo positivo y la Ruta del Bakalao no?», se preguntan los comisarios. Además, insisten en que este tipo de proyectos servirá también para acercar la Ruta del Bakalao a los jóvenes. «Los que vengan al IVAM van a flipar con el diseño de estos carteles, también por diseño y por su calidad», aseveran.

La exhibición, que se podrá visitar hasta el mes de junio, se completa con dos proyecciones de un par de vídeos en los que se recogen más de 40 entrevistas realizadas a los creadores que participaron en la Ruta del Bakalao. Por primera vez, un museo abre la puerta a establecimientos como N.O.D., Spook, Puzzle, Chocolate o Barraca. El 'clubbing' ya está en el museo.

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