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La iglesia de los Santos Juanes ya luce esplendorosa en su cara visible, mientras los trabajos de restauración del interior avanzan imparables. La finalización está ... señalada en 2025; es cuestión de pocos meses.Tanto la fachada recayente a la plaza del Mercado como la que mira a la plaza de Brujas están acabadas a falta de les Covetes, que nada tienen que ver con el templo. Sólo el rostro que mira a la plaza del Bautismo de San Juan muestra unos andamios a la altura de las ventanas de la iglesia. En ese punto trabajan en algunos detalles sobre los ventanales y la presencia de vallas responde al perímetro de una zona para almacenamiento, como han señalado fuentes cercanas a la intervención.
La rehabilitación de la iglesia de los Santos Juanes que está llevando a cabo la Fundación Hortensia Herrero tiene señalado su final en 2025. Aunque no se apuntan fechas más concretas, a la vista de los resultados que ya se pueden ver y ante el horizonte temporal apuntado, sólo puede ser cuestión de unos meses el disfrute de la contemplación de la iglesia completamente reluciente.
Las obras comenzaron en junio de 2021. La intervención en una construcción catalogada como Monumento Nacional es fruto del acuerdo firmado en 2019 entre la Fundación Hortensia Herrero y el Arzobispado de Valencia. Las actuaciones, tanto en la construcción como en la ornamentación, han contado con un presupuesto de seis millones de euros. En principio se esperaba la conclusión en 2024, pero la pandemia de 2020 llevó el plazo al ejercicio en curso.
Los últimos andamios fueron los de la plaza del Mercado. Con el final de la intervención en esta cara del edificio, los Santos Juanes recuperó en todo su perímetro el color de la piedra sumando gran valor estético -y por supuesto artístico- al conjunto monumental que cierran la Lonja y el Mercado Central. En mayo de 2024, fecha de la que aún no se cumple un año, el andamio alcanzó la cúspide del campanario y cubría la veleta. Esa imagen ya es historia. La veleta reluce, como lo hace el popular pardal de Sant Joan junto al campanario completamente limpio. Llama poderosamente la atención la blancura de la imagen
La visita al interior del templo, donde sigue la intervención para el brillo de los frescos de Palomino y bienes ornamentales de gran valor, entre los que se han recuperado esculturas de Bertesi y Aliprandi, descubre que los andamios cubren las dos naves previas al presbiterio, pero lo que dejan entrever da muestras de que la intervención está avanzada. Esta misma mañana se podía ver cómo los operarios de la obra se encontraban pintando en las capillas contiguas al presbiterio donde el retablo estaba cubierto con plástico. También se puede comprobar que las capillas laterales ya ofrecen el brillante aspecto de su recuperación, así como los lunetos que recorren la nave.
El ábside, completamente desaparecido por los diversos acontecimientos -incendio en la Guerra Civil y desafortunada restauración posterior- que ha sufrido el templo, está libre de las pinturas. Como ya informó LAS PROVINCIAS, el Instituto de Restauración de la Universitat Politècnica de València (UPV), una especie de sanatorio del arte liderado por la catedrática Pilar Roig, está llevando a cabo el minucioso trabajo impulsado por la Fundación Hortensia Herrero para extirpar las dolencias de los frescos.
En la UPV trabajan para recuperar la piel pictórica ya desprendida de las tablas inflexibles sobre las que se colocó sde manera desafortunada durante una restauración de los años setenta. Tan delicado material recibe luego el abrazo del entelado y el estuco para dar cuerpo a la capa de pintura desprendida de la tabla. Una vez recuperada se coloca sobre unos modernos paneles flexibles que se adaptan a la curvatura de la bóveda.
Ya se puede observar el resultado de este trabajo en las primeras naves de la iglesia, las más próximas a la entrada oeste, donde se encuentra el gran óculo, la popular 'O' de Sant Joan. En las que siguen todavía se trabaja sobre los andamios. Y en la UPV se trabaja también en la recuperación de las escenas de la bóveda del presbiterio, que no podrán trasladarse a los paneles, pero que gracias a las nuevas técnicas se reproducirán de manera que se proyectarán sobre el hueco que dejaron las originales. Curiosamente la recuperación del color de la iglesia ha sido posible a partir de una fotografía en blanco y negro.
El templo, de origen gótico valenciano, fue reedificado en los siglos XIV y XVI a causa de los incendios. Será en el siglo XVII y comienzos del siglo XVIII cuando finalmente adquirirá su aspecto definitivo, con una fisonomía barroca. Fue en el año 1936 cuando un incendio la dejó con el ajado y dañado aspecto que posee en estos momentos.
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