![Los 12 secretos de 'Respira', la serie que Netflix rueda en Valencia](https://s3.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/2025/02/13/respira_s2_e6_250213_290_carlaoset-ReJNhUI7Li6mfuCDdvqSrNK-1200x840@Las%20Provincias.jpg)
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'Respira', el nuevo proyecto de Netflix estrenado en la plataforma, es la serie más valenciana que el gigante audiovisual ha realizado jamás. La Universitat Politècnica de valència (UPV), uno de cuyos edificios da la fachada del Hospital Joaquín Sorolla, sigue en la segunda entrega para la que el equipo de rodaje ha estado trabajando cuatro semanas en las dependencias de la Casa del Alumno. La semana que viene, el miércoles, los trabajos de filmación se trasladan a Xàbia, donde ya tomaron imágenes para la primera parte.
El Joaquín Sorolla es ahora un hospital de gestión privada, desafiando las convicciones y principios de sus médicos. Más allá de salirse con la suya, Patricia (Najwa Nimri) continúa luchando contra su cáncer y estrechando un lazo cada vez más estrecho con Néstor (Borja Luna). Jésica (Blanca Suárez) busca recuperar la confianza que le caracteriza, pero no puede decidirse entre Lluís (Alfonso Bassave) y Biel (Manu Ríos). Pilar (Aitana Sánchez - Gijón) seguirá lidiando con las adicciones de su hijo, aunque Quique (Xóan Fórneas) encontrará en ella una aliada inesperada cuando la nueva dirección del centro lo lleve a tomar una decisión cuestionable. A todo esto se suma la llegada de una prestigiosa oncóloga, Sophie (Rachel Lascar), decidida a poner patas arriba el Joaquín Sorolla.
La Casa del Alumno de la UPV ha cambiado de perfil. El espacio para los universitarios con salas de estudio, ahora ofrece un aspecto bien distinto. Se ha transformado en una sala de hospital. Y allí en ese set y en las idas y venidas de los miembros del equipo se encuentran respuestas a los secretos que esconde la segunda parte de la serie más valenciana de Netflix. ¿Por qué eligieron la Casa del Alumno, qué se ve en el set, qué hacen los actores cuando terminan su trabajo, les reconocen en la calle..?
Un rodaje no deja indiferente a nadie, y si encima hay un actor querido, menos. Manu Ríos lleva al público de calle y no deja de responder con gran amabilidad a quienes se le acercan -alumnas y alumnos de la UPV-, para pedirle un selfi. Él mismo coge el teléfono y dispara.
Manu Ríos, que conoce bien Valencia porque tiene familia en esta tierra, tiene muy claro cuál es su barrio favorito de la ciudad del Turia y no es otro que Ruzafa.
También la actriz Blanca Martínez, que en abril estrena como «prota» la serie 'Mariliendre' de Atresplayer, tiene barrio preferido en Valencia. Cuando anda por aquí y dispone de unas horas de descanso, lo suyo es irse a la playa «a cenar o a comer. Es un lujo». Ella, acostumbrada a los fríos del Pirineo, es de Jaca, está muy contenta de que la serie se ruede a orillas del Mediterráneo.
La semana que viene el rodaje sigue en la Comunitat, pero cambia de ciudad. El equipo se trasladará el miércoles a Xàbia. La localidad alicantina ya aparece en la primera parte. Allí se encuentra la vivienda de la ficticia presidenta del gobierno valenciano. Y allí regresan.
Tres directores intervienen en los ocho capítulos de la segunda parte. Daniel Pinillos se encarga de tres, Marta Font se hace cargo de cuatro, mientras que Abril Zamora dirige uno de los capítulos. Zamora y Marta Font se encontraban hoy en el rodaje.
Antes de elegir la Universitat Politècnica de València (UPV) el equipo de rodaje vio otros espacios, como Edem en el puerto y la Universidad Laboral de Cheste.
La puerta de acceso al set, la de una sala de estudio, ahora ostenta otro título. Se ha convertido en departamento de oncología, como puede leerse junto al marco del acceso a la misma.
El paisaje de la serie encierra una habitación hospitalaria con la cama correspondiente, los sillones para acompañante, un gotero y cualquiera de los elementos propios de una estancia sanitaria. Y hay laboratorio, sillas de hospital de día para pacientes que reciben tratamiento e incluso la campana del servicio de farmacia para preparar la quimioterapia.
Casi todos los utensilios hospitalarios: microscopios, pipetas, sillas, camas, goteros, maquinarias para pruebas diversas son alquiladas o cedidas por empresas que se dedican a esa actividad.
Los apuntes, mochilas u ordenadores con las notas de las clases y los manuales para estudiar, se han sustituido por carpetas amarillas que encierran ficticias historias médicas y por otras blancas en las que aparece el logo del Hospital Joaquín Sorolla.
La segunda parte incluye nuevos escenarios valencianos reconocibles. Así, al ya visto en la primera entrega, barrio de Ruzafa, se suman El Perelló, la Albufera, la Patacona o el Ateneo Mercantil en la plaza del Ayuntamiento de la capital.
Los responsables de la producción al inicio de los trabajos se pusieron en contacto con la Fundación Sorolla para bautizar con el nombre del artista al centro sanitario donde transcurre la trama. La fundación lo concedió siempre que no se menoscabara el nombre del universal valenciano.
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