10 Sentidos planta cara al coronavirus

El tiempo de los balcones pasó pero el tiempo de los teatros, auditorios y museos no termina de instaurarse. En la primavera numerosos festivales se aplazaron a otoño, que será la estación en la que ecolosione o se sature la oferta cultural. Una de las citas que se vio afectada por la parálisis impuesta por la pandemia fue el Festival 10 Sentidos, que se ha visto obligado a reformularse. Meritxell Barberá e Inma García, directoras de la cita cultural, se muestran taxativas: «10 Sentidos resiste al coronavirus». Al desajuste de calendario marcado por el Covid-19 (la edición no se celebró en mayo pero se desplegará de septiembre a diciembre), se suma la pérdida del principal patrocinador (Caixa Popular) tras el relevo de plantilla de la entidad bancaria y una reorganización de proyectos, explican las directoras.

Estos cambios apenas van a afectar a los contenidos del festival. «Se mantiene el 90% de la programación inicial. La esencia se conserva intacta», señalan las responsables. Este año 10 Sentidos suma nuevas sedes (las Naves, Sala Off y la Fundación Mainel), algo que evidencia que el festival no sólo resiste sino que planta cara, y actualiza patrocinios (se incorpora Bankia). El apoyo del Centro del Carmen, el Monasterio de San Miguel de los Reyes, el teatro Principal, Rambleta, el TEM, la Mutant y Espacio Inestable, entre otros, se mantiene. «Nos da más miedo que haya un rebrote del virus en otoño que la saturación de oferta cultural. 10 Sentidos está consolidado y tiene su público», apunta Barberá, quien asegura que el certamen regresará a su formato y mes originales en 2021.

La adaptación del festival, que ha obligado a reducir actividades paralelas y trasladar, por ejemplo, la participación de la compañía holandesa Introdans a 2021, ejemplifica a la perfección no sólo la necesidad de la cultura de adaptarse a los tiempos volátiles y a la incertidumbre que los domina, sino que evidencia que el futuro está aún por diseñar, perfilar y soñar. Y 10 Sentido quiere hacer su particular aportación.

En la novena edición, que lleva por lema 'Soñadores', la cita con las artes vivas presentará a la compañía belga Peeping Tom por primera vez en Valencia. «Nos ha costado tres años lograrlo», matizan. 10 Sentidos estrena, además, colaboración con las Naves, institución que debuta este año en el festival, a través de 'Future desires' (web en la que jóvenes de entre 15 y 25 años comparten sus deseos de cambio); la exposición colectiva 'Dreamers 2.0' con estudiantes de la Facultad de Bellas Artes de la Politécnica y comisariada por Cristina Chumillas; y el proyecto 'Blindwiki' a cargo de Antoni Abad, una iniciativa que permitirá a grupos de invidentes crear un mapa de los sonidos captados en el barrio de Poblats Marítims. «Otra lectura de 'Blindwiki' es la posibilidad de soñar la ciudad del futuro sin obstáculos e inclusiva», apostillan las directoras.

La presencia de la música se incrementa con los conciertos de Mueveloreina, Cero en Conducta, Lisasinson, Carlota y Juankamus DJ-Set en el Centro del Carmen, entidad que también acoge el ciclo de cine donde se proyectará la película 'Soñadores' (2003, Bertolucci).

En el diseño del futuro 10 Sentidos aspira a que Valencia se ponga a reflexionar y a imaginar. Los sueños a menudo se demuestran bailando. 'La juventud baila', de Jaume Ibáñez, sacará a las plazas de San Marcelino, San Sebastián, del Rosario y del Patriarca el presente y el futuro de los barrios. Otras veces los sueños se suben a las tablas. En el escenario de la sala Off, un grupo de adolescentes reflexionarán sobre la situación actual en que se mueven en 'Future lovers' de La Tristura.

La edición de 'Soñadores' mantiene el presupuesto en años anteriores, que ronda los 200.000 euros. Las impulsoras destacan en esta edición el apoyo del Ayuntamiento de Valencia. «La colaboración público-privada es esencial», apostillan. Las directoras, no obstante, echan en falta en Valencia «un tejido empresarial que apueste por la cultura». «No existe interés o sensibilidad por la cultura escénica», añaden. Es algo, matizan, que se aprecia también en el público. «Las instituciones públicas han de estar ahí pase lo que pase, pero falta crear la necesidad en la ciudadanía», apuntan. Aún así, 10 Sentidos continúa por atraer compañías internacionales para ofrecer algo diferente al público.